Venus contempló cómo Mateo caminaba hasta donde estaba Carlos e interrumpía sin ningún tipo de miramiento la conversación de este con Anisa. Sabía que aún no le diría nada. Su mejor amigo repelía los sentimientos, pero, al menos, ya tenía la idea rondándole la mente. Y una vez que la dejas entrar, esta se expande sin control.
Sonrió y buscó con la mirada a Adhara y Alejo, pero no logró dar con ellos. Era raro que ellos no estuviesen ahí. Se suponía que todo estaba bien con ambos.
Avanzó hasta donde estaban Mateo, Carlos y Anisa y preguntó por ellos.
Mateo le lanzó una de esas miradas con la que asesinas a tus amigos porque te están interrumpiendo. Los otros dos se limitaron a mirarse entre ellos.
—Adhara está bastante desaparecida —respondió Anisa encogiéndose de hombros.
La frialdad con la que lo dijo llamó la atención de Venus. Ella creía que entre esas dos había algo. Al parecer, o estaba muy equivocada o algo había pasado.
No quería ser demasiado metiche. Con Nisa no tenía tanta confianza, así que se giró hacia Mateo.
—¿Qué? —preguntó como si la cosa no tuviese que ver con él.
—¿Tú no ibas a echarle un ojo?
Este se encogió de hombros.
—Y se lo eché, pero no soy su niñera —respondió sin más.
Venus suspiró. En cierto modo le entendía. Esos dos no tenían ningún tipo de relación. Si ella no quería pasar tiempo con él, era normal que él tampoco se hubiese esforzado demasiado con tratar de convencerla de lo contrario.
—Mira, Venus, nos hemos cansado de luchar por Adhara —señaló Nisa con un tono serio poco habitual en ella.
Carlos carraspeó algo incómodo.
—Lo que Nisa quiere decir es que hemos intentado que no se alejase, pero cada día estaba más ausente y arisca...
—Y nos hemos rendido —terminó Anisa.
Venus escuchó atentamente todo lo que le decían. Adhara siempre había sido muy independiente. Le gustaba ir por libre, sin ataduras. Quizá se había agobiado de tanta gente y se estaba tomando un respiro. Pero le extrañaba que no fuese a saludarla a ella.
—Seguro que no es más que una etapa —indicó Carlos para tratar de tranquilizarla.
Venus le dedicó una agradecida sonrisa.
—Sí, seguro que necesitaba tiempo para ella misma. Adhara es así —respondió Venus tratando de convencerse—. ¿Y Alejo? —preguntó curiosa.
Él había ido el día anterior a por ella al aeropuerto. Se suponía que con él estaba todo bien, ¿no?
—Es por su nuevo rollo —anunció Nisa a la vez que Carlos le golpeaba con el codo en las cosquillas para que se callase—. Ay —Se quejó—. ¿Qué? —preguntó algo molesta.
Carlos le dedicó una mirada tratando de que cerrase la boca.
—Si se va a enterar de todos modos.
Venus los miró extrañada.
—Chicos, estoy bien. Alejo puede estar con quien quiera. Somos amigos.
Carlos volvió a suplicarle con la mirada a Anisa que cerrase la boca, pero el resultado siguió siendo el mismo.
—No, si es porque tú le caes fatal a África.
—A ver, fatal, fatal, no... —intervino Carlos para tratar de arreglar la situación.
La joven se sentía confusa. No entendía por qué le caía tan mal a la nueva novia, o rollo, de Alejo. Si no la conocía.
—Ya sabes, por lo del año pasado —añadió Nisa mostrando lo evidente.
Venus tragó saliva.
—Supongo —respondió sin darle demasiadas vueltas.
Los sentimientos de esa chica no eran su problema.
—Bueno, si no os habéis dado cuenta, estáis interrumpiendo una conversación —señaló Mateo indicando a su amiga y a Nisa que se fuesen.
—Yo estaba antes que tú —rechistó Anisa.
—Pero yo soy más importante —sentenció él gesticulando con su mano para que se fuese.

ESTÁS LEYENDO
Arriésgate
Teen FictionCONTINUACIÓN DE MÍRAME Ha pasado casi un año desde que Venus partió de España rumbo a Estados Unidos. Durante este tiempo, la joven ha luchado por descubrir quién es realmente, pero si creía que Elena le permitiría que lo siguiese haciendo lejos de...