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El primer día de Jeongin en el castillo había sido un poco incómodo al no poder evitar tenerle miedo a los otros vampiros. Aunque supiera que ellos no le harían nada, su reacción era otra. Por suerte se dejó revisar por Ten, solo había bajado un poco de peso por no haber comido bien en esos cuatro días, pero nada como para preocuparse. Todo lo demás estaba en orden. Ahora debía comer cosas saludables con bastantes proteínas.

La pareja no volvió a tocar el tema de la mordida, solo Hyunjin posaba una que otra vez su mirada en el blanquecino cuello contrario. Ahora mismo lo tenía un poco descubierto porque la camiseta negra que tenía le quedaba algo grande. Hasta podía ver las venas transportar esa deliciosa sangre por todo el cuerpo la cual ahora mismo podría estar en su boca, solo tenía que...

"Hyunjin, disimula un poco"

Volteó al escuchar esa voz en su cabeza, Taeyong le sonrió y le hizo una pequeña seña para que salieran de la cocina. Hoy Jeongin propuso que todos desayunaran juntos, después de todo, él pensaba que era el "intruso" del lugar así que debía acostumbrarse a ver lo que ellos comían. Parecía que ya había superado un poco su temor, al menos eso era lo que se podía notar al verlo conversar animadamente con los vampiros de la cocina. Sin dudas, Jeongin era muy fuerte aunque él lo negara.

-Te he notado un poco tenso hoy, ¿todo bien?

-Sí, ¿por?

-Hyunjin, desde que entramos a la cocina no has dejado de comerte el cuello de Jeongin con la mirada y la verdad no puedo creer que él no lo haya notado.

-Ayer me dijo que sí... -suspiró.

-¿Sí? ¿Sí que?

-Que puedo morderlo. -la palabra ansioso le quedaba corto.-No tienes idea de lo difícil que fue no hacerlo cuando dormía.

-¿Por qué no lo haces?

-¡No es tan fácil! ¿Y si luego se arrepiente? Me odiaría todo la vida.

-Hyunjin, creo que estás exagerando... Jeongin te ha dicho que sí. No hagas tanto lío en tu cabeza y... ¿en serio crees que Jeongin podría odiarte? -rio.-Se nota desde lo lejos lo mucho que te ama.

No dijeron más y regresaron a la cocina para llevar los platos al gran jardín del castillo en donde todos comerían. Sería como un día de picnic. Eran casi alrededor de treinta vampiros y un humano, Jeongin cada vez empezaba a soltarse más hasta llegar a hacer tantas bromas como el resto.

El ambiente era cálido y familiar, hace tiempo que no lo sentían de esa manera. La llegada del heredero y la luna roja había sido lo mejor para todos. Había vuelto la alegría al castillo.

Cuando dejaron los platos vacíos, se encargaron de limpiar y ordenar todo. El menor al ver una pequeña caja de arándanos recordó a su amigo peliazul. En verdad quería verlo y no solo a él, también a Felix y Seungmin. Pero podría ser un problema si aparecía de la nada por la ciudad, la policía lo interrogaría y seguro lo llevarían al hospital. Aunque tal vez sus padres no notaron su ausencia así que había la posibilidad que no hayan denunciado. Por otro lado, la señora Han podría haberlo hecho y Jeongin quería evitar todo eso.

Como un ángel caído del cielo que ayudaría al menor a resolver sus problemas, apareció Minho con la fabulosa idea de llevar a Jisung.

-Me ha llamado varias veces... Oh, mira está es la número cuarenta. ¿Quieres contestar? -le extendió el celular y el castaño lo tomó dudoso.

¿Debería hacerlo?

-¡Lee Minho! ¿¡Donde mierda tienes el puto celular, imbécil!? Aunque sea me hubieras mandado un maldito mensaje para saber si sigues vivo, ¡te odio!

vampire; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora