Capítulo 13. Algo nuevo que descubrir

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En cada capítulo de nuestras vidas, sobre todo de la mía, habrá algo que de una forma u otra nos atormente de alguna manera. En mi caso es pasarme cada segundo de mi día pensando en como proteger a todo el mundo de mi querido y adorado maníaco.

Me incorporé rápidamente por el terror que me había causando la pesadilla que llevaba noches atormentandome.

Un sudor frío me traspasó la piel y la erizo de forma inesperada, fue como si alguien estuviera allí, vigilandome, algo extraño de explicar.

Me levanté de la cama y caminé hasta el baño, allí me lavé el rostro con el agua tan fría que sentí que el cerebro se congeló en el mismo instante en el que me rozó.

Hacía calor y es que las últimas semanas de mayo, para mí, eran las peores, a parte de que el verano nunca fue algo que me gustase demasiado.

Cogí un vestido corto de tirantes, y unas zapatillas blancas y me las puse lo más rápido que pude, me hice una coleta improvisada y salí de aquel horno tan
rápido como pude.

- ¿Lista? - Me preguntó Blake.

- Sí, vamos.

Cogió su mochila y bajamos hasta el garaje donde un nuevo escalofrío se hizo notar por todo mi cuerpo. Recorrí cada centímetro del lugar con los ojos, pero más allá de la oscuridad no pude ver nada que no fuera eso.

Me metí rápidamente en el coche, y el irritante sonido de mi teléfono interrumpió a mis pensamientos de asesina, donde la historia comenzaba cuando de la parte de atrás aparecía un individuo con un cuchillo y mi arma letal fuera mi bolso acompañado de su correa de evillas, con el cual lo dejaría fuera de combate.

- Es Cole. - Dije en voz alta.

- ¿Y por qué te llama? - Arrancó el coche. - Dile a ese médico de pacotilla que tienes novio, y que, sorpresa, soy yo.

Rodé los ojos y cogí la llamada, la cual comenzaba a irritarme nuevamente.

- Hola, Cole, ¿qué tal?
- Bien, ¿y tú?
- También.
- Dime, ¿necesitas algo?
- Te quería invitar a cenar.
- ¿Cenar? Bien, claro, iremos.
- Oh, vaya, no pensé que llegaría tan lejos.
- ¿Por qué? - Reí. - Busco un restaurante y te mando un mensaje.
- Vale, nos vemos.

Colgué la llamada y dejé mi teléfono en mi bolso.

La mirada de Blake insistía en que le describiera con todo detalle mi minúscula conversación con Cole.

- He quedado con él. - Le hice saber.

- Que bien, que te aproveche.

- ¿Cuántos años tienes, Blake? - Levanté las cejas.

- Los suficientes para saber que Cole no es trigo limpió.

- Según tú.

- Sí.

- No voy a discutir contigo por esto, saldré con él esta noche te guste o no, es solo una cena. Dios.

- Puedes bajar del coche, ya hemos llegado.

Estacionó el coche delante de la casa de mi hermano, me observo mientras me bajada de él y pegaba el portazo del siglo, por el cual quisiera matarme en ese momento. Sin decirme nada arrancó y lo vi desaparecer.

Abby salió de casa y caminamos hasta su coche, de allí nos dirigimos al centro comercial que se encontraba a tan solo diez minutos de casa.

- ¿Qué te a qué? - Me preguntó mientras removió los vestidos en la percha de la tienda.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚄𝙽𝙾 •2• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora