Barcos de Papel [LEOHO]

26.

Jamás se había sentido tan confundido. Era tan difícil olvidar a una persona; la persona que le gustó por varios meses. Claro fue lindo mientras duró, pero estaba totalmente confundido.

Su cabeza estaba hacia atrás, estaba sentado en su silla rotatoria de su habitación, dando vueltas pensó que eso sería bueno para poder aclarar sus ideas.

Tenía que buscar una forma de olvidarse del chico. Los pequeños celos que tenía cuando veía a Keonhee con ese pequeño quita amores platónicos. Pero esa imagen de Geonhak sonriendo de una forma tierna lo distraía por completo.

Se levantó de forma brusca lastimandose el cuello. Acaba de sentir como uno de sus nervios se había tensado de tal forma que dolía cuando movía su cuello.

— ¡PAPÁ!—. Los gritos del chico se escuchaban en todo el piso, su padre no tardó en llegar a su habitación. Gunmin tenía su vista hacia la venta estaba totalmente quieto, solamente trato de girar en la misma silla y poder ver a su padre; ahora sus ojos estaban llorosos quería gritar del dolor pero le daba vergüenza hacerlo, no podía ser tan grave. No fue hasta que lo movió por accidente haciendo que comenzará a soltar gritos, lágrimas.

Ahora Gunmin tenía un collarin cervical. Sus nervios se habían tensado, y el dolor era insoportable, no había parado de llorar hasta que llegó al hospital.

El doctor terminó dándole un par de medicamentos para evitar el dolor. No era algo muy serio, pero podía ser grave si se movía con fuerza.

—Me siento como un idiota usando esto. Quiero llorar— Su mirada estaba hacia abajo, le costaba trabajo mover su cuello con esa cosa. Solo quería que llegara ese día para que se quitará ese collarín.

—Gunmin, no tengo la culpa de tus tonterías. —Hwanwoong no había parado de reír cuando había visto la primera vez a su amigo con ese collarín. Pero se había calmado cuando esté tuvo sus ojos rojos en señal de que quería llorar o hacer un berrinche. — Tengo una comida con ese chico odioso. Ayer estuvo molestando en la madrugada, ¿Sabes lo que es eso?

—Que quiero llorar

—No. Que tenía que responderle si o si, conteste cuando mi madre entro enojada a la habitación y estuvo así de tirarlo— dejo aquel lápiz que tenía en la mano para poder contar su anécdota— Tomé el celular, y termine aceptando su invitación, así que adivina que pasará

—¿Qué me compras mi almuerzo?

—No. Que iré con él— llevo aquel lápiz a sus dientes comenzando a morderlo.

—Hwanwoong, no creo que ese chico sea buena compañía, se la pasa todo el tiempo queriéndome alejar de Geonhak. Eso no me gusta, es un niño malcriado— Sus labios hicieron un ligero puchero, cerró la libreta que tenía frente suyo, todos habían ido a clase de educación física pero ambos chicos habían pedido permiso para faltar: Gunmin por su cuello, pero Hwanwoong; simplemente no quería llegar sudado oliendo asqueroso cuando se encontrará con Youngjo.

—Gunmin. Es claro que él no quiere que tú lo alejes de su amigo, es buen chico después de todo

—Cuando conozcas a la abuela de Geonhak la odiaras; le gusta el mismo chico que te gusta a ti— se apresuro a sacarle la lengua para después levantarse y tratar de huir de su mejor amigo, corrió por los pasillos tanto como pudo hasta que chocó con alguien más, su cuello le punzaba con fuerza pero está vez no se quejó; no había chocado con cualquier estudiante. Era una maestra de literatura la cuál odiaba más que cualquier otra cosa, era una persona muy estricta, muy enojona. —Lo siento

—¿Lo sientes? ¿Qué haces aquí corriendo como un sujeto loco?, Todos están en clases por qué tú no, irás a la dirección por una nota de mala conducta

—¿Ah?. No — miro a la señora de tal forma que pudiera darle lástima por su estado físico— Yo corría al baño, he estado enfermo y...

—Maestra Wang. ¿Cómo ha estado?— Keonhee se paró a un lado de Gunmin dejando su mano en el hombro del más bajo; el corazón del más bajo comenzó a latir ocasionando un sonrojó en sus mejillas— Se ve muy linda hoy

La maestra con gestos fuertes, sonrió de forma inocente al recibir aquel alago.

—Conozco a este chico, yo me haré cargo de él. Iré y lo acompañaré al baño, no quiero que choque con más personas por su estado físico. Usted comprenderá

—No, no tienen porque ir a la dirección. Ahora puedo notar tu estado, ve al baño con cuidado. Cuídalo— la señora dejo unas palmaditas en el brazo del alto y termino alejándose con unas mejillas sonrojadas.

Keonhee abrazo al más bajo sin decir una sola palabra. Pero este no pudo evitar hablar

—¿Porque estás aquí?

—Justo iba al baño— su sonrisa parecía ser tan linda como siempre. Gunmin tenía la vista ya concentrada en aquella sonrisa tan perfecta, ladeó su cabeza al recordar que él estaba apartado— ¿Estás bien? ¿Porque usas eso?

—¿Recuerdas que te dije que había hecho muchas cosas por ti?. Esto fue por tu culpa

—¿Mi culpa?— su Hyung parecía ser más gracioso que otros días. Gunmin solía echarle la culpa a los demás cuando algo no le salía bien, aunque al final de todo terminaba aceptando que era culpa suya. —Gunmin...

—Pense en cómo desaserme de los sentimientos que tengo hacia a ti. ¿Cómo debería hacerlo? ¿Podrías ayudarme?

—Es una estupidez lo que dices. — El más alto apresuró el caminar con el chico que llevaba en su brazo, ambos entraron al baño así que keonhee lo dejo libre mirándolo de forma inquieta— Gunmin, dijiste que estaba bien, lo dijiste

—Lo dije, dije muchas cosas pero no me desquite con nadie. ¡Eres un idiota!

—¡Hyung!

—¡No me digas Hyung! ¡No sabes lo que me dolió saber que tenías a alguien más desde un principio! — su cuello dolía demasiado pero no era momento de echarse y hacer un berrinche. Tenía razón no se había desahogado, y debía hacerlo no se oponía a las relaciones que pudiera tener el alto pero le seguía doliendo aquellas conductas que keonhee había realizado con él. — ¿¡Porque me besaste!?

—Gunmin debes calmarte. Te dije, te lo aclaré, te dije que no podía corresponderte trate pero no podía sacarme de mi mente a Dongju

—Eres un gran idiota Lee Keonhee. Te quiero pero no es el momento de hablar contigo— sus ojos se nublaron así que terminó por salir del baño en busca de un consuelo. ¿Quién lo complacía sin decir algo?; Geonhak.