vampire; hyunin

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－Eso es todo, líder de la manada, su amigo despertará pronto. －la anciana estaba preocupada por el estado del chico, sin dudas no se veía nada bien. Al menos sus hierbas lo curarían un poco.－Tienen que encontrar a ese chico antes que sea muy tarde.

Vampiro y lobo se miraron extrañados, ¿cómo aquella anciana sabía de ello? La señora solo se limitó a sonreír mostrando sus arrugas al lado de sus ojos. Las plantas tenían un gran poder que muchos desconocían.

Los dos chicos agradecieron con una reverencia y se retiraron del lugar, apenas empezaba a amanecer y tuvieron que despertar a la pobre señora que descansaba en su morada. Igual, ella no tuvo problema alguno para atender a Hyunjin, le gustaba ayudar a los demás.

Regresaron a la mansión y en una de las tantas habitaciones dejaron al inconsciente vampiro en la cama. Se veía un poco mejor, las ojeras que estaban bajos sus ojos habían desaparecido y su piel había vuelto a su color natural.

La noche pasada, el rubio se encargó de llevar a los humanos a sus casas. No tuvo tiempo de hablar con el pecoso debido al problema que tenían presente, pero apenas se arreglara todo, conversaría con él. Al menos se había podido despedir con un abrazo, relajándose al oler el aroma a vainilla de Felix. Su lobo estaba algo satisfecho.

Se ahorraron de explicarle todo lo ocurrido a Seungmin, él prometió que guardaría el secreto. Y Jisung fue a la casa del castaño con la pequeña esperanza de encontrarse con él, pero lastimosamente, la casa estaba vacía.

Ahora, no tenían idea de que harían cuando Hyunjin despertara, debían calmarlo de alguna manera o su estado empeoraría. Minho estaba preocupado, el pelinegro era la única familia que le quedaba y aunque muchas veces le deseaba la muerte o le fastidiaba todo el día la existencia, no quería que le pasara nada.

Hyunjin empezó a removerse en la cama alertando a sus amigos quienes se acercaron rápidamente a él. El de lunar abrió los ojos de golpe y lo primero que cruzó en su cabeza fue Jeongin.

Tenía que ir a buscarlo.

Quitó las sábanas encima suyo y al levantarse sintió un ligero mareo que lo desconcertó un poco, pero eso no lo iba a volver a detener.

－Hyunjin, primero tranquilízate, no puedes salir así.

－Y una mierda, suéltame.

Sus amigos lo retenían alejándolo de la ventana. Podía volver a desmayarse o sufrir el mismo ataque de ayer en cualquier lugar y ellos no sabrían nada de él.

El pelinegro empezaba a hartarse de que sus amigos lo trataran como si estuviera enfermo. Él estaba bien. No tenía que perder más tiempo.

－Dije que me sueltes, Minho.

El rubio reaccionó primero y alejó al de cabellos naranjas de Hyunjin quien aprovechó ese mínima distracción para abrir la ventana y partir con su vuelo al castillo.

－¿Qué haces, Chris? Tenemos que seguirlo.

－Espera. －lo detuvo.－Él sabe lo que hace.

El de cabellos naranjas volvió a fijar su vista al cielo sin haber rastro de su amigo. Hyunjin no era tonto, él pensaría bien antes de hacer las cosas. Con un suspiro, cerró la ventana convenciéndose que el de lunar no haría ni una estupidez.