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En un campo lleno de todo tipo de plantas y varias flores de hermosos colores. El sol brillaba en su máximo esplendor abrigando a la pareja que se encontraba sentada encima de una manta celeste pastel. Tenían una pequeña canasta en donde había un poco de comida. Unos cuantos globos oculares, alitas de murciélago, cubitos de sangre y algunos dulces de chocolate.

-Jinnie, di "a"... -el mayor obedeció con una sonrisa en el rostro y comió el globo ocular que le ofrecía el castaño.

El vampiro no dejaba de ver al menor, en verdad que estaba perdido por él. Amaba como sus ojos brillaban cuando estaba feliz o cuando simplemente sonreía. Parecía que con esa simple acción, podría iluminar hasta el túnel más oscuro.

-¿Tengo algo en la cara? -rio.

-Solo apreciaba tu belleza.

Jeongin también amaba pasar tiempo con Hyunjin, le gustaba abrazarlo y ocultarse en su pecho consiguiendo olfatear el aroma a chocolate que tanto le encantaba.

Se acercaron lentamente juntando sus labios en un tierno beso, pero cuando el menor abrió los ojos, se asustó al ver como el lindo campo se iba pudriendo poco a poco.

-¿Bebé? ¿Qué pa...? -al voltear, notó el por qué de la expresión de su novio.

Era como si estuvieran en el territorio de los antiguos. Todo empezaba a verse muerto. Flores marchitadas, árboles sin hojas y secos, el cielo no tenía vida, el sol se había ido.

Luego todo desapareció completamente y el pelinegro escuchó de lejos, unos sollozos débiles en aquel lugar oscuro. Hyunjin miró alterado a todos lados, parecía un pasadizo sin fin. No sabía por donde ir.

-¡¿Jeongin, donde estás?!

Los sollozos se hicieron más fuertes y el pelinegro corría por el único camino esperando a encontrar a su pequeño.

La cabeza del mayor empezaba a dar vueltas, escuchaba gritos los cuales cada vez se volvían más fuertes en su cabeza. Pero dentro de todo eso, aún podía escuchar los pequeños sollozos del castaño que le partían el alma. Tenía que encontrarlo.

Cada vez comenzaba a sentirse más débil y daba pasos lentos como si estuviera atado algo muy pesado. Con una mano sostenía su cabeza por el dolor, sobaba sus sienes tratando de reducir el malestar, pero era inútil.

De pronto, todo quedó en silencio.

-Eres patético.

Apareció un chico en frente suyo teniendo un cuerpo en sus manos y con la atenta mirada del de lunar, mordió el cuello de la persona una vez más y luego tiró el cuerpo inerte a unos metros delante del pelinegro.

Hyunjin quedó en shock.

Aquel cuerpo tenía una gran mordida en el cuello por donde caía la poca sangre que aún quedaba en el. La piel estaba helada y aunque lo moviera con cuidado, no obtenía ni una reacción, solo más sangre caer.

-No... Por favor, no me dejes... -murmuró abrazando al cuerpo, con temor.

La respiración se le iba y el pecho le ardía como si estuviera en el mismo infierno. Lloraba mientras seguía sacudiendo el cuerpo inerte del humano como si con eso lo fuera a hacer despertar.

Ya no sentía su aroma a fresas.

Jeongin había muerto.

(...)

-¡Jeongin!

Hyunjin se levantó de la cama de un golpe mirando a su alrededor e intentando regular su respiración. Solo había sido una pesadilla, pero aún sentía la pequeña presión en el pecho poniéndole muy nervioso. Podía recordar perfectamente todo lo que había pasado lo cual le hacía querer tener al castaño en sus brazos y llenarlo de varios besos mientras veía esa hermosa sonrisa. Sus amigos lo miraron preocupados y sin saber exactamente que decir.

vampire; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora