PARTE 64

26 6 1
                                    

Después de un momento de silencio y lágrimas. Mi padre dijo:
-Te he fallado, no he sabido cuidarte y darte protección. Ahora mismo siento tanta impotencia al saber que no estuve contigo cuando más me necesitaste.

-No te culpes papá, yo sé que ambos pasaban muy ocupados en sus trabajos, me equivoqué, creí que alguien más sería capaz de darme el amor que tanto deseaba que me brindarán ustedes.- respondí,llorando.

-No hemos sabido ser buenos padres, nos equivocamos al creer que con darte todo lo material estaba bien, no pensamos en que nos necesitabas tanto.- respondió, mi madre mientras me abrazaba y lloraba.

-Yo no he sabido ser buena hija, he exigido mucho. Permití que Santi me hiciera tanto daño, me calle muchas veces por que creía que era lo correcto. Pero; ahora se que no es así.- respondí, abrazando fuertemente a mi madre.

-Quiero que nos cuentes todo, que nos digas cómo perdiste tú embarazo, si Santi lo sabía.- dijo, mi padre.

-Cuándo salí embarazada tuve miedo, quise ocultárselo a Santi ya que lo nuestro había terminado. Pero; no se como pasó, un día sin más me dijo que deseaba hablar conmigo, le pregunté sobre qué y no quiso contestarme. Después cuando nos vimos me dijo que ya sabía de mi embarazado, pero claro; no estaba de acuerdo.- respondí, entre lágrimas.- Discutimos muy fuerte, él me maltrataba mucho, en varias ocasiones me golpeó, también abuso de mi las veces que quiso, todo con el pretexto que <<era su novia y que no era la primera vez que lo hacíamos>>. Al principio pensé que tenía razón, era él único que estaba conmigo y no quería que se alejara de mí. Tenía miedo de volverme a quedar sola, por ello; aguante tanto.- añadí, llorando y sintiendo como mi corazón, mi alma, mi ser; se liberaba completamente de todo aquello.

-No puedo creer que haya sido tan miserable, nunca te mereció. Por eso mismo no estábamos de acuerdo que anduvieras con él; hay algo en él que nunca nos gusto. Es un patan cómo se atrevió a golpearte y más aún ha abusar de ti, pero esto no quedará así.- respondió, mi padre muy enojado.

-No quiero que vayas hacer algo, si les cuesto esto es por que quiero que me ayuden, no estoy bien lo sé; quiero su apoyo. Con que le hagas algo no cambiará todo el daño que ya ha causado en mí.- respondí, mientras me dirigía a él y lo abrazaba.

-Lo sé mi pequeña, pero me siento decepcionado de mí. Por que no supe protegerte, has pasado por tanto tú sola.- dijo, mi padre mientras me abrazaba muy fuerte.

-Ya deja de lamentarte, sólo apóyame y aprende a confiar en mí. Se que e hecho las cosas mal, pero creerme que ahora más que nunca quiero vivir y salir adelante.- respondí.

-Y te apoyaremos, estamos juntos en esto y nunca más volveremos a dejarte sola.- contesto, mi madre mientras se acercaba a nosotros y nos daba un fuerte abrazo.

No continúe contándoles todo lo que había pasado a mis padre, cómo decirles que Santi había acabado con mi embarazo, que él ocasionó mi aborto. Ya con solo saber un poco se habían alterado, no quería ni imaginar lo que pasaría si sabían todo. Tampoco les dije sobre las amenazas que me estaba haciendo, quería dejar que pasara un tiempo.

Después de conversar con ellos, de pedirnos perdón muchas veces. Me dirigí a la bañera, después acomodé todo en su lugar y luego me fui a la cuidad. Mi padre insistió tanto en irme a dejar que al final salí aceptando, me despedí de mi madre y les prometí ha ambos que estaría bien.

Mientras íbamos de camino, mi padre empezó a contarme sobre sus cosas, lo bien que le estaba yendo  en su trabajo. Sentía que por fin estaban notando mi existencia.
Me hacía sentir tan liberada, ya no tenía miedo, estaba empezando una vez más a recuperar mi confianza y seguridad.

Cuando llegamos a la cuidad, mi padre me acompaño hasta mi departamento. Después nos fuimos a comer algo, mientras estábamos disgustando de una rica pizza, me dijo:
-Pequeña, quiero que me prometas que empezarás a visitar al psicólogo.

-Te lo prometo, es más; ahora mismo le llamaré para hacer cita.- respondí, mientras sacaba mi celular para llamarle.

Tenía un psicólogo de mucha confianza, el cual ya me había atendido a uno de mis amigos y me lo recomendó mucho. Le hable e hice una cita para dentro de una semana.

Después que comimos, nos dirigimos a un centro comercial. Mi padre me dijo que escogiera lo que yo quisiera, realmente era la primera vez que salía de compras con él y se sentía tan genial.

Por último fuimos por un helado, nos dirigimos a un parque que estaba cerca de la heladería y nos sentamos sobre el césped. Una vez que terminamos nuestros helados, nos acostamos en aquel lugar tan helado y de ambiente tan rico.
-Como me arrepiento haber perdido tanto tiempo para disfrutarlo contigo.- susurro, mi padre mientras veía el cielo azul y blanco.

-Ya no pienses en eso papá, aún nos queda mucho más para disfrutarlo.- dije, mientras lo observaba.

-De hoy en adelante todo cambiará pequeña, siempre recuérdalo.- dijo, mientras tomaba de mi mano y me daba un cálido beso.

-Siempre lo tendré en cuenta, pero; quiero hablarte de algo ahora mismo. No quise decírtelo en la mañana ya que estoy segura que si mi madre lo escuchaba no hubiera dejado que me viniera. También quería esperar que para un tiempo pero; realmente quiero contártelo. No se lo que pasará y quiero que lo sepas.- respondí, mientras me sentaba.

-Sí, dime de qué trata.- dijo, mi padre mientras se sentaba también y me observaba muy intrigado.

-No quiero que te alteres, tampoco que vayas hacer algo. Santi no me deja en paz, verás; cuando andábamos a mí me empezaron a caer mensajes amenazándome, como ya les conté antes. Pero; he descubierto que quien está detrás de todo eso es Santi mismo. Cuando fui este fin a la casa, él estaba esperándome en la terminal. Siempre me envía mensajes diciéndome que quiere hablar conmigo, pero; yo ya no quiero saber nada de él.- dije, un poco temerosa a su reacción.

-Pero de qué quiere hablar él contigo, no le ha bastado todo el daño que te ha ocasionado. Tú no estás sola, él piensa que lo estás, pero ahora nos tienes a nosotros y no permitiremos que te siga dañando. Si te vuelve a llamar házmelo saber para hablar con él de hombre a hombre.- Contestó, mi padre mientras me abrazaba.

Me sentía protegida y era tan gratificante saber que ahora nunca más volvería a estar sola. Estaba en el proceso de sanar y curar mis alas para volver alzar mi vuelo una vez más.

La vida de Caroline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora