Capitulo 16 - Cena

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Evan había ido recogiendo palos mientras avanzamos. Una hora luego de salir de la carretera estábamos en total oscuridad, entonces él se detuvo para preparar el campamento y la fogata de esa noche.

Yo estaba sedienta, hambrienta, sucia, acalorada y adolorida, pero de alguna manera caminar en lugar de pedalear me había relajado un poco y como antes habíamos estado viajando de noche para evitar el calor, aún no sentía la necesidad de descansar.

―¿Vamos a parar aquí? ―Pregunté.

Él notablemente molesto por mi pregunta, respondió sin mirarme:

―Ya no estamos en la carretera, aquí es más peligroso y no podemos andar a ciegas, está muy obscuro.

―Tal vez para ti ―dije.

Evan se acercó a mí con el cuerpo muy erguido, sus ojos en mis ojos y una sonrisa cruel en los labios.

―¿Y qué? ¿Vos vas a guiarme? ―dijo sarcástico. Él definitivamente trataba de intimidarme, pero yo no retrocedí.

―Bii activar linterna ―dije sin apartar el rostro.

En el instante Bii encendió la luz de su proyector como una linterna. Evan vio a Bii y luego volvió a verme a mí como si quisiera matarme.

―¿Y ahora me decís? ―dijo.

―¿Qué? ¿La revisaste toda y no se te ocurrió que podía ser usada como linterna?

Él apretó sus labios con furia y luego se alejó con las manos en la cabeza. Yo no entendía por qué estaba tan molesto, no sabía qué decir y solo comencé a hablar por hablar.

―¡Perdón! Como tiraste las linternas que encontramos, pensé que no las necesitabas.

―¡No servían!

―Pero tienes las gafas de visión nocturna.

― ¡Que apenas funcionan! ¡Nos arriesgamos y nos atrasamos un montón anoche y no dijiste nada!

Yo comencé a reír sin control, estaba demasiado nerviosa y drogada. Evan me miraba confundido pero al poco tiempo sonrió un poco. Le dije:

―Perdón, la verdad yo todavía no sé que tan diferentes que somos.

Él estaba tratando de hacer gesto de enfadado pero las sonrisas insistían en volver a dibujarse en su boca.

―Además ―continué―, aunque no me creas, yo veo a Bii como una mascota y no como un gadget de supervivencia. Bii, disco ball.

Bii obedeció la orden y la linterna cambio a pequeños haces de luz que giraban en torno a nosotros. Evan ya no pudo contener la risa, se acercó a mí y dijo:

―Necesitamos comunicarnos mejor.

―Sí ―dije intentando retomar la seriedad―. Lo que digo es que la radiación todavía es muy fuerte aquí y caminar durante el día es más agotador para los dos, creo, así que yo pensaba que a lo mejor podríamos avanzar un poco más.

―Estás drogada, por eso no te das cuenta de lo mucho que estás forzando tu cuerpo... Además, no quería seguir en la obscuridad porque en el sur de Texas hay más depredadores y la mayoría de plantas tienen espinas, pero, creo que con la luz de tu juguete podemos avanzar al menos otro tanto.

Bien

―Voy a dejar la leña para llevar el arma preparada, vos siempre atenta a lo que nos rodea, ya que podés ver mejor que yo.

―Sí.

Peyote, luces de baile de graduación en medio de la nada y el simio discutiendo su plan conmigo. Casi sentí como si él y yo fuéramos un equipo.

Ada y EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora