Gerard
"Necesitamos romperlo desde adentro". Dijo Frank, sentándose derecho. "Míralo, sentado ahí cómodamente como si nada pasara a su alrededor, sin motivos para estar ansioso o preocupado. Nosotros tenemos que ser la razón de que eso cambie".
Bert estaba sentado en el pasto, con Nicole en su regazo mientras jugaba con su cabello, sonriendo felizmente con ella como si todo estuviera bien. Parpadeé para contener las lágrimas y fingí tener algo atrapado entre mis pestañas. Verlos juntos me dolía
Estaba tan enojado con Berte y Nicole, pero eso no me hacía olvidar lo mucho que lo amaba y como
la traición de Nicole me dolía. Velos disfrutar y estar tan felices juntos mientras yo me sentaba solo en las gradas del campo con un chico que obviamente me odiaba (por razones que no entiendo) apestaba.
"Hey". Frank tocó suavemente mi hombro, alejándome de mis pensamientos melancólicos "Vamos a vengarnos, de acuerdo?" Me ofreció una sonrisa amable. Por una vez, los rasgos duros de su rostro se relajaron y me dejó ver lo lindo que se veía en un estado de calma.
"Necesitamos un plan". Algo que haría que Bert se sintiera tan bajo como me hizo sentir, algo para sacarlo de su pedestal metafórico.
"Probablemente no lo pensaremos todo de una vez. Qué tal si los dos nos vamos a casa y pensamos un poco más?".
"Si, creo que es mejor así". Estuve de acuerdo, poniéndome de pie mientras Frank hacía lo mismo.
"Y para que quede claro, tú y yo somos socios, nada más y nada menos. No estamos saliendo, y no nos vamos a enamorar y a conducir hacia el atardecer en mi Harley. Entendido, Princesa?".
Ignorando su grosería descarada, resoplé ante la imagen que había pintado. "No me gustan motocicletas".
"Genial, entonces estamos claros. Tengo trabajo, supongo que nos veremos mañana?".
Algo me dijo que si éramos socios sería mejor intercambiar números de teléfono, ya que era la vía más viable para comunicarnos.
"Frank". Lo detuve antes de que él pudiera caminar. "Podemos intercambiar números, en caso de que se nos ocurra algo más tarde?".
Frank lo pensó por un minuto antes de sacar su celular y acercarse. Le di mi número y rápidamente me agregó a sus contactos. Mi memoria era prácticamente la misma a la de un pez así que sacó un bolígrafo de su mochila y escribió su número en el dorso de mi mano.
"Eww, sudor de cheerleader". Bromeó, guardando su teléfono y el bolígrafo en el bolsillo trasero de sus jeans.
Rodé mis ojos, sonrojándome por mi propia transpiración. "Mucho mejor que el sudor de cualquier otro chico".
"En eso tienes razón". Coincidió Frank conmigo. "Hueles mejor también". Compartimos una sonrisa.
Me hizo feliz ver que las las cosas entre nosotros ya no estuvieran tan tensas. Cuando miré su rostro, noté una pestaña perdida debajo de su ojo. Estire mi mano hacia su rostro para tomarla pero Frank dio un paso atrás, alejándose de mi mano casi de inmediato.
"Estaba tratando de tomar la pestaña que tienes debajo de tu ojo". Le expliqué, acercándome para esta vez poderla tomar. "Vez, pide un deseo". Extendí mi dedo para que pudiera soplar la pestaña.
