PARTE 57

33 9 0
                                        

Continué con mi vida, cada día en la universidad era algo diferente; pero era lo que me hacía feliz, me sentía tan viva y emocionada por todo lo que estaba logrando.

Debo confesar que conocí a un chico tan simpático que logro robar mi atención. Éramos compañeros y lo mejor de todo es que él era tan maduro en muchos aspectos; me sentía tan segura con él.

Tenía cerca de un mes de no visitar a mi familia, así que planeé ir un fin de semana que tendría más calmado y que no habrían actividades. Hablé con mi mamá e hicimos el plan que estarían esperándome para ir por unos tacos.
Mi relación con mis padres cada vez iba mejor, hablamos a diario; mi mamá había cambiado tanto y mi papá de igual forma, ambos estaban mimándome muchísimo, me sentía muy feliz.

Ya había pasado dos semanas desde que Santi me hizo aquella llamada, no volvió a escribirme; todo estaba tan raro. Aún me seguía preguntando ¿Porqué quería verme?.

El fin de semana se llego, estaba muy emocionada por que vería a mis padres y demás familia.
Cuando iba de camino recibí un mensaje que decía: -Hola,¿Dónde estás?.

Cuando lo leí vi que era un número desconocido, no sabía si contestarle; pero después de una hora le respondí:
-Hola¿Quién eres?.
-Soy un compañero tuyo, es que quiero que me pases unos apuntes.- respondió, al instante.

-Disculpa pero no estoy en mi pupilage, verás este fin de semana lo pasaré con mi familia; te los paso el lunes si deseas- le respondí, un poco confusa; no sabía quién era en realidad y con saber que era un compañero no me hacía aclarar aquella duda.

-Descuida, te deseo un bonito viaje; espero llegues pronto.- respondió.

-Gracias- respondí, sin decir más.

-Vives lejos ¿cuántas horas haces?.- me respondió, cuestionando.

-Un par nada más.- respondí, sacada de si; realmente me parecía muy extraño.

-Tipo 5:00pm, ya estarás en tú casa.- respondió, cuestionándome una vez más.

-Sí, quizás; que tengas buen día.- le respondí, ya un poco atemorizada; estaba haciendo demasiadas preguntas.
No volvió a responderme.

El viaje era largo así que me puse los audífonos y mientras escuchaba aquellas melodías iba viendo pasar los árboles. Me sentía tan bien, ya no sentía tantas inseguridades; estaba emocionada por que vería a mis padres después de un mes, nunca había sentido tanta felicidad por poder verles.

Cuando ya llegue a la terminal para tomar el último bus (por que sí, para ir a mi ciudad de origen eran tres buses los que debía tomar, ya sé; quedaba muy largo). De repente vi a Santi a lo lejos ¡no podía creerlo!, que estaba haciendo él allí; quise pensar que era una coincidencia, así que decidí ignorarle.
Me dirigí a comprar algo rápido para comer ya que después de cinco horas de viaje me había entrado mucha hambre, compré una hamburguesa, unas papas y una limonada(mi favorita); también compré una botella con agua.

Cuando me dispuse a ir a tomar el bus, sentí como alguien tomo mi brazo; giré y me di cuenta que era Santi.

Cuando pensada que pasaría un maravilloso fin de semana con mi familia, llego Santi y lo cambio todo completamente.
Si hubiese sabido que él tenía aquel plan tan macabro, nunca hubiera hecho viaje ese día o quizás sí pero; le habría pedido a mi papá que fuera por mí.

Si en algún momento me hubieran dicho que Santi era capaz de todo por mantener a alguien a su lado, les juro con mi vida que nunca me hubiera enamorado tanto de él. Me habría alejado de él.
Pero bien dicen <<que uno no es adivino>>, nunca piensa en la maldad qué hay en muchas personas.

Ahora puedo aconsejarles: nunca, pero nunca dejen que nadie; absolutamente nadie tome decisiones sobre ustedes. No permitan que le hagan tanto daño, no tengan miedo de pedir ayuda; no se queden calladas cuando sientan el primer golpe.

Ese fue mi mayor error y por ello pase todo lo que pase, más aún; por eso mismo quede con el peor trauma de mi vida....

La vida de Caroline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora