Capitulo 9.3

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Siento unos nervios enormes, los dedos de mis manos no paran de entrelazarce entre si, mientras vamos camino a la iglesia, quiero apagar mi corazón para que no salgan los sentimientos y empiece a llorar.

De las cosas que mas me duelen es que mi tia y mis abuelos no tiene idea de lo que esta pasando, pues piensan que estoy en mi trabajo, que maldición me a tenido que dar para que me ocurran estas cosas......

-¿Estas nerviosa hija?.-, me pregunta Isabel al verme pensativa.

- Eeeemmm, no, bueno,¡si!.-, le digo nerviosa.

- No te preocupes que pasa rápido.-, me dice sonriente.

Tan solo pasan 10 minutos y ya estamos enfrente de una iglesia enorme, muy bonita y afuera muchas personas, al parecer vestidas elegantemente. Tan solo ven la camioneta y todos aplauden, pienso que lo hacen por vernos.

La camioneta se detiene, estamos frente a miles de personas...

- ¿Estas lista?.-,me pregunta Isabela. Cuando de repente abren la puerta y veo que es el tio Daniel.

- Vamos hija, se hace tarde.- me toma del brazo y me ayuda a bajar, es como si te viera bastante prisa para hacerlo.

Bajamos de la camioneta, tantas personas que hay hacen que me den nervios, que me sienta como a ahogar. Mi tio me jala ha sía la entrada de la iglesia, en donde toda la gente entra, mientras que nosotros esperamos a fuera unos cuantos minutos.

- ¿Y Alfonso?.-, Isabel le pregunta a mi tio Daniel.

- Adentro,¡obvio!.-, le dice serio. Parece que esta de malas. - ¿Estas lista hija?, ya vamos a entrar.

Mientras yo lo miro directamente y esas palabras me entran en la cabeza, empiezo a pensar que tal ves debería correr de hay y alejarme lo mas pronto posible, por que si decido hacer esta locura puedo arruinar mi vida. Pero pensar en mi familia y en lo tanto que necesitamos el dinero, me impulsa a arruinar mi vida con tan solo una palabra....


- ¡Hija?.-, me mira con atención.

-¡Si!, estoy lista.-, le digo sonriente.  A lo cual el suspira de felicidad. 

- ¡Vamos entonces!.-, me estira su codo para que yo lo tome, pues el es quien me entregara en el altar.


Cada paso que damos a la entrada de la iglesia, es como cada latido de mi corazón retumba dentro de mi queriendo salir de su orbita. Le tomo el brazo a mi tio de una forma tan de nervios, pues de verdad lo estoy.

En cuento entramos a la iglesia millones de personas sentadas en las bancas, una sintonia de piano que se escucha espectacular, empieza a retumbar en ese momento.

La caminata es larga, pues una alfombra roja nos da el camino, a un que para los ojos de los demás es la boda perfecta, para mi es el pleno infierno. Veo que Alfonso esta con mala cara pues me contempla de arriba abajo. Cundo menos lo espero ya estoy justo de frente al padre y Alfonso.

Mi tio le sede mi mano al verdugo, que justamente el la toma con rudeza. 

Nos paramos justo frente al padre, que sin pensar empieza la misa. Lo normal que comienza una religión pues la verdad no se de lo que habla, pues en mi familia no somos  religiosos. Cuando de repente el padre me hace una pregunta que ya se la hizo a Alfonso.


-Hija, aceptas a ¿Alfonso Caprichi de los Bianchi como tu esposo?..................................

¡Entre lazada obsecion!,(por que todo comienza desde tiempo) Segunda Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora