Gerard
No había mucho consuelo en tumbarse boca abajo sobre una almohada todo el día, pero era lo que tenia. Mi mundo entero se había detenido mientras ocupaba mi tiempo ahogando mi llanto contra mi almohada de plumas rosas. Aunque ya había dejado de llorar desde domingo por la mañana, todavía cumplían su propósito de ahogar mis lamentos.
Estaba acostado en mi cama, con mis mantas cubriendo mi cuerpo mientras me ahogaba en helado de chocolate y me torturaba a mi mismo al ver películas románticas en mi laptop. Una gota de helado cayó sobre mi pijamada de seda y fue suficiente para hacerme llorar de nuevo, estaba siendo dramático, lo sabía, pero quién no lo sería después de toda esta mierda?
Mis sentimientos estaban al límite y se desbordaban por la más mínima estupidez, pero no me importaba, tenia derecho a llorar, sufrir y morirme en mi propia cama si quisiera. No podía dejar de pensar en lo ocurrido días atrás y una pregunta que invadía mi mente era, cómo podía Bert simplemente dejarme? Yo era una gran novio.
Entré al equipo de porristas para hacerlo feliz. Me esforcé día y noche tratando de ser perfecto para él y cuando comenzó presionándome para tener relaciones sexuales, cedí, pensando que era la única forma de mostrarle cuánto lo amaba. Ahora aquí estaba, abandonado y remplazado por mi amiga virgen.
Nicole me había llamado, ofreciéndome consuelo y preguntándome si estaba bien ver a Bert ahora que no estábamos juntos. Y una vez más, sentí la presión de parecer impecable e ileso por la ruptura, por lo que le di el visto bueno, a pesar de que me sentía con el corazón roto y traicionado.
Así eran las cosas aquí. Sentimientos falsos, relaciones monetarias por pura conveniencia y amistades hipócritas. Pero que tonto fui al pensar que Bert y yo seríamos diferentes, pues el final siempre es el mismo.
El que se enamora, pierde.
Conocía a Nicole desde nuestro primer año, no había pasado mucho tiempo, pero aún sentía que podía verla como una mejor amiga. Le había confiado secretos personales sobre mis pensamientos más íntimos y, a veces, mi relación con Bert y también había estado ahí para ella cuando me necesitó, pero al final, ella me pagó apuñalándome por la espalda mientras Bert me apuñaló por el frente.
Pero a diferencia de Bert, Nicole había sido más cortés en su llamada telefónica, aunque fue un movimiento bajo para mí por lo que había hecho, merecía una reunión cara a cara, incluso si no quería ni verla, hubiera aceptado solo para arrancarle los ojos.
Pensar en eso solo me hizo querer llorar hasta que mis ojos se secaran. Solté un gemido al recordar las palabras Bert cuando me dejó el sábado.
"Todavía podemos ser amigos, incluso amigos especiales. Solo hasta que me vaya a la universidad. Cuando lo necesites, solo llama, o tal vez solo un mensaje de texto. Todavía eres mi chico, ya sabes, pero no...mi chico en realidad". Dijo simple.
Incluso había ido tan lejos como para decirme que no me enojara con Nicole, que no era un gran problema. Bert tomó nuestra ruptura como una broma, rompió mi corazón y me me dejó solo para recoger las piezas por mi mismo.
Gemí ruidosamente en mi almohada, deseando la muerte.
"Gerard". Escuché la voz de mi madre interrumpir mis lamentos cuando entró en mi habitación. "Sal de esa cama. Ha pasado casi un día entero".
