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Hyunjin permaneció en completo silencio tratando de controlar sus instintos sabiendo que la había arruinado y todo por no ser más cuidadoso. Tenía una mano tapando su boca porque no podía volver a guardar sus colmillos, pero de todas maneras estaba expuesto ya que aún tenía los ojos rojos.

-¿Acaso eres...?

No le quedaba otra opción, al menos tenía que intentarlo.

El vampiro levantó la mirada hasta llegar a los tranquilos ojos del menor, los del lunar cambiaron a un color más fuerte y continuó con su plan. La hipnosis le serviría de mucho ahora.

Jeongin, anda ve a tu habitación.

-No.

Hwang parpadeó unos segundos confundido, ¿de verdad le había dicho que no?

Jeongin fue acercándose al mayor lentamente, aprovechando su pequeña distracción, como si tratase de comunicarse con una criatura asustada de un humano. Veía al vampiro, aún con la mano en la boca, preocupado como si temiera de sí mismo.

-Hyunjin, está bien... -murmuró. Sentía que si hablaba alto, el mayor retrocedería más.

El pelinegro estaba súper confundido. Primero porque sentía el olor a caramelo demasiado fuerte y segundo porque no había funcionado su manipulación. Además, que el humano quisiera acercarse a él, no ayudaba demasiado.

-Jeongin, aléjate. -su cuello se veía demasiado apetecible, la piel del menor era de tez blanca y gracias a eso, se podía ver algunas venas pequeñas como si estuviera adornandolo para ser devorado... Hyunjin tomó su cabeza con sus manos cerrando fuertemente los ojos para olvidar aquellos tentativos pensamientos.

Jeongin tuvo una idea y salió corriendo a la cocina para buscar algún objeto filoso, un cuchillo estaría bien. Cuando lo encontró, regreso rápidamente con el de lunar.

-Tranquilo... -dijo el humano, tomando una gran bocanada de aire y pasó el arma blanca por su mano, formando una gran herida. La sangre empezaba a correr y el vampiro ya no podía más.

Hyunjin estaba a punto de acercarse, pero...

Jeongin despertó.

(...)

El menor apagó la alarma de su celular, se levantó de la cama con pesar y entró al baño a lavarse la cara. Había tomado una siesta en la tarde por el pequeño malestar que aún sentía a causa de la fiebre, tuvo que poner una alarma o seguro se quedaría dormido todo lo que resta del día y luego no podría dormir en la noche.

-En serio debería adoptar un perro. -susurró.

Estar solo era aburrido, una mascota no le vendría mal.

Bajó a la cocina por algo de comer, pero no había nada nuevo. Eran las galletas de siempre y unas cuantas golosinas de varios sabores así que se le ocurrió una idea. Preparía panqueques.

-No creo que sea tan difícil...

Sacó su celular y empezó a buscar tutoriales en YouTube. Al encontrar uno corto, anotó los ingredientes en un papel y para su suerte, tenía todo lo que necesitaba. Cuando estuvo a punto de abrir la bolsa de papel que contenía harina, el timbre de la casa sonó así que se dirigió a la puerta principal.

-¡Jinnie! -gritó el menor emocionado, acercándose al mayor para darle un abrazo, pero su sonrisa se esfumó de su rostro a una expresión entre confundida y triste por el ceño fruncido en Hyunjin.-¿Pasa algo?

vampire; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora