Capítulo 2. Sus ojos

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La madrugada volvió a cobrar sentido, volvió a significar horas sin dormir pensando en él. Después de todo me seguía quitando cada milésima de segundo de sueño. Haciéndome ilusiones casi inexistentes, porque solo yo era la estúpida que seguía pensando en su ex novio, cinco años después.

¿Podéis pegarme con un bate de beísbol? Gracias.

Aquel día tuve suerte de que la firma de mi libro fuera por la tarde, mucha suerte. Pasé toda la noche con los ojos tan abiertos como platos, algo así como un búho. Por toda la ansiedad que me generaba estar de nuevo en esta situación, y verme tan enamorada como hace años atrás, arrase con el frigorífico de mi hermano. Quizás engordé unos tres kilos esa noche.

A las dos de la tarde, mi querida sobrina Bella, me despertaba con su llanto. No me molesto ella, sino la voz de mi hermano casi desesperante por callar a esa criatura.

- ¿Qué pasa? - Dije bajando las escaleras.

Fred daba vueltas al rededor de todas las habitaciones del piso de abajo, su cabello estaba alborotado, y sus ojos tenían una cierta expresión de cansancio. Puede que Bella también trasnochara anoche.

- No sé qué le pasa. - Me dijo. - Esta noche a estado despierta, sin apenas llorar y ahora no deja de hacerlo.

- Dale de comer y deja de dar vueltas.

Ahora yo estaba tan desesperada como él por saber que le pasaba a la pequeña. Abby estaba desaparecida y puede que lo único que necesitase era el pecho de su madre, o que sé yo. Ni siquiera sé cuidarme a mi misma.

- Cierto, necesitamos leche. - Me dijo Fred. - Cogela.

- ¿Qué haga qué?

- Que la cojas. Necesito ir a preparar su biberón.

Tomé a la niña casi temblando, era tan pequeña que me daba pánico que algo le pasase. Mi hermano desapareció por el pasillo que conducía hasta la cocina, y yo me senté en el sillón con Bella.

- Hola, pequeña. - Comencé a hablarle. - El estúpido de tu padre no sabe cuidarte, ¿cierto?

Puede que mi voz la tranquilazara, o le resultará como una suave melodía, porque su llanto cesó, y se quedó expectante, analizando cada expresión en mi rostro.

- Les has dado jaleo, ¿verdad? - Segui hablándole. - Nos parecemos, a mí también me gusta molestar a Fred.

Vi una pequeña sonrisa en su rostro, y mi corazón no necesito nada más para sentirse satisfecho. Comencé a cantar una melodía, no sé, quizás All of Me, de John Legend, de una forma suave, dulce y con tanto sentimiento, que le entregue cada milésima de centímetro de mi corazón.

- Because all of me
Loves all of you
Love your curves and all your edges
All your perfect imperfections
Give your all to me
I'll give my all to you
You're my end and my beginning
Even when I lose I'm winning
Because I give you all of me
And you give me all of you
I give you all of me
And you give me all of you

¿Me sentí como Blanca Nieves? Efectivamente. Capte la atención total de Bella, la cual comenzó a verse tranquila y sus párpados se comenzaron a cerrarse de manera suave y delicada. Fred me extendió el biberón mientras seguí cantando la misma estrofa una y otra vez.

- Solo falta que comiences a volar. - Bromeó.

- Exagerado. - Rodé los ojos mientras seguía mirando a Bella. - ¿Dónde quieres que la acueste?

- Allí está su cuna.

La dejé suavemente y después volví a observarla. Era tan pura, y tan bella que el hecho de solo pensar que algún día podrían lastimarla igual que lo hicieron conmigo me rompió en mil.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora