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Coco y vainilla.

Un chico adorable de cabellos negros y lindas pecas en sus mejillas abultadas se dirigía a las profundidades del bosque a encontrarse con cierto lobo olor a coco.

Sabía que debía tener mucho cuidado porque habían más de esa raza que no dudarían ni un segundo en atacarlo y convertirlo en su presa por ser un débil humano.

Cuando llegó al lugar acordado, que era al lado de una pequeña laguna con muchas flores alrededor de esta, se sentó en un tronco a esperar al lobo. Escuchó una rama romperse que lo hizo asustar y como reflejo, se levantó rápidamente por si tenía que correr.

"Soy yo, Lixie"

Al escuchar la voz del rubio en su cabeza, se tranquilizó y se acercó a él a darle un abrazo con un pequeño beso en los labios.

Estuvieron jugando y conversando de varios temas en toda la tarde. Nadaron hasta que el calor del clima empezó a bajar, comieron los deliciosos frutos que habían en el bosque e hicieron una corona de flores para cada uno.

Ahora mismo, ambos estaban sentados en el césped mientras que el sol poco a poco se ocultaba.

-¿Tienes frío? -el pecoso negó, pero su cuerpo inconscientemente temblaba delatándalo. El rubio sonrió empezando a quitarse la ropa con la atenta mirada de Felix en él y luego se convirtió en un gran lobo blanco con ojos azules.-No era necesario... -acarició el suave y lindo pelaje del animal.

El lobo se acomodó en las piernas de Felix evitando aplastarlo y se echó. De esta manera, el pecoso podría agarrar calor y así evitar un futuro resfriado.

-¿Sabes? La cosa está peor en el pueblo. -suspiró.-La personas cada vez enloquecen más, por suerte hoy mis papás me dejaron salir.

"¿Por los antiguos?"

-Sí...

Cada vez los antiguos mataban a más humanos dejándolos descuartizados, varios policías renunciaron por semejantes escenas que veían cada día. Ellos tampoco querían acabar de esa manera. Todo estaba hecho un caos.

Las orejas del lobo se movieron en donde había escuchado ese pequeño "crack" de una rama al romperse y se levantó gruñendo mientras mostraba sus colmillos. Miraba fijamente a una parte del bosque en posición de ataque delante de Felix, protegiéndolo.

-¿Channie?

El rubio ignoró al pecoso y agudizó sus sentidos. Había un antiguo cerca. Por él, ya hubiera ido a buscarlo, pero estaba con Felix y eso solo podría haber sido una distracción.

El de cabellos negros estaba confundido y un poco nervioso. Podía ver al lobo tenso y que encima gruñera, no daba una buena señal.

Se quedaron unos minutos más en esa posición hasta que el aroma a perro muerto desapareció del campo dejando a los dos chicos intranquilos.

"Te llevaré a tu casa"

Solo de esa manera se quedaría tranquilo.

─★ vampire ! ˎ'-

Al día siguiente volvieron a reencontrarse, pero a diferencia de ayer que Felix había ido con una sonrisa en el rostro, ahora estaba intentando aguantar sus lágrimas por la discusión que tuvo hace unos momentos con sus padres lo cual le hizo llegar más tarde a su encuentro.

-¿Felix? ¿Qué pasa? -preguntó preocupado.

-N-no es nada...

El mayor rodeó al pecoso con sus brazos para hacerle saber que siempre estaría con él y lo apoyaría en todo lo que necesitara. Se quedaron callados y fundidos en un abrazo. Ambos amaban tener la compañía del otro, se sentían completos cuando estaban juntos.

vampire; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora