La vida de Caroline.

PARTE 49

Unos minutos después se incorporó él, se sentó sin decir nada y se dispuso a ver la película. Veinte minutos después me salí y me dirigí a los baños, me sentía con mucho estrés; lave mi rostro, acomode mi cabello, contesté unos mensajes de mis amigos y me dirigí nuevamente hacia la sala donde estaba Santi viendo la película.

Pero mientras iba empezó a sonar nuevamente mi celular, pensé que era algún mensaje de mis amigos así que decidí entrar y contestarlos una vez estuviera ya sentada; la película estaba súper aburrida así que sentía que contestar mis mensajes era una forma de tranquilizarme y poder despejar mi mente.
Cuando llegue al lugar donde estaba Santi, me senté y luego saqué mi celular dispuesta a contestar mis mensajes.
-Pensé que te habías ido ya que al parecer mi presencia te incómoda- dijo Santi un poco sarcástico.
Decidí ignorarle, no quería discutir con él y menos en una sala de cine.

La película terminó después de una hora y cuarenta minutos, me alegre tanto cuando finalizó ya que no disfruté de ella; ni la entendí, tampoco me gustó.
-Y ahora ¿Adónde quieres ir?- Me pregunto Santi mientras salíamos.

-A mí casa- Le respondí con voz fría.

-No se tú pero yo tengo hambre y antes de que nos vayamos quiero ir por algo de comida- Me respondió mientras se dirigía a un lugar de antojitos.

Me senté en una banqueta que se encontraba afuera del lugar, me disponía a esperarle cuando mi celular empezó a sonar; eran nuevos mensajes de aquel número desconocido que su dueño seguía estando en anonimato.

-Me acabo de enterar que el objetivo de Santi será invitarte una vez más a salir, lo hará con un fin y será para poderte convencer que ha cambiado; pero realmente no es así, sé todo lo que te ha hecho, para serte sincero me admira saber que a pesar de todo el daño que te ocasionó aún así le has aceptado su invitación; es más, le has aceptado ser <<amigos>>. Solo ten cuidado conozco a tú familia y te conozco a tí, no mereces nada de lo que te ha ocasionado ni mucho menos nada de lo que quiere hacerte; solo cuídate.- Eran los escritos de aquel mensaje.

En ese momento sentí una vibración en todo mi cuerpo, pensé que quizás era alguien que solo quería hacerme pasar un mal rato Sí; tenía mucha lógica todo aquello que me había estado contando anteriormente, pero este mensajes ya no le encontraba sentido.

Se han de preguntar el por qué no creía, el por qué seguía pensando que él no era capaz de haberme hecho todo eso. Pues me dolía; me dolía pensar que nunca había sentido nada por mí, me dolía pensar que su único objetivo era ese <<Hacerme daño>>.

Pensar en cómo nos habíamos conocido me traía un dolor en mi pecho, recordar todos esos momentos que compartíamos; era más que solo el dolor, era el hecho que él había sido la primera persona en la cual yo había confiado con toda mi alma; esos momentos en nuestros lugares favoritos, esas noches largas de charla y todas esas salidas a lugares desconocidos. Santi me había hecho sentir viva, me dio la atención que siempre deseé que me dieran mis padres, él me hizo sentir importante y que valía.
Era doloroso pensar en que nada de eso había sido real, que todo había sido un sueño; un sueño que después se terminó convirtiendo en una pesadilla.

No fui capaz de alejarme de él a pesar de sus abusos, de sus humillaciones, de sus golpes. No fui capaz por que aunque dentro de mí sabía que todo aquello estaba mal; quería pensar que esa era su forma de mostrarme su <<amor>>.
Me equivoqué quizás SÍ, pero nadie; absolutamente nadie sabía cómo me sentía en realidad, él empezó escuchándome, nuestra relación comenzó mal lo sé pero; a medida fue pasando el tiempo me brindo los mejores momentos que alguien jamás me había dado.

Es difícil cuando empiezas a depender de una persona, cuando llamas a los maltratos, abusos y humillaciones <<amor>>.
Es horrible crecer pensando en que eres un bicho raro que simplemente nació para ser pisoteado.
Todo el bullying que recibí a diario en mí infancia me marcó de por vida, quería sentirme querida, importante; quería que alguien me prestara atención, quería tener a alguien para contarle mis días, quería tener a alguien en el cual pudiera refugiarme en mis días grises.

Yo solo quería ser querida, sentirme amada; quería salir de mí depresión y tener días coloridos. Por que ya estaba cansada de tener días grises, días en los cuales sentía que mi vida no tenía sentido. Conocer a Santi y más aún hacerlo parte de mí me había ayudado mucho. El sabía de mí depresión, era la segunda persona después de mi mejor amiga que sabía sobre mis pánicos, mis ataques de ansiedad.

Creí que él sería el indicado, que con él las cosas serían diferentes; pero que idiota fui...