21- Maratón 5/?

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Últimos 5 capítulos

Estaba acostada en la cama king size de mi papá rodeada por mis hermanos y los hermanos Guzmán, así también como de muchísima comida de todo tipo, de toda nacionalidad y variedad, desde comida china, hasta árabe-por más que no pudiera comer picante-hasta tipos de cortes de carne argentina. Neta que exageraron estos plebes.

—Ay coshita de la tía.

Hice una mueca de disgusto cuando Alejandrina me levantó la blusa, por millonésima vez, besó mi barriga con la boca sucia, le habló y volvió a recomponerse para comer, a eso le siguió Ovidio quien aseguraba ser el mejor tío de todos.

Tres toques detrás de la puerta hicieron que el ambiente se volviera notablemente tenso e incómodo, todos sabíamos quien estaba detrás de la puerta, Iván-quien fue el que trató de consolar a su hermano- sabía más que nadie como él se encontraba por lo que me miraba con pena, hizo una seña con sus dedos y pronto todos comenzaron a salir del cuarto de mi padre, con Ovidio sin falta un bote de pollo frito debajo de su brazo y una alita en su otra mano.

Alfredo entró con un semblante que jamás había visto en él, muchísimo menos conmigo.

—Alf.

—¿Son de él o míos?—Respondió con frialdad viéndome sin una pizca de diversión o algo que no sea seriedad.—¡Mia respóndeme chingao'! Respóndeme porque te juro..—Él se acercó desesperado a un lado de la cama y llevó su mano a mi nuca para que lo viera fijamente.—Mia te juro que si esos niños son míos yo doy la cara con ese pendejo, te reclamo como mi mujer y a esas criaturas como mis hijos sin importarme cuánto te quiera ese imbécil. Dime Mia.—Negué con el dolor más grande que alguna vez pude haber sentido dentro mío sin verlo a los ojos.—Y si... si no son míos yo.. te aseguro que podemos ser felices los cuatro, yo puedo ser su papá, no me importa que sean de él porque Mia tu eres mía.

Ver la desesperación en sus hijos por querer oír la verdad, tener ne mis manos la posibilidad de quitarle a sus hijos por un tiempo o quitarle a su padre y a dos niñas pequeñas a su padre para siempre. Mi decisión estaba clara y firme por más que me doliera.

—Mia respondeme por favor.—Él tomó mi rostro entre sus dos manos y cuando no obtuvo mi respuesta lágrimas comenzaron a rodar por sus ojos.

La puerta fue mi salvación a tener que dejar salir de mi boca una mentira más.

—Alfredo mijo, deja a Mia tranquila, no la alteres ahora.

—Pero papá ¡Merezco respuestas!

—Y las tendrás pero no ahora, necesitamos hablar con mi hija.—Alfredo suspiró y furioso salió de la habitación dando un portazo.—Ahora sí, tu muchachita me explicarás qué es lo que me acaba de contar mi compadre.

Miré alarmada el teléfono que Joaquín puso en el medio del triángulo que se formó conmigo, mi padre y mi padrino.

—Pero sin teléfonos ni...

—Mia no estás en condiciones de pedir nada.—Papá se quitó su gorra y despeinó su cabello.

—Ush, te falta un retoque de ra..

—¡Mia! ¡Explícame por qué razón tu padrino afirma que tú estás detrás de su liberación al igual que el presidente!


(...)

Bajé con cuidado y en silencio los peldaños de las escaleras, después de haberles relatado todo lo que había hecho este tiempo sin que nadie supiera, así como del trato también, la regañiza que me habían dado me agotó hasta físicamente.

Mi Gobernadora | Alfredo Guzmán | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora