PARTE 38

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Empecé acariciar mi estómago y le pedí perdón.

Perdóname, perdóname por no cuidarte, por no ser la mamá que tú merecías; perdón por esto te juro que te amo, te amo con mí vida, eres mí más grande regalo, nunca te olvidaré.
Sé que desde el cielo me cuidarás, prometo trabajar duro para que desde allá te sientas orgulloso/a de  mí.
Me hubiera encantado tenerte, ya te soñaba en mis brazos; te amare por siempre.

En eso llego la ginecóloga y empezó con todo el procedimiento.
Cuando desperté ya era medianoche, una enfermera estaba poniendo un medicamento más en aquella bolsa de suero.
Le pregunté ¿dónde está la ginecóloga?
Ella contestó con voz amable: En un momento estará contigo.

Me dio de alta un día después y me dejo reposo.
Llegue a mi casa, me fui a mi cuarto y comencé a llorar, me sentía culpable, sentía que no valía la pena seguir viviendo, me sentía vacía.
Busqué una gillet y empecé a cortarme, una vez más había caído en la depresión.

Mis amigos que alquilaban conmigo, hacían de todo para verme sonreír, sin embargo; eso ya no era posible, me convertí en una chica solitaria, con el alma rota, una chica que por las noches lloraba sintiéndose culpable por todo lo que había pasado.
Estaba sola, completamente sola; mi mejor amiga en la que confiaba...vivía su vida y tenía sus propios problemas, la confianza que en algún momento había depositado en ella se estaba extinguiendo, no pude contarle lo que estaba pasando realmente; sí le comenté que había perdido mi embarazo pero...nunca tuve la confianza de comentarle de que forma lo había perdido.
Muchas veces la necesite sin embargo no pareció importarle, no tenía tiempo.

Para rematar mis calificaciones empezaron a bajar tanto que estaba a punto de tronar dos materias, sentía que no me importaba mi vida.
Un doctor se había empeñado en hacerme la vida de cuadritos por no hacerle caso a querer propasarse conmigo.
El otro doctor decía que había perdido mis notas.

Ya nada tenía sentido, había pensado acabar con mi vida.
Después de aquello había pasado tantas cosas, nuevas amenazas, tuve que enfrentarme a unos tipos que andaban en cosas horribles, todo por salvarle la vida a alguien que nunca agradeció.

Una noche mientras estaba lamentándome, llorando sin saber que hacer, uno de mis amigos que alquilaban conmigo, el único que fue testigo de mis peores momentos.
Se acercó a mí y me ofreció su hombro para que llorara, me hizo saber que él estaba para mí, había pensando dejar mis sueños y simplemente alejarme de todo.

Sin embargo él no dejó que eso pasara, me comentó de una universidad que quedaba en otra ciudad, me dijo que eso era lo que yo necesitaba, un cambio de ambiente.

No se que hubiera hecho sin él, a lo mejor me hubiera quitado la vida y ustedes nunca hubieran conocido la verdadera realidad de las cosas.

Esa noche después de que ambos lloráramos, sí; por que él también lloró conmigo, es el mejor amigo que la vida me pudo dar, mi hermano, mi cómplice, mi ángel, quien la vida puso para intermediar por mí.

Fuimos a comprar al súper, compramos algo para cenar y unas cuentas cervezas, por primera vez en mi vida iba a tomarlas y era lo que necesitaba, olvidarme de todo.

Fue gracias a él que mi perspectiva cambio, después de desahogarme; de contarle todo lo que me había sucedido...me sentía liberada y con una carga menos.
Él nunca me juzgó, me abrazo y me hizo sentir su apoyo, su compañía, sobre todo su cariño.

Para mí fue como un ángel guardián, alguien que la vida envió para darme una nueva oportunidad de vivir, alguien que sin conocerme por completo confío en mí más de lo que yo mismo había hecho antes.
Alguien que sin ser "mejores amigos" estuvo más de lo que mi mejor amiga había estado por años.

Aprendí el verdadero significado de amistad, por que decir ser amigo de alguien es fácil; lo difícil es estar en sus momentos de crisis, estar en esos momentos cuando sus días se tornan grises, en las buenas, para los chambres y momentos coloridos todos están , pero en tus adversidades es donde realmente te das cuenta quien está incondicional.

Joh gracias por ayudarme a seguir y no dejarme hundir por completo en el fango de la depresión...

La vida de Caroline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora