Mi Gobernadora | Alfredo Guzmán | TERMINADA

22-Maratón 6/6

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Di un largo suspiro acostándome en la cama satisfecha después de la esperada reconciliación que habíamos tenido después de una acalorada discusión en la cual él echaba en cara que no le había tenido la confianza para contarle lo que sucedía, que fui una impulsiva y egoísta para conmigo misma porque puse a los delante de mí, no tuve de otra que callarla y calmarlo con besos repentinos y robados que poco a poco se tornaron en más pasionales, lentos y llenos de amor demostrando cuánto nos habíamos extrañado y lo arrepentido que Alf se encontraba por haberme ignorado y dejado éste tiempo porque por mi lado, yo no me encontraba arrepentida de absolutamente nada, aunque sí estaba preocupada. ¿Sería capaz Luis Peña de arruinar mi mandato por haber roto sin intención nuestro trato? Claramente que si algo sucedía yo también sacaría a relucir mis dotes para el chantaje los cuales había heredado de mi padre y perfeccionado con los Caro y Guzmán con el pasar del tiempo.

Me acurruqué en su hombro rodeando su torso con mi mano haciendo que el costado de su cuerpo rozara mi barriga por lo cuál Alf sonrió sin dejar de ver al techo.

-¿Algún día imaginaste que terminarías siendo tú la madre de mis hijos?

-¿Te soy sincera?-Pregunté posando mi mentón sobre mi mano encima de su pectoral. Él me miró y asintió.-Me lo planteaba e imaginaba cada vez que los demás nos afirmaban que acabaríamos siendo más que amigos pero nunca creí que se volviera realidad.

Él se sonrió y dejó caricias por mis hombros bajando por brazos, nos dios vuelta con rapidez para quedar él arriba mío entre mis piernas, con cuidado de no lastimar a los bebés. Nuetsros bebés.

-¿Y tu? ¿Me veías como la madre de tus hijos?

-¿La neta?-Asentí sabiendo su respuesta.-Hasta hace unos meses no, cuando tuvimos que separarnos me di cuenta que estoy perdidamente enamorado de ti y claro, que a tu lado quería hacer mi vida, sólo contigo y no de ninguna otra mujer.

-¿Estás..?

-Sí Mia.-Con su mentón quitó la mano que pasé por mi rostro y besó mi nariz con lentitud.-Tal vez fue tardío pero me di cuenta que me traes cacheteando banquetas mi amor.-Liberé una carcajada por el poco romanticismo de su confesión pero volví a quedarme seria con su pregunta.-¿Y tu?

-¿Yo qué?

-No te hagas bebé. ¿Estás.. no lo sé.. sientes o me ves como algo más que mejor.. amigo?

Respiré profundo y me permití pensar para aclarar mis sentimientos. ¿Pero aclarar qué? Si no me hacía falta buscar los motivos para saber que simplemente siento que no lo quiero, yo amo a este hombre.

Lo amo y estoy enamorada de mi mejor amigo, Alfredo Guzmán es el dueño de los sentimientos más bonitos que alguna vez podría haber sentido por una persona que no sea yo.

Estoy enamorada de él, de sus manías, de sus tonteras, del sonido de su risa y la mía al unirse, de la forma de besar mi nariz y lentamente amarme a través de sus besos, de sus susurros en mi oído o de su manera de posesivamente reclamarme como suya, de su forma de ver la vida, lo valiente y obstinado que es hasta conseguir lo que quiere. Me enamoré de Alfredo y ya no es un secreto.

-Me extraña que me lo preguntes bebé.-Rodeé su cuello con mis brazos y acerqué su pecho a los míos produciendo un escalofrío que sentí cuando su piel se erizó y me miró con sus ojos iluminados.

-Quiero oírlo salir de tu boca, dime que me amas.-Pidió escondiendo su rostro en mi cuello.

-Te amo Alf.