vampire; hyunin

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Ya había pasado un día y aún no tenían idea sobre la ubicación Jeongin.

Hyunjin, en estos momentos, se dirigía a la casa del peliazul, había decido que era mejor buscar y saber todo lo que pasó desde el inicio y que mejor que preguntarle a uno de los mejores amigos de su novio.

－Buenos días... Hyunjin, ¿verdad? －el pelinegro asintió.－Pasa, cariño, le diré a mi hijo que estás aquí.

Entró a la cálida morada del de mejillas abultadas viendo algo nuevo en ella, había una pequeña pecera con dos lindos peces dorados jugando entre ellos. Se quedó viendo a los pequeños animales nadar que no se dio cuenta cuando la señora Han subió las escaleras para avisarle al peliazul de su nueva visita.

－Sung te espera arriba, cielo.

－Muchas gracias, señora Han. －sonrió.

Al entrar al cuarto se encontró con el dueño de este y a su amigo de cabellos naranjas quien había ido a ver a Jisung para asegurarse que estuviera bien. Hyunjin no quería ser un amargado, pero fue directo al grano. No podía perder más tiempo, tenía que saber lo que había pasado.

El peliazul suspiró con pesar y empezó a contar todo lo ocurrido esa noche, desde que llegaron a la discoteca hasta que el castaño desapareció.

－¿Soobin? ¿Choi Soobin? －preguntó el pelinegro.

－Sí, dijo que solo vio a Jeongin irse con alguien.

El vampiro recordó ese momento de hace semanas cuando estaban en la fiesta y vio las asquerosas manos del de cabellos grises en su menor. Claro que en ese día aún no eran novios, así que no podía reclamar nada, pero recordarlo le hacía hervir la sangre. Podría ser un sospechoso.

Sin escuchar más, volteó por donde vino para ir a buscar a Soobin. Si tenía algo que ver con la desaparición de Jeongin, juraba que lo iba a matar.

－Hyunjin espera. －el de cabellos naranjas lo detuvo.－Antes que vayas a hacer alguna tontería, recuerda que Jeongin ya olía a ti. No creo que Soobin haya hecho algo, ya sabes... sería sobrepasar límites y él no es esa clase de vampiro.

Minho tenía razón.

Los vampiros, al menos los evolucionados, respetaban si alguien tenía un aroma extra del suyo. En el caso de una pareja vampiro-vampiro, significa que ya estaban reclamados y meterse con aquella persona no sería más que cavar tu propia tumba. En una de humano-vampiro, se dividen en dos características. La primera es en donde el humano es considerado como presa del vampiro y la segunda es que podría estar siendo protegido.

Se dirigió a la casa del de cabellos grises intentando mantener la calma, él había ido con toda la intención de hablar, no crearía alborotos. Pero en su interior pensaba en matar de mil maneras diferentes a Choi si es que terminaba siendo un sospechoso.

Tocó la puerta y luego de unos minutos apareció un chico de cabellos color azul eléctrico con una sonrisa en el rostro.

－Hey Hyunjin. －saludó amablemente.－¿Qué te trae por aquí?

－Hola Yeonjun. －chocaron puños.－Vine a hablar con Soobin.

－Oh, claro. －rio－Adelante, pasa.

Entró reconociendo el olor a deliciosos bichos fritos, haciendo que su estómago rugiera pidiendo por comida, pero el pelinegro no había ido a comer manjares vampirescos. Así controlando sus instintos hambrientos, se acercó a la cocina y ahí estaba el chico de cabello grises quien no tuvo que pensar mucho para saber que hacía el de lunar ahí. Sabía el objetivo de su repentina visita.

－Hola. －dijo concentrado en ver si los bichos estaban completamente fritos.－Déjame terminar y hablamos en el comedor.

Luego de unos minutos, sirvió la comida en tres platos y los colocó en una bandeja. Le dijo a Yeonjun que fuera un rato a su habitación quien aceptó ir sin problemas, al menos tenía sus jugosos bichos fritos con él.

－No quiero que se te escape ni un detalle.

－Bien. －el pelinegro miró fijamente a Soobin, tenía que ver si había algún gesto de engaño en su rostro.－La última vez que lo vi fue en la barra conversando con un vampiro, pero es extraño ¿sabes? No tenía un olor muy agradable y además parecía que lo estaba ocultando. Solo recuerdo que era de estatura baja y su cabello era de un castaño claro. Cuando me iba a acercar a ellos para saber si todo estaba bien, al parecer ese vampiro me notó y los perdí entre todas las personas.

Hyunjin sabía que estaba diciendo la verdad, además de verlo en las facciones del chico, había husmeado en su cabeza sin que se dé cuenta. Valió la pena haber leído todos esos libros y también fue de gran ayuda los consejos de Taeyong.

Aún después de preguntar lo que había pasado, se podía decir que igual no tenía nada importante. Todos habían visto a Jeongin, pero nadie decía más que ello. No tenían idea de quien era ese vampiro de extraño olor. Hyunjin volvió a pensar que podría tratarse del mismo que vio en la dulcería.

Se despidió del dueño de la casa agradeciendo por la exquisita comida. Ahora tenía que ir a hablar con su amigo pelirrojo y mañana iría a ver cómo iba la manada con su búsqueda.

Ya casi habían terminado de cubrir todo el sur sin descanso alguno y aún no lo encontraban. Empezaron a pensar en la pequeña posibilidad que estuviera en el territorio de los antiguos, pero antes de que confirmaran aquello, tenían que asegurarse completamente que no estaba en el sur.

Eran muy pocos como para ir a los territorios del norte, podría ser muy peligroso. Hyunjin aún era un novato, sus compañeros eran fuertes, pero no quería exponerlos a todo ese infierno. Taeyong sabía cómo era el lugar ya que un día acompañó al conde quien había intentado hacer las paces con su hermano, lo cual no resultó nada bien. Los padres de ambos habían dicho que su hijo menor tomara el puesto debido a que este era mucho más dedicado y responsable, aquella acción hizo que Ulises enfureciera y huyera del castillo. Ni siquiera quiso quedarse a escuchar lo que tenían para decirle, simplemente se marchó.

Vlad intentó borrar ese odio y rencor el día en el que fue a visitarlo, pero lo único que ganó fueron amenazas e insultos. Taeyong presenció todo eso, su labor era cuidar al conde así que tuvo que ponerse en el medio de ambos o todo iba a terminar en una pelea.

－Con todo respeto, joven Ulises, necesito que se tranquilice. El joven Vlad solo ha venido a tratar amablemente con usted.

－No quiero escuchar más de sus mierdas. －dijo enfadado.－Váyanse.

－Ulises, solo quiero que...

－¡Cierra la puta boca y lárgate!

El pelirrojo nunca se alejó del conde, le gruñía a cada antiguo dando a entender que protegería a su líder a toda costa incluso si tuviera que arriesgar su vida. El lugar no era nada bonito, todo apestaba a podrido y muerto. Había varios cadáveres en descomposición regados por cualquier parte y si te descuidabas un solo segundo, ya tenías a alguien encima intentando matarte.

－Hyunjin, mañana asegúrate si tu manada ha encontrado algo.

Si no había algún rastro del castaño, significaría que tendrían que ir al territorio de los antiguos.