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Los primeros rayos del sol salieron sin rechistar, dando inicio a un nuevo día.

Una pareja descansaba plácidamente en una de las habitaciones del castillo. El primero en despertar fue el mayor, quien sonrió al ver a cierto castaño al lado suyo durmiendo, con una expresión tranquila en el rostro. Bajó un poco las sábanas con cuidado, notando que la herida del cuello de Jeongin, había desparecido. Ahora estaba como si nunca hubiera sido mordida.

Yang despertó minutos después, encontrándose con un par de ojos negros que lo miraban con todo el amor del mundo. Se acercó al mayor con una pequeña sonrisa en el rostro y lo saludó con un casto beso de buenos días.

-Innie, ¿te duele algo? -preguntó ansioso.

-No, solo tengo un poco de hambre. -dijo con su mano en el estómago el cual gruñía por alimento.

Si Hyunjin fuera un lobo, ahora mismo se encontraría moviendo la cola de un lado para otro, feliz, mientras le daba varios besos al castaño, aunque eso último, podría hacerlo en cualquier momento. Estaba demasiado entusiasmado al saber que podía disfrutar de Jeongin toda la vida. Sí, era el mejor regalo que la gran luna le había podido dar.

El castaño se estiró en la cama sintiéndose renovado, olvidando lo que había pasado el día de ayer. Hyunjin solo lo miró divertido y permaneció callado. Luego, ambos se levantaron para dirigirse al baño a asearse. Vistieron algo cómodo y bajaron por algo de comer. El castaño se acercó a la gallina de metal y sacó dos huevos de allí, luego tomó la caja de jugo de naranja, para vertir un poco en un vaso.

-¿Seguro que quieres comer eso? -preguntó.

-Eh... sí, ¿por qué?

-No, por nada. -sonrió.

A comparación del menor, Hyunjin preparó sangre coagulada y cocinó alitas de murciélago con algunos escarabajos fritos bajo la atenta mirada de cierto "humano". Jeongin podía jurar que aquello olía delicioso, con solo verlo su apetito volvía con más fuerza. Sacudió su cabeza y regresó la vista a su plato. Huevos revueltos y jugo de naranja. Su desayuno favorito, ¿no?

El menor agarró su tenedor y lo llenó de comida mientras que el pelinegro lo miraba atentamente, esperando su reacción. Al primer mordisco, Jeongin sintió como su cuerpo rechazaba los huevos, llevó una mano a su boca y corrió al lavadero para escupir todo. ¿Acaso lo cocinó mal?

-¿Por qué te ríes? -preguntó con un puchero, no era nada lindo devolver la comida.

-¿No lo recuerdas? -el menor lo miró confundido, hasta ver los ojos rojos de Hyunjin y su sonrisa adornada con dos afilados colmillos.

La boca del menor formó una "o" perfecta.

¡Cómo pudo olvidar aquello!

Eso podía explicar porque se sintió con tanta energía en la mañana o el porque ya no le dolía nada. Además, podía oler con más intensidad el aroma a chocolate de su novio. ¡Qué tonto, Yang Jeongin!

Mientras el castaño se hacía un dilema en su cabeza, el más alto se acercó a él con su plato en mano. Ni un vampiro podía rechazar unas alitas de murciélago, eran el mejor manjar que podían comer después de los globos oculares, obviamente. Jeongin negó cuando Hyunjin le extendió una, no iba a comer eso ni loco. Pobre de aquel murciélago descuartizado. Oh, pero que bien olía. Aunque ¿qué humano se alimentaría de eso en su sano juicio? Ah, pero Jeongin tenía que recordar que ya no lo era.

-No lo pienses mucho. Vas a ver que cuando esté en tu boca, sabrá delicioso.

Miró una vez más la extremidad del murciélago, cerró los ojos y abrió la boca acercándose a la comida. Dio un pequeño mordisco y sin dudas, sabía mucho mejor que esos huevos revueltos. A simple vista parecían secas y duras, pero en su boca podía sentir lo suaves que estas eran. Además, la sangre coagulada era un buen acompañamiento.

Poco a poco fue desapareciendo la comida del plato hasta que no quedó absolutamente nada. Jeongin dirigió su mirada al pelinegro, ahora era como él. Podría aprender a volar con Hyunjin, tendría que acostumbrarse a la nueva variedad de platos, pero lo mejor de todo es que ahora estarían juntos por bastante tiempo. El castaño sonrió y se acercó a darle un beso a su novio.

Era como tener una nueva vida junto a la persona que más amaba en el mundo.

Los dos chicos estaban tan sumergidos en su mundo que no se dieron cuenta cuando llegó cierto chico de cabellos naranjas. Pobre de él, siempre aparecía en los momentos menos oportunos.

-Hey, ¿otra vez andan de empalagosos? -preguntó abrazando a Hyunjin por los hombros.-Espera, ¿no huele algo diferente?

Dos pares de ojos sorprendidos, se posaron en el menor, quien hace unos segundos había gruñido sin darse cuenta. Hyunjin quedó más enamorado por los lindos ojos rojos de su novio y vaya que aquellos colmillos, lo hacían ver más atractivo de lo que ya era. Por otro lado, Minho no sabía cómo reaccionar ante ello.

-¡¿Me acabas de gruñir, Yang Jeongin?! No, espera... ¡Tú! -señaló al pelinegro con su dedo.-¿¡Qué fue lo que pasó!?

-Pues lo mordí, ¿no es algo obvio?

-¡Pero era tan pequeño!

-Minho, sigue teniendo la misma edad.

Lee no podía creerlo.

La noche anterior, Jeongin era un humano y ¡ahora un vampiro! Una parte del tierno chico se había ido. Después de gruñirle al mayor, el nuevo vampiro le miró retándolo, mientras pasaba sus brazos por los hombros del pelinegro. Era como si un hijo se estuvieran revelando contra su padre, pero el menor no lo hacía apropósito, los vampiros por instinto marcan territorio. Jeongin aprendería a controlarlos con el paso del tiempo.

Ahora voy a tener que lidiar con dos territoriales, pensó.

Yang se sentó en las piernas de Hyunjin, tomó los brazos contrarios y los envolvió en su cintura. El pelinegro estaba encantado con la posesividad de su novio, era algo sumamente atrayente.

-¿Te han dicho lo sexy que te ves con esos ojos rojos? -susurró en la oreja contraria para luego morderla suavemente, sacando un suspiro en el menor.

-No hagas eso...

-¿No te gusta? -sonrió al sentir al castaño estremecerse en su lugar.

Minho decidió ir a visitar a cierto peliazul de lindas mejillas y dueño de sus sonrisas. No quería seguir viendo a esos dos comerse la boca como si el mundo se fuera acabar.

-Jinnie... ¿eso significa que estaremos juntos para siempre?

-Sí, bebé. Estaremos juntos todo el tiempo que quieras.

Ahora tendrían más de una vida para disfrutar la compañía de su pareja. Se cuidarían, protegerían y amarían porque si tienen al otro a su lado, todo estaría bien.

 Se cuidarían, protegerían y amarían porque si tienen al otro a su lado, todo estaría bien

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guau ya solo falta corregir el final, el epílogo y escribir un extra

vampire; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora