Capítulo 40. Al 100%

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Blake

Estoy completo junto a ella, al cien por ciento, y ella lo está junto a mí.

Ha pasado más de una semana desde que Trey desapareció por completo de nuestras vidas, al fin. Tengo sentimientos encontrados. ¿Soy pésima persona si me alegro de la muerte de alguien? No lo sé, pero no me arrepiento de pensar de ese modo. Se lo merecía.

Bella hizo bien en apretar el gatillo, en actuar rápido y en no pensar en nada que no fuera ella misma. Si ella no hubiera sobrevivido nuestro bebé tampoco, y sería lo más trágico para mí. Sin duda alguna tocaría fondo, y dudo mucho si algún día podría volver a recuperarme.

Bella es, por excelencia, la mejor persona que pudiera haber conocido jamás.

Hoy, estamos especialmente emocionados, al borde del colapso, diría. Es el gran día. 

- ¡Mi pareja favorita! - Abby nos saluda.

Estamos en la casa nueva, en la fiesta que Abby nos a preparado para conocer, al fin, el género del bebé.

Bella y yo estamos una espiral invisible. Flotando en una marea seca, pero a la vez llena de nuestra maldita felicidad, la misma que tardo tanto en llegar y que ahora, espero no dejar escapar. Debemos aferrarnos a ella lo máximo posible, y disfrutarla.

Nunca me han gustando los niños, para que mentir. Pero en el último año mi postura a cambiado en todos los aspectos, es obvio, ¿no?

Me abruma un sentimiento nuevo, uno que jamás he experimentado. Estoy ansioso por la llegada de Adamas, pero a la vez, completamente aterrado. Ser padre es maravilloso, pero lleva una carga, positiva, obviamente. Debes prepararte mentalmente para cualquier necesidad que pueda aparecer en cualquier momento. Asimismo eso es, prácticamente, imposible. El mañana es imprevisible, incluso los segundos lo son. No sabes qué saldrá bien o mal, simplemente sabes qué estás ahí, viviendo.

Por otra parte, Bella y yo tenemos claro que el bebé recibirá el nombre Adamas, independientemente de su sexo. Es un nombre especial. Que define al completo lo que sentimos el uno por el otro, y todo lo que hemos luchado por estar aquí, juntos. Nombra la poca fragilidad que nuestros corazones tuvieron al enfrentar tantas batallas para estar juntos, y eso, es lo que nos mantiene unidos.

- ¿Por qué me traes aquí? - Pregunta Bella mirando las pequeñas magdalenas que adornan una esquina de la mesa.

Me echo a reír cuando se acerca la primera adornada con una crema color rosa.

- ¿Esta rica? - Le preguntó.

Ella asiente con la cabeza mientras sigue masticando. Pocos instantes después, del primer mordisco su vista se dirige directamente a la entrada del jardín. Estoy de espaldas a está, por lo que me es complicado asumir lo que ella pudiera ver en este momento, pero me doy cuenta que es interesante, ya que no tarda en señalarmelo con el mentón, disimuladamente.

- No pensé que vinieran. - Confieso lo que pienso en voz alta.

- Les mandaste la invitación. - Afirma. -  ¿Por qué no iban a venir? - Asume esta vez.

Bella me hace caminar junto a ella, hasta llegar junto a mis padres, mis abuelos y mis hermanos. Estos últimos me reciben con los brazos abiertos, y mis padres se mantienen algo alejados de la escena, ya que, con ellos es algo más especial.

La relación con ellos a mejorado, pero a paso de tortuga. No pueden intentar curar el dolor de años u ocultarlo. Es muy parecido al momento en el que rompes un plato, no podrás arreglarlo por mucho que le pidas perdón.

Bella los saluda, y me enorgullece ver que le devuelven el abrazo. Mamá, además, le proporciona un cumplido catalogando lo hermosa que esta, y tiene toda la razón.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora