Capítulo 13

507 60 14
                                    


Segundo día de clases y Venus estaba convencida de que si había sobrevivido de forma victoriosa al primer día, este solo podía ser mejor.

Se había esforzado por no coincidir con Damián en ningún lugar de la casa y, para su sorpresa, no le había costado demasiado. La verdad era que Damián estaba medio ausente. Iba y venía sin decir nada a nadie y se encerraba en su cuarto durante horas. La joven comenzaba a preocuparse, quizá Lucía no estuviese exagerando.

La primera clase finalizó sin que Venus prestase apenas atención. Entre sus pensamientos atrapados en Damián y su mirada en busca de Adhara, no había escuchado ni una sola palabra.

Sacó el móvil y le escribió un par de mensajes a la chica. Normalmente Venus no era de las que se preocupaba por un par de faltas a clase. Digamos que ella solía acumular unas cuantas a lo largo del curso, pero después de la conversación con Nisa estaba algo preocupada.

Se pasó el resto de clases hasta el descanso mirando el móvil y esperando una respuesta que nunca llegó. Necesitaba hablar con ella y que le explicase qué estaba pasando. Estaba segura que con ella Adhara sí que sería sincera.

Quizá todo eso tenía que ver con lo que había pasado con Anisa. Venus sabía que a su amiga le aterraba ese sentimiento y quería demostrarle que no tenía nada de malo.

En el descanso, la joven buscó a Lisi y Mateo que, para su mala suerte, estaban con Damián.

Levantó la cabeza a modo de saludo y estos le respondieron.

—Dicen que este año nos han traído a un nuevo profesor de inglés. Un nativo que reforzará las clases durante los dos primeros meses —comentó Lisi.

—Ojalá esté bueno —deseó Mateo en voz alta.

Venus no prestó demasiada atención a la conversación. Tenía su mirada fija en Damián, quien parecía ausente. 

Quiso abrazarle y preguntarle qué le estaba ocurriendo, pero sabía que ella no era la indicada para esa conversación. Y mucho menos después de haberle dicho que quería que solo fuesen hermanos. 

¿Por qué era tan difícil tenerlo cerca? Venus había tomado una decisión en Estados Unidos. Había estado segura de que era lo mejor. Pero cuando le veía, las fuerzas para sostener esa decisión flaqueaban.

—¿Habéis visto al nuevo profe?

Todos se giraron hacia Anisa, quien estaba sofocada por haber llegado corriendo hasta ellos.

—¿Al nativo? ¡Dime que está bueno!

—¡Jodídamente bueno! —respondió a Mateo y este apretó el puño y lo subió en señal de victoria—. Pero creo que Paula ya le ha echado el ojo.

—¿No estaba con Milán? —preguntó Venus confusa.

—Sí, pero parece ser que este chico, además de estar como un queso, es hijo de algún político importante.

—Vamos a verlo —ordenó Mateo empujando a sus amigos hasta la puerta del colegio donde un corro de chicas miraban cómo Paula coqueteaba con el nuevo profesor, quien no tendría más de 22 años.

Este tenía la piel bronceada. Su cabello era castaño claro y no demasiado largo. Sus ojos eran color miel intenso. A simple vista, sus rasgos eran muy comunes y, sin embargo, resultaba ser realmente atractivo. Su rostro despreocupado y misterioso a la vez y  su cuerpo alto y musculado te invitaban a perderte en él.

Lisi, Anisa y Mateo le miraron tratando de controlar que no se les cayese la baba.

Venus avanzó a paso firme hasta donde Paula se tocaba el pelo nerviosa y le dedicaba sonrisas al nativo mientras mantenían una conversación en inglés. Sus amigos miraron confusos la escena.

—¿Qué haces tú aquí? —Se giró hacia Paula—. ¿Y por qué estás hablando con esta? —añadió sin esconder una mueca de asco.

ArriésgateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora