Frank
Después de ganar nuestro sexto juego el Marte por la noche, el vestidor se encontraba lleno de chicos sudorosos y ruidosos celebrando genuinamente otra victoria. Los chicos estaban emocionados por el tan solo saber que estábamos a solo varios juegos de los playoffs y posiblemente del torneo estatal con lo bien que lo estábamos haciendo. No habíamos perdido ni un solo juego así que merecíamos ganar el campeonato.
"Oye, Frank, todas esas huidas de la policía deben haberte hecho bien, eres el corredor más rápido que hemos tenido", dijo Brendon, acercándose y golpeándome la espalda.
Sí, Thomas me había entrenado bien. "Todos esos años de ser un inadaptado finalmente dieron sus frutos, ¿eh? Seguro mis padres están orgullosos". Dije en un tono irónico y riendo al final.
Mis padres me habían apoyado desde el principio cuando les comenté que me uniría al equipo de la escuela. Lo habían visto como una forma de mantenerme ocupado y alejarme de los problemas, además de que a mi padre le gustaba poder presumir ante sus amigos cómo "su" hijo estaba salvando el trasero del lado norte en el campeonato de football.
Las cosas definitivamente habían cambiado para mí, hacer felices a mis padres y cumplir con mis tareas en la escuela era una hazaña la cual me alegraba de lograr repetidamente.
"Sigue haciendo lo que estás haciendo y la temporada es nuestra", prosiguió Brendon, sonando tan seguro de que ganaríamos la temporada.
El ruido de celebración continuó en los vestidores mientras terminaba de ponerme mi ropa limpia y justo cuando cerré mi locker, Bert se acercó y por primera vez con un gesto genuino y amable en su rostro. McCracken extendió su mano hacia mi, dándole una palmada en el hombro mientras sonreía y comenzaba a hablar.
"Sí, Iero, si llegamos a los playoffs, diré que me agradas". Llevando una de mis manos a mi pecho, fingí sentirme alagado por sus palabras.
"Awe, realmente lo dices en serio, Bert?" Los chicos a nuestro alrededor comenzaron a reír mientras rodaba sus ojos, empujándome suave.
"Y así lo arruinaste". Bert se unió a las risas de los chicos sorprendiéndome aun más. Si bien era cierto que ambos lográbamos convivir sin necesidad de matarnos a golpes en el campo de juego, fuera de este siempre había una tensión entre ambos y que Bert fuera precisamente quien rompiera dicha tensión al acercarse a mi, me desconcertó por completo.
"Realmente espero que ganemos. Nada me traerá más alegría que escuchar a Bert McCracken decir que le agrado".Bert soltó una risa sin dejar de sonreír
"Es posible que ya me agrades, pero eso lo decidiremos el día del partido".
Cerré mi casillero, preparándome para irme mientras los demás chicos comenzaban a salir. "Sabia que lo haría".
Aparte del encuentro que habíamos tenido la semana pasada, después de nuestra llamada en la oficina del director y de que él le dijera a Gerard que no confiaba en mí, Bert había estado actuando mejor frente a mi, incluso más tolerable. Tenía que ser debido a mi éxito en el equipo o se traía algo entre manos pues era lo único que le impedía atacarle por completo y viceversa.
Pronto Bert de acerco detrás de mi, uniéndose junto conmigo camino hacia la puerta. "Siendo honesto Iero... estoy muy contento de que estés en el equipo. Jeph se lastimó y no podrías haber entrado en un mejor momento. Y lamento toda la mierda que pasó entre nosotros, esa sin duda no es la forma de dar la bienvenida a un miembro del equipo, y lo siento".
