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CAPÍTULO 24: OLIVIA.

Abrí mis ojos poco a poco, los párpados me pesaban horrible. Mi cabeza estaba apoyada sobre mis apuntes — mierda, ¿otra vez me había dormido trabajando? —. El papel se había pegado a mi rostro y las anillas del cuaderno parecían ser mi nueva forma facial, puesto que estaban clavándose en una de mis mejillas.

Cuando finalmente recuperé una mejor postura, caí en cuenta de la hora que era — las 18:30 p.m — y de todo lo que me había planeado hacer para esa tarde ya que mi turno acababa a las 14:00. Pero cómo no, esta era mi otra yo: despistada, desorganizada y sin ganas de hacer otra cosa más que dormir.

Mi teléfono vibró a un lado de la mesa, un nuevo mensaje había llegado, así que extendí mi mano hasta la esquina donde se situaba — y puestos a admitir que estaba siendo un día nefasto —, no tuve el suficiente cuidado y en vez de cogerlo, lo tiré al suelo. ¿Algo podía salir peor?

Tras estar varios minutos sobándome las sienes y decidiendo si levantarme de la silla me rentaba lo suficiente o por el contrario, valía la pena disfrutar de la soledad y tranquilidad. Como era de esperar, me levanté intentando no caerme con los tacones que llevaba puestos y que de por sí era incómodos.

La pantalla había sufrido algunos daños pero el — bendito — protector hizo bien su función. Lo encendí y vi que en primer lugar, ya eran las 18:35 p.m, además, tenía mensajes de diferentes números.

Marcus, mi pareja me había escrito unas dos horas antes aproximadamente.

Via, ¿quieres venir o no?”  (16:15 p.m)

Olivia, mis padres quieren saberlo” (16:32p.m)

Joder, si me dejas tirado al menos avísame” (16:41 p.m)

Acabo de caer en cuenta de que no tiene sentido dejar tirada a una persona si avisas con antelación, JAJAJA” (16:42 p.m)

Quizás estás ocupada en el trabajo, te quiero” (16:56 p.m)

Me sabía fatal hacerle aquello. Me había pasado antes esto de quedarme dormida y no recordar que tenía planeada una cita, aunque bueno, esta sería…¿cita con los padres de tu novio? De igual modo, amaba el hecho de que siempre estaba para mí, y por supuesto también lo amaba a él.

Lo siento, me he vuelto a quedar dormida, ¿mañana? ;)

Decidí escribirle sinceramente, una mentira nunca acaba bien aunque parezca poco grave.

Vale, luego te llamo, ten cuidado al salir

Nos despedidos mutuamente.

Recogí el montón de papeles que había esparcidos sobre mi escritorio, algunos los metí en el cajón del escritorio y otros, los solía llevar conmigo, siempre pensé que allí había demasiados ojos espiándome.

En los últimos estaban las anotaciones que había hecho de Heaven Lee, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, seguido de un nuevo mensaje sonando en mi teléfono.

Bien, ahora estaba oficialmente cagada. Con Eav nada estaba bien nunca, era como si todo lo que tuviese que ver con ella era algo oscuro, algo de lo que no puedes salir.

Yo siempre te vigilo

Nunca estaría lo suficientemente a salvo, incluso si me metía en el mismísimo núcleo de la Tierra, Nate Gram estaría ahí, escavando para encontrarme. ¿Cómo era posible?

Decidí responderle por primera y última vez.

No tiene que ser agradable verme cagando

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