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— Deja de ser gruñón

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— Deja de ser gruñón. No te obligó a qué hagas cosas, solo vamos a ir con mi padre a comer, no es la gran cosa, deja de quejarte por favor. — el joven Lee se encontraba un poco molesto por la actitud de Geonhak, el moreno no había aceptado la idea de que fueran a comer con su padre. Parecía tan ansioso desde que habían salido de la casa donde ambos vivían, la abuela de Kim había comentado algo sobre su padre pero no había logrado escuchar con claridad así que solo lo dejo pasar.

Justo en aquel momento donde la puerta de la nueva casa donde vivía su padre se abrió se logró ver a una dama a un lado de aquel hombre. Al instante reconoció aquella risa, parecía aún tan fresca, tan llena de alegría, como él.

La sonrisa que ambos tenían en sus rostros hablaba más que cualquier argumento que alguno quisiera darle al pequeño chico. Lo peor era que Geonhak sabía de todo eso y había apoyado al señor Lee para que volviera con su esposa. Sabía perfectamente que era una mala idea, sin embargo dejaría que ambos hicieran lo que quisieran.

— Hola, mamá y papá. — el cuerpo del hijo de ambos adultos se encamino hasta poder estar dentro de la casa. El aire, el aorama que desprendía este era aquel aroma que Gunmin recordaba cada día que regresaba de nuevo a casa.

— Gunmin. — la dama fue la primera en ponerse de pie. Parecía aquella escena donde un adolescente era atrapado con su amada o amado. — ¿Cómo estás?

— Estoy bien, Geonhak ha sido bueno y aprendió a cocinar. No pensé que sería muy fácil enseñarle, además cabe mencionar que cocina mejor que yo. — la pequeña y divertida risa de Seoho se escuchó para poder calmar la tensión del momento cuando la puerta de cerró por completo. — Está bien, no estoy enojado. No debería enojarme por verlos juntos, hace mucho que no los veo sonreír asi, extraño.

El menor se apresuro a caminar hacia la cocina para poder preparar la mesa con la comida que había llevado y con la comida que su madre – suponía – había hecho.

— ¿Estás bien?— el moreno no se había atrevido a hablar con aquel lindo chico que tenía la cabeza baja. — Sabes, hace semanas tu padre me había contactado y me pidió un consejo sobre lo de su relación, pensé que sería buena idea que ambos estuviesen juntos. Te dije, todos necesitan a alguien para poder ver al en cualquier momento, y ambos estaban completamente solos

— Supongo que si algún día te pido el divorcio, volverías a mi sin pensarlo. ¿Verdad? — aquella mirada desilusionada cambio a una divertida mientras analizaba aquel rostro lleno de vergüenza al decir que si con la cabeza. — Eres tan ingenuo. ¿Cómo podría dejar un buen partido como tú? Nadie tiene aquel lindo rostro y esa linda personalidad que tienes tú. Me molesta que me lo hayas ocultado.

— Gunmin.

— Pero no a tal grado de que te odie por eso. Ya te dije, eres muy lindo en cualquier sentido y solo puedo verte y sonreír, me es imposible molestarme. Mamá llegó un día de trabajar, y pidió el divorcio. Él jamás me quiso decir el porque, dijo que estaría mejor sin saberlo. No es la persona amable, amorosa como puede verse. Solo es ella.

— ¿Vas a seguir deprimiendote por algo que ya pasó? Es ser humano y pudo comerter errores, déjalo pasar Lee.



Podía verlo más de 40 veces al día y jamás se cansaría de aquel lindo rostro, aquella hermosa sonrisa que Seoho le regalaba cuando sus miradas se encontraban. Era un chico simplemente bueno en cualquier sentido.

— ¿Cuando dejaste que ese pequeño tonto se entrometiera tanto en tu vida personal? Recuerdo que eres demasiado amable, y el todo un caso. Es tan problemático y torpe — aquel "oppa" de la abuela de Kim mantenía la vista en el mismo chico que su mejor amigo; Geonhak. Ambos se encontraban sentados mirando a los demás hacer su deber para poder comer todos juntos.

Geonhak siempre mantenía su tierna sonrisa a dónde fuera; sin embargo, su amabilidad había hecho que muchas personas de confundieran. Aquella fue una gran pista para descubrir que Gunmin era especial.

Seoho había sido demasiado despistado en cualquier lugar donde acudía. La primera vez que logró ver aquel rostro fue en el lugar donde trabajaba su padre, unos días antes de que pudiera hablarle. Había visto a ese pequeño hace días con aquel alto.

— Cuando me sonrió por primera vez.

La mirada divertida de Youngjo analizó el rostro del moreno para descubrir si este estaba hablando enserio.

— No puedo creerlo. Gunmin, dame tu consejo para poder atrapar a este gruñón.

— Deja de balbucear — bebió un poco de aquella copa de alcohol que se había servido previamente. Hasta donde sabía no tenía buena resistencia ante el alcohol.

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Barcos de Papel [LEOHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora