Nathaniel Archer
Todos estábamos sentados en la mesa incluida Margaret. Hacía varios meses que no veíamos a Ellen y ella era la única a la que considerábamos familia. Catalaia no dejaba de mirarla algo curiosa y aún no entendía qué era lo que le llamaba tanto la atención de Ellen. Ella en cambio, se veía feliz de poder volvernos a ver después de tanto tiempo distanciados.
— Debo admitir, que pensé que jamás vería esto.
— ¿Que cosa? — Pregunté curioso
— Tu..., una hermosa mujer como lo es tu novia. Tú, volviendo a creer en el amor. Recuerdo aún cuando me dijiste que jamás volverías a estar con ninguna mujer después de Odette y mira..., lo que son las cosas.
— Tampoco planeaba esto, pero Catalaia tiene algo que hace que por momentos deje de ser yo. Me idiotiza.
Todos rieron al unísono y tras tomar un sorbo a su vino tinto, Ellen le preguntó a Catalaia interesada en conocer más de ella.
— Me dijiste que te apellidas Winchester, supongo que eres parte de la familia Winchester de Londres. Son muy conocidos en el país.
Suspirando algo sarcástica Catalaia respondió
— Pues, realmente no se por lo que podamos ser reconocidos. Me apellido así, pero si me pregunta señora Fitzgerald, no me enorgullece en lo absoluto pertenecer a ella.
Sonriendo encogió los hombros
— Compartimos el mismo sentimiento. Mi familia no es que fuese muy digna de alardear. Pero algo bueno ha salido de los Winchester y eres tú. Has sacado de la depresión a mi querido Nat.
— Lo único que hago es amarlo, a veces es gilipollas pero se le pasa rápido.
— ¿Y a qué te dedicas? ¿Trabajas en la empresa de tu familia? Tengo entendido que se dedican a la exportación.
— No, de hecho casi no tengo conocimiento sobre esa empresa. No conformo parte de ella. Me dedico al ballet y producir musicales. Aunque por el momento he pausado un poco todo eso.
Intervine sintiendo que mi desesperación me ganaba. Apretando los dientes pregunté rogando que Ellen tuviera una respuesta.
— Necesito que me ayudes en algo. ¿Sería mucho pedir que te llevaras a Catalaia por un tiempo contigo a Dinamarca? Se que acaban de conocerse y demás pero si no fuera urgente no te lo pediría.
Catalaia me miró casi queriéndome fusilar y soltado los cubiertos sobre el plato rápidamente negó con la cabeza.
— No es que tenga nada en contra de ella, pero no pienso irme a ningún lado Nathaniel. Ni siquiera me habías comentado nada.
— Nathaniel..., no cambias. Siempre imponiendo, no sugiriendo. — Secundó Ellen
— Esto amerita el que me imponga Ellen. Catalaia está embarazada. No es la primera vez que lo está. Hace un año lo estuvo y Odette mató a ese bebé. Tú más que nadie sabe lo peligrosa que es esa mujer. Yo solo busco opciones para que ella esté bien y a salvo.
Pensé que vería preocupación en el rostro de Ellen pero no fue así. De hecho, solo vi serenidad ante lo que estaba ocurriendo. Ellen solo se quedo callada y después de hacerlo por un rato comentó.
— Si algo he aprendido en esta vida, es que las personas tienen un punto débil. Odette tiene uno y es evidente cuál es. No hay dinero ni mafia en el mundo que pueda opacar esa debilidad.
Dudaba de eso, Odette era como él mismo demonio. No sentía ni padecía, era como si no tuviese corazón. Negando con la cabeza refute.
— Odette no tiene punto débil. Ya lo hubiese encontrado.
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Después de Tí
Roman d'amourTras pasar un año donde sus vidas aparentemente habían tomado rumbos distintos, Catalaia había logrado alcanzar un reconocimiento internacional como bailarina logrando luego convertirse en productora de grandes producciones. Ante todos aparentaba es...