9

22 4 2
                                    

CAPÍTULO 9: FLASHBACKS

Munich, Alemania (2018)

Todo el mundo bailaba en la pista de baile al compás de la música. Disfrutaban el poder sentirse libres por un momento. Porque en aquel lugar todos podían ser como quisieran, nadie te iba a juzgar, pues era exactamente como tú y quería lo mismo: libertad.

Cogí un vaso con whisky y me lo bebí de un trago. Joder, era lo que necesitaba.

—Si sigues así no llegarás a la quinta — era Triss.

— Cállate, tú estás casi igual que yo así que no te pongas como si fueses mi madre — bromeé.

Ella soltó una pequeña risa y después cogió otro vaso y se sirvió.

—Solo te aviso, Aiden — me dio un ligero codazo e hizo un guiño.

—¿En qué momento se me ocurrió venir a una fiesta con la jodida Triss Frosh? — la seguí mientras ella se dirigía hacia un lugar más apartado.

— ¡En el momento en que me dijiste que te largabas!

Lo admito, eso era una despedida. Mi vuelo saldría en unas treinta horas y finalmente no tendría que recurrir a fiestas, al alcohol o a la marihuana para sentirme libre, porque a partir de ese momento, oficialmente lo sería.

Triss y yo nos sentamos en un sofá que había en el jardín detrás de aquella casa-mansión. No había nadie excepto nosotros dos.

— ¿Dónde te vas finalmente? — me preguntó poniendo sus piernas encima de mi.

—A Europa, tengo un amigo con un apartamento y creo que es lo mejor.

— Te voy a extrañar, pingüi.

Reí.

Siempre me pareció absurdo aquel mote, ni si quiera tenía una referencia. Pero si ella me llamaba así, significaba que era especial.

— Yo también Sisi, pero es lo mejor.

Ella habló con un semblante algo más serio.

—Puedo ir contigo Aiden…sabes que me tienes aquí y yo también puedo dejar esta vida y empezar de cero, contigo.

Me acerqué a ella y la miré a los ojos.

No, no lo podía permitir.

—Tú tienes tu vida aquí y no dejaré que pierdas todas esas oportunidades por mi. Porque yo nunca seré suficiente y tú mereces mucho más.

—¿Sabes? — se sentó quitando sus piernas de encima mío — por una vez has dejado de ser frío y distante.

Me abrazó.

Hundió su rostro en mi cuello y noté como una lágrima se deslizaba por este, pero no me importó, porque le correspondí aquel gesto tan significante.

Nunca nadie me había demostrado ese cariño como Triss Frosh lo hizo.

Finalmente, me iría de casa a la edad de dieciséis años.

—Los mataría — susurré cerca de la chica, esta mostró un rostro de confusión — por toda la mierda que me han hecho pasar.

— Aiden… no puedes cometer el error otra vez.

Y era verdad, no podía simplemente que mis pensamientos me hicieran actuar de una manera tan fría. No podía abrirle paso a aquel lado oscuro que habitaba en mí.

Pero de un modo u otro, terminaría haciéndolo. Y este me consumiría.

—Solo son pensamientos.

ADA [ COMPLETA ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora