Capítulo 28. Como yo a ella

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Blake

Nunca he dudado de mis sentimientos hacia Bella. De echo, cada día estoy más seguro de lo que siento por ella. Estoy convencido de que no quiero nada, sino no es con ella, y de que me llena de luz y vida.

Bella se había despertado debido a una pesadilla, y hasta pasadas unas horas no consiguió conciliar el sueño. Era un sin fin de lágrimas que no cesaban, asimismo, me quemaban por dentro y provocaban en mí, miles de heridas abiertas.

En cambio, yo, llevaba días sin dormir bien, o dormir, simplemente. Es algo que no puedo hacer, sabiendo que puede ocurrirle algo. Sé que dentro de casa está a salvo, pero mi consciencia no me deja estar en paz.

Los ojos me pesaban y sentía que en cualquier momento me perdería en un profundo sueño. Aún así, me resistía y seguía acariciando su cabello de manera sutil y confortable para ella.

- Tú también puedes dormir. - Me susurró.

- Lo sé. - La miré, aún tenía los ojos cerrados.

- ¿Y por qué no lo haces?

- Porque prefiero seguir mirándote.

Vi como sonreía, aquello me dio un vuelco al corazón. Se hundió un poco más en mi pecho y pasó su brazo, rodeando mi cintura, aferrándose un poco más a mí. Besé su frente y ella volvió a sonreír, esta vez, sin mostrar los dientes.

- Necesitas dormir, no mirarme.

- También lo sé, pero sigo prefiriendo la segunda opción.

Sus palabras fueron como la señal que mi cuerpo necesitaba para rendirse y caer en un profundo sueño. Realmente, estaba agotado.

Al día siguiente

Aturdido abrí los ojos. El sol iluminaba toda la habitación, y conseguía dejarme sin a penas visón.

Pasé la mano por el lado que ocuparía Bella, de nuevo no estaba. Me incorporé rápidamente y salí de la habitación, la encontré en la cocina comiendo arándanos y a la vez hacia sus míticos espaguetis de calabacín. Receta que aún no había quemado, y que probablemente sea la mejor que haga. No lo digo yo, sino ella.

- Buenos días. - Me observó sonriendo.

Caminé hacia ella y me detuve a su lado, para besarla.

- Hola, ¿llevas despierta mucho tiempo? - No dudé en preguntarle.

- Sí, bueno, no mucho.

Miré el reloj de la cocina, daban las una. Realmente, estaba cansado, nunca había dormido tanto.

- Que rico. - Miré los espaguetis.

Sonrío y tomó otro arándano.

Me senté al otro lado de la isla, y la observé mientras se movía por al cocina. Quería hacerlo sola, así que la dejé tranquila.

Aunque, ella no quisiera hablar conmigo de como se sentía en estos momentos, debía preguntarle y asegurarme de que la vuelta no había sido para ella demasiado abrumadora. Bella es una persona trasparente, sus sentimientos se ven en todo momento reflejados en su rostro, o en su expresión, pero esta vez, no. Por eso mismo, creó entender que se siente bien y que esta intentando superarlo todo.

Cuando la comida estuvo lista, preparé la mesa mientras Bella servía. Comimos en silencio, ella parecía tener hambre así que no quise molestar se alguna manera con mis preguntas.

Tomó un poco de agua y me miró. Sin pensarlo, aparte el plato y le devolví la mirada.

- ¿Estas bien? - Le pregunté evitando que me temblará la voz. - No me has dicho nada desde esa noche, necesito saber si estas bien.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora