Capítulo 22 - No me dejes

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Esa noche, nos bañamos y nos cambiamos antes de cenar

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Esa noche, nos bañamos y nos cambiamos antes de cenar. Evan hizo una sopa con las aves y las verduras y yo un té con las hierbas y la miel. Nos sentamos a la mesa y comimos como personas civilizadas por primera vez desde que nos habíamos conocido.

―Está rico ―dije.

―Verdad que sí, quedó como caldo de pollo.

―Te das cuenta de que lo que dices no tiene ningún sentido para mí.

―Yo solo estoy tratando de hacerte plática pero vos sí que sos pésima platicando ―dijo algo burlón.

―Perdón. ¿Pero qué te puedo a decir? Nunca he probado el pollo, o el cerdo o la res que tanto te gusta mencionar.

Él me miró y sacudió la cabeza con una sonrisa de medio lado.

―Tenés razón, no es tu culpa. Supongo que crecer bajo tierra te volvió pálida y desabrida como esta papa.

Le lancé la servilleta bromeando.

―¿Por qué siempre me estás aventando cosas? ―dijo Evan.

―Porque eres un fastidio, pero me da miedo acercarme.

―No te culpo ―dijo Evan y suspiró tornándose algo serio―. El té también estaba rico.

―Me alegro que te haya gustado ―respondí sintiendo que Evan estaba tratando de decir algo.

Él se levantó llevando lo platos sucios al fregadero. Lo seguí y en silencio comenzamos a lavarlos.

―Creo que nos merecemos un buen descanso ―dijo Evan al cabo de un rato―, recuperemos fuerzas y mañana decidimos que hacer.

―Me parece ―respondí.

―¿Que cuarto vas a escoger? ―preguntó.

―Cualquiera, escoge tú mejor, yo ya soy feliz con el hecho de tener una cama.

―Bueno, escojo el cuarto con el baño pequeño.

―Bueno ―dije.

Se me estaba contagiando las palabras y el acento de Evan y a él eso le causaba algo de gracia. Terminamos con los platos y luego fuimos a la planta alta. Tomé uno de los cepillos de dientes del baño principal y me lavé sin usar dentífrico, pero aun así fue muy refrescante. Apenas me reconocía en el espejo, llevaba ropa limpia y el cabello peinado, como cuando estaba en casa pero yo ya no era la misma persona.

Entré a la habitación que Evan había mencionado. Evan se estaba cambiando de camiseta y en cuanto vi su torso desnudo de inmediato me di la vuelta para darle algo de privacidad, tal como hacíamos afuera.

―Ya ―dijo.

Entonces me aproximé a la cama y quitándome lo zapatos dije.

―Yo tomo la primera guardia. ¿Qué lado te gusta más?

Ada y EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora