Capítulo 11. Desastre

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Sin ni siquera percatarme estaba estacionada delante de la casa de mi hermano, absuelta en mis pensamiento y temblando por el pánico que me generaba decirle esto.

Caminé hasta la puerta y toqué el timbre, deslicé las gafas de mis ojos y las utilice como una diadema para apartar el cabello.

Me abrió Abby con Bella en brazos.

- Hola, nena, pasa. - Se apartó de la puerta y camino en dirección al salón.

- ¿Qué tal? ¿No está Fred?

- Ha salido a hacer la compra, ¿qué tal tú? ¿Qué tal con Blake? ¿Cuándo pensabas decirme que habíais vuelto?

- ¿Cómo te has enterado?

- La pregunta es: ¿Cómo no me iba a enterar? Él es un futbolista, y las redes están que arden con vuestra relación.

Me senté en el sofá desanimada y ella se sentó junto a mí.

- ¿Qué ocurre? ¿No estas feliz?

- Me ha pedido que me vaya a vivir con él.

- ¿Y no quieres?

- No es eso. - Suspire. - Me preocupa Fred, o como se lo vaya a tomar.

Le cogí a Bella de sus brazos, ya que reclamaba mi atención y le di el biberón que Abby comenzó a darle segundos después de que llegara.

- Mira cariño, Fred te quiere tantísimo que siempre te apoyará en lo que sea. Solo habla con él, no entiendo por qué debería enfadarse.

- Sí, supongo.

- Deja de preocuparte por lo demás, y piensa por una vez en ti, en lo feliz que eres a su lado, y en lo mucho que has sufrido todos estos años. Te mereces un respiro.

Era una verdad tan grande como la copa de un pino, y yo me negaba a abrir los ojos y verla.

- ¿Cuándo te vas?

- Venía a por mis cosas.

- ¿Necesitas ayuda?

- Sí, me vendría bien.

Subimos a mi habitación, y dejamos a Bella en su cuna para que pudiera descansar.

Comenzamos a empacar todas mis cosas en las maletas, y no podía creerme que lo estuviera haciéndo de verdad. Que hubiera tomado esta decisión.

- Abby, ¿y la niña? - Mi hermano entró en la habitación y observó la escena. - Bella, princesa, ¿qué tal? ¿Qué es todo esto?

- Os dejaré que habléis. - Abby pasó por su lado y cerró la puerta detrás suya.

- ¿Todo bien?

Cerré la última maleta que me quedaba y la dejé en el suelo. Después me senté en la cama, y le hice un gesto a mi hermano para que lo hiciera a mi lado.

- Blake me a pedido que me mudé con él.

- ¿Y qué le has dicho? Que sí, supongo, esta todo lleno de maletas.

- Sí, me iré.

- Bien, te bajaré las maletas. - Se levantó de la cama.

- ¿No piensas decir nada más?

- ¿Quieres qué me oponga?

- No, pero pensaba que lo harías o no sé.

- ¿Por qué iba a hacerlo? - Se volvió a sentar en la cama. - Es tu decisión, tú vida, es tu novio y tú relación, si habéis decido tomar este camino, no tengo nada que ver. Merecéis ser felices, y tú más que nadie, pequeña.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora