Gerard
Nuestra práctica de cheerleaders había sido cancelada después de la escuela, por lo que Lindsey rápidamente se dirigió al lado sur para estar con Zach, dejándome solo y sin nada que hacer un viernes por la tarde. No había querido acompañarla por qué sabia que quería estar sola con Zach, y también por que había prometido venir en la noche a mi casa.
En días como este en los que no tenia nada más que hacer que estar en mi habitación, era cuando notaba cuantos amigos había perdido en las últimas semanas. Sin la amistad de Nicole o ser el novio de Bert, todos mis otros "amigos" parecieron haber desaparecido. Casi no había nadie en el lado norte que se preocupara por mi o quisiera hablar conmigo y viceversa.
La mayoría de las chicas escogieron a Nicole como su nueva líder, y la mayoría de los chicos parecían querer solo una cosa de mí. Y pensar que hubo una vez en la que Gerard Way nunca se aburría...siempre había alguien que me hacía compañía, pero dejando a un lado mi soledad, sabia que así me encontraba mejor; sin amistades momentáneas y falsas.
Sin tener a nadie más a quien llamar, luché conmigo mismo mientras me debatía si debía o no llamar a Frank. Estar cerca de él se había vuelto más y más difícil pues nuestra relación había crecido estos últimos días, y aunque Frank era amable conmigo todo el tiempo, sabia que no debía molestarlo demás pues tenia sus límites.
Solté una risa mientras recordaba como antes solía ser el Southie peligroso al que apenas conocía y temía, pero ahora, Frank era todo lo que podía querer y lo que mi corazón nunca podría tener. Se suponía que éramos socios, y que nada entre nosotros era verdadero más que nuestra sed de venganza, pero todo había cambiado, y ahí estaba yo, atrapado con la realidad de que Frank me gustaba.
Cuando estábamos en la escuela, siempre trataba de estar a su lado y cuando compartíamos alguna clase juntos, me aseguraba de buscar cualquier excusa para observarlo; como miraba atento a los maestros, la manera en la que su cabello caía sobre su frente cuando estaba ocupado tomando apuntes, y la manera en la que sonreía de lado sin verme cuando notaba mi mirada. Me estaba obsesionando patéticamente con un chico que nunca podría tener.
Frank lo había dicho sin rodeos; 'nunca saldría con alguien del lado norte', y eso de alguna manera me lastimaba. Yo no había escogido haber nacido de este lado de la ciudad, como él no había escogido el ser llamado un "Southie". Había una barrera entre nosotros que la sociedad había creado o que él se había aferrado a crear?
Pero no eres solo un chico del lado norte, eres un Northie. Su Northie, mi subconsciente me insinuó.
Una parte de mí se apoyaba en el hecho de que, debido a que era mitad Southie, tal vez había una posibilidad de que Frank sintiese lo mismo por mi. Yo no veía a Frank como a un Southie, yo lo veía como el gran chico que era, el chico que me gustaba y al cual respetaba mucho. Qué acaso no podía ser mutuo?
Sabía que estaba arriesgando mucho, pero, cómo evitarlo? Sin Frank, no habría tenido idea de lo que debía haber hecho con mi situación con Bert y la forma en que me había tratado. Con Frank me había convertido en una persona completamente nueva, una persona que no tenia miedo de hacerse escuchar, alguien que estaba orgulloso de ser mitad Southie, alguien que podía defenderse a su mismo y que había aprendido a golpear. Frank Iero era mi todo.
"Al demonio". Solté mientras buscaba mi celular y dedos a mi desesperada necesidad de verlo, tomé mi celular y rápidamente marqué su número.