Capítulo 9. Nuestro cuerpo

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Contenido un poco delicado JAJAJA. Espero haber sido muy detallista JAJAJA.

En fin, Bella y Blake vuelven a las andadas, a ser ellos en todo su esplendor, aunque no todo será de color rosa.

¿Qué os parece? ¿Os esta gustando esta pareja tanto como a mi? ¿Crees que podrán llevarse bien al fin o necesitaran un empujoncito?

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Gracias por todo bellos!!

.......

Copa, tras, copa, risa tras risa. Blake y yo éramos los últimos sobrevivientes de la noche, todos los demás se había marchado.

Estábamos tan borrachos que solo hacía falta mirarnos para comenzar a reír como tontos. Los dos nos habíamos pasado, y mucho, parece que necesitábamos esto tanto como a nosotros mismos.

Ahora caminábamos como podíamos hacia su casa, ni él ni yo estábamos en condiciones como para conducir un coche, y era de madrugada.

- ¿Por qué me has hecho beber tanto? - Me preguntó Blake entrando al ascensor.

- ¿Y tú por qué me has hecho beber tanto a mí?

Los dos comenzamos a reír otra vez. Y mientras Blake buscaba el piso donde se encontraba su apartamento, yo me detuve a mirarlo.

Estaba tan borracho que ni siquiera veía los números.

- Déjame. - Apreté el piso número quince y esperé a que el ascensor comenzará a subir.

Él estaba apoyado en una pared, y yo en la de enfrente, mirándonos.

La tensión entre nosotros subía cada vez más, y no pude ocultar el deseo que sentía ahora mismo por él.

Dio pasos cortos hacia mí, y su mano se posó en la pared cerca de mi cabeza. Sus ojos me observaron con atención. Pasaron de mi rostro, hasta mi pecho, después hasta mi cadera y por último hasta mis piernas descubiertas por el vestido de esa noche.

Su altura no era notoria debido a los centimientos de mis zapatos de tacón, pero aún así seguía siendo más alto y corpulento que yo. Y aquel traje le quedaba tan bien, pero estaría mejor sin él.

Su dedo índice pasó con delicadeza por mi rostro, contorneado mi nariz y después mis labios, en los cuales se detuvo unos instantes. Siguió por mi escote y cuando llego a mi cintura me atrajo hacia él,  de forma brusca y salvaje, y creó que fue la mejor sensación que pude haber sentido jamás.

En sus pantalones claramente, había un relieve, un muy buen relieve.

Cuando por fin corto la distancia que había entre nosotros, lo besé con tanta ansia que sentí que el mundo se detenía en ese momento. Es increíble todo lo que se puede hacer mientras el ascensor no deja de subir.

Mientras me besaba, sus grandes manos recorrían mis músculos y todo mi cuerpo una y otra vez, y nos faltaba aire para expresar todo lo que en ese momento sentíamos.

Cuando el ascensor se detuvo, nosotros también lo hicimos, y caminamos espacios cortos, nos besábamos, y después volvíamos a caminar, hasta que llegamos a su apartamento, y le fue imposible encontrar la cerradura.

- A ver déjame. - Le pegué un empujón, y abrí la puerta.

Era obvio quién iba mejor de los dos.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora