Capítulo 29. Lo intento

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Blake

A pesar de saber que todo estaría bien, mi mente aún no dejaba de pensar una y otra vez en lo mismo.

¿En qué momento Mara y Cole se conocieron?

Aquello se repetía dentro de mi cabeza cada segundo. No dejaba de plantearmelo una y otra vez, y no conseguía dar con la respuesta.

Me daba cierto temor saber qué nos espera después, de esto. Pensar que podríamos pasar de nuevo por algo parecido me llena de ira e impotencia. No podía permitirme volver a sufrir de aquella manera. Ni tampoco que Bella lo hiciera.

Nos habíamos despertado tarde. Sí, yo también. Bella ayer tuvo una nueva pesadilla, lo que trajo consigo un llanto desolador, inseguridad y mucho estrés por parte de los dos.

Anoche todo pintaba tan bien, que creí que no volvería a pasar un nuevo mal rato. Pero, una vez más, el destino a decidió jugarnosla.

La llevé a pasear por el jardín, como a las cinco de la mañana. Le preparé una tila y le serví unas pastas para que se sintiera mejor. Después, llegamos a nuestra habitación y se encerró en sus pensamientos, pero sin separarse de mí.

Estuvo despierta, horas, pero no se movió. Ni siquiera dejaba escapar un suspiro.

Estaba preocupado. No lo negaré. La había visto mal, e incluso rozando el borde del abismo, pero eso no me quitaba el hecho de que me destrozara verla en ese estado.

No sabía qué le ocurría exactamente. Asimismo, comenzaba a creer que lo mejor era visitar a un psicólogo, que de verdad la ayudara.

Cuando salí de la ducha, ella estaba despierta. Había retirado las cortinas, y se podía percibir que fuera comenzaba a llover. Adoraba observar la lluvia, siempre lo a hecho. 

Me tumbé a su lado, y rodeé su cintura a la vez que posicionada en su mejilla un beso.

- ¿Qué tal estas? - Me atreví a hablarle.

- Bien. - Musito algo desanimada.

- ¿Quieres ir a casa? - Volví a hablarle.

- Quiero ver la lluvia.

Sus palabras comenzaban a apagarse. Aquello me hacía morir poco a poco.

- ¿Quieres hablar de algo?

- Quiero llorar. - Escuché como le temblaba la voz. - Pero, no lo voy hacer. Supongo que es malo para el bebé.

Apreté mi puño, y mi mandíbula se tensó. Sus acciones eran tan claras y sin a penas energía, como si ella sintiera que nada tenía sentido.

- ¿Puedes dejarme sola? - Me preguntó.

- Sí. - Volví a besarle y salí de la habitación. 

Desconocía como tratar acciones así, ni mucho menos entenderlas. No la juzgaba, nunca lo haría, solo necesitaba entender sus emociones y mantenerme sereno, hasta que ella se encuentre mejor.

Bajé y en el salón se encontraban Fred y Abby. Me observaron.

- Bella esta bien. - Concrete antes de que preguntaran.

Ellos sonrieron.

- Saldré un momento, ¿podéis aseguraros de qué Bella se encuentra bien?

- No te preocupes, Blake. Iré a hablar con ella.

Abby se levantó del sofá a la vez que yo salía por la puerta.

¿Mi destino? La cárcel de mujeres, donde Mara cumplía su condena. Debía averiguar qué había pasado allí.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora