CAPÍTULO 2: ¿TE HA COMIDO LA LENGUA EL GATO?
Estaba sola en el comedor. Había una mesa sola así que aproveché. Miré por la ventana, aunque podía ver poco debido a las rejas que la protegían. De comida había un puré con algunas patatas cocidas y agua. Tampoco esperaba una hamburguesa de MC’Donalds.
— Hola – una chica se acercó a mí. Su cabello le llegaba hasta los hombros y era negro, al igual que sus ojos, en los cuales era difícil diferenciar el iris de la pupila – así que no hablas…
La chica se sentó en frente de mí, mientras me miraba comía una de sus patatas.
—¿Eres muda?¿Sorda?¿Te comió la lengua el gato?...¡Oh espera! Tal vez fue un chico... – puso una mirada pícara pero no paró de comer.
Al ver que yo no le respondía, se sentó a mi lado y me imitó, eso fue realmente incómodo.
—Soy Alesha – dijo mientras entrecerraba los ojos como yo – si me dices por qué no hablas te dejo en paz.
No respondí.
—Vale, si al menos me dices tu nombre te prometo que no te molesto más – hizo un puchero.
— Heaven – susurré. Después de estar tres meses sin hablar, me sonaba raro.
—Te puedo llamar…
—Eav.
—Eav, todos aquí tenemos problemas. Sino colaboras te quedarás aquí mucho tiempo.
— Estoy por voluntad propia.
Ella soltó una pequeña risa.
—Ay cielo… eso es lo que te han hecho pensar.
La miré confundida. Era verdad, yo estaba aquí porque quería, nadie me había obligado.
—Pensarás que no te han obligado, probablemente incluso te han dicho que no hace falta que entres, pero es puramente una manipulación. Pregúntale a la enfermera que te trajo aquí y sabrás que no te miento.
Quise decir algo pero entonces nos avisaron de que la hora de cenar había terminado y debíamos volver a nuestras habitaciones. Hicimos varias filas y fuimos saliendo poco a poco. Las personas del primer y segundo piso comíamos juntas ya que no había peligro.
Mi fila y yo subimos a nuestra habitación. En ella estábamos Alesha, tres chicas y yo. Así que en total había cinco camas.
—Chicas las voy a dejar solas para que puedan conocer a Heaven y volveré en un rato para avisar el toque.
Los toques eran unas alarmas para indicar cuándo empezaba o terminaba algo. El toque de la noche indicaba que era hora de irse a dormir y que absolutamente nadie podía salir de su habitación.
—Bueno mis queridas amigas, les queda prohibido meterse con Eav – Alesha me sonrió mientras guiñaba un ojo.
No hablamos demasiado. Solo dijeron sus nombres, Emma, Gloria y Dila. A simple vista Emma se veía manipuladora, podía jugar con tu mente y eso era intimidante. Gloria era la más callada, creo que tenía un problema obsesivo-compulsivo con la limpieza. Dila era la más “normal”, ni si quiera pude saber por qué estaba allí. Probablemente las chicas tenían trastornos más graves, pero solo juzgué por los cinco minutos en los que hablamos.
Después ellas se reunieron juntas en una cama y Alesha me acompañó a la mía.— ¿Y cuál es tu problema? – su cara trasmitía serenidad, comprensión.
—No me gusta hablarlo.
— ¿Si te digo el mío me dices el tuyo?
Hice un gesto indiferente. Aunque en realidad me daba curiosidad saberlo y necesitaba desahogarme un poco.
—De pequeña tenía muchos problemas en la escuela, mis padres adoptivos me pegaban y cuando me dijeron que mi abuela había fallecido… eso fue la gota que colmó el vaso. Desde entonces comencé a crear una personalidad diferente, supongo que ella me protege…pero no te fíes jamás de mí, no soy buena aunque por ahora la controle.
—Yo…lo siento mucho – la miré con un gesto ee comprensión. Ella me lo agradeció.
—Ahora te toca a ti – sonrió.
De pronto sonó el toque de la noche y Patricia nos advirtió que debíamos permanecer en la habitación y dormir.
—Mañana será, buenas noches Eav.
—Buenas noches, Alesha.
— Ale o Asha.
— ¿Qué?
— Llámame Ale o Asha, mi abuela me lo decía.
La entendía, perder a un ser querido, familiar o no, era devastador.
Pasaron unos tres días y cada vez era más ameno. Acostumbrarse era difícil pero soportable.
—¡TIERRA LLAMANDO A HEAVEN LEE! – gritó Asha en mi oído.
—Perdona.
— Eav, ¿estás bien? – apartó a un lado su comida para centrarse en mí – llevas toda la mañana distraída y apenas hablas, es decir, sé que te cuesta abrirte pero empezaste a hablarle incluso a las enfermeras y ahora de nuevo...
—Hoy tengo mi primera cita con el psiquiatra, no quiero ir.
—¿Te da miedo?
—No, es solo que la idea de contarlo…no me parece bien todavía.
—Te diría que todo va a salir bien, pero no lo sé. En mi experiencia la verdad es que me ha ayudado mucho a controlarme.
Me giré hacia ella y la observé. Alesha parecía una chica tan corriente y normal, no imaginarías que pudiera estar en un psiquiátrico y mucho menos por un trastorno así, pero lo estaba.
—Si ya estás bien, ¿por qué no te vas a casa?
—No creen que esté preparada, dicen que mi problema no está curado del todo, es decir, nunca lo estará, pero piensan que todavía hay posibilidades de que mi cabeza haga un cambio y…bueno, todo empeore.
—Tiene que ser jodido — suspiré.
—Sí, pero tengo que afrontarlo.
Y aquello me hizo reflexionar. Necesitaba soltarlo, decírselo a alguien que no fuera mi madre o mi padre y que no estuviera cada cinco minutos comprobando que no había saltado por la ventana.
Miré a Alesha.
—Mi hermana Megan murió hace tres meses. Por eso estoy aquí.
¡Hola queridos lectores! Quería avisar sobre una cosita.
Primero ve a seguirme si no me siguen en mi Instagram @readingonlines y segundo quería decir que le cree una cuenta a Heaven, ya que a mí me encantan estas cosas, a parte por si a alguien le da curiosidad saber cómo se vería Eav físicamente. Claro, que si luego no es como esperabas maybe te decepcionas
:( pero espero que no. Así que si te apetece pasar por la cuenta, se llama @iheaven.lee
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ADA [ COMPLETA ]
Mystery / ThrillerTal vez, si hubiese sido menos curiosa, si no me hubiese metido donde no debía... Tal vez yo seguiría siendo Heaven Lee. Pero ahora, ni si quiera yo sabía quién era. Solo necesitaba aquel soplo de aire que me diría "tranquila, yo te voy a brindar to...