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Suspiro por quinta vez

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Suspiro por quinta vez. Pensando y rodando por su cama. ¿Desde cuándo había hecho un caos?. Jamás le había hablado de tal forma a Keonhee y tampoco al amigo de Geonhak.

Rodó de tal forma que su rostro quedó escondido sobre la almohada.

— ¡Tonto GunMin!. —

Aquellos llamados a la puerta lo sacaron de sus preocupaciones tontas. Su padre se asomo de forma dulce con una sonrisa que podía transmitirle paz ya sea cual sea el momento.

— ¿SeoHo?. — Camino hasta la cama y se recostó a un lado de su pequeño hijo. — ¿Porque te maldices?, Trate de seguir ya receta... Y escuché tus gritos. Debo pensar que es sobre una persona, ¿Es cierto?.

Su papá lo conocía tan bien. Se apresuró a recostarse la misma forma que su padre y suspiro nuevamente.

— Creo que me preocupo mucho por un tipo. — Sus labios hicieron un tierno puchero que provocó que su padre comenzará a reír.

— No sé cómo aconsejarte, cuando conocí a tu madre fue tan repentino. Y solo fuimos novios... No recuerdo muy bien pero terminamos casados y naciste tú. — Se encogió de hombros risueño. — Perdón por tener un papá bueno para nada.

El menor negó divertido, se sentó para estar más alto de estatura, tomó en brazos a su papá. Lo que más le gustaba de su papá era que podía expresarse libremente sin miedo a ser juzgado. Se sentía apoyado por cada cosa que le contaba. Con su mamá era todo lo contrario.

— Eres bueno en muchos aspectos, eres buen amigo, buen empleado, buen jefe, un cocinero... Promedio; y la mejor parte eres un buen padre. No debes de sentirte así por todas esas cosas que mamá dice. Sabes que siempre fue así. — Terminó encogiendose de hombros sonriente.

— Entonces un tipo. ¿Un tipo?. — Imitó la voz de GunMin la cual resultó ser un desastre haciendo que manos rieran. — ¿Te cae mal acaso?.

— No claro que no, es muy buena persona conmigo. Pero sonaría raro decir un chico... Suena muy uhhh.

El mayor negó divertido, se levantó y revolvió el cabello de su hijo.

— Tráelo a comer. Trataré de hacer algo para él.

— ¿Uh? ¿Estás bromeando?. No no por favor no, tú eres una persona muy buena en casi todos los aspectos pero no como cocinero. Tu quieres matar a Geonhak con tu comida, ¿No es así?. — Su vista se nublo al escuchar la pésima idea que su padre había mencionado.

— Dije que lo traigas. Trataré de cocinar para él. No quiero más pretextos Lee GunMin.

— Te diré cuando... Este libre, es un hombre muy ocupado, y no creo que quiera perder su tiempo con personas como nosotros. — En su débil intento de borrar ese pensamiento de su papá había fallado. Así que solo se resigno a invitar a Kim.

Caminó con tanta energía hacia la escuela que parecía como si fuera de esos días dónde esperabas algo con tantas ganas. ¿Tomar la mano de Keonhee otra vez?.

Se adentro a su salón dejando sus cosas en su butaca, se apresuro a sacar aquel sobre con aquel toper lleno de galletas hechas por el mismo cuando había ido a la casa de Geonhak hace unos días.

Caminó hasta el salón del más alto buscando entre los chicos que habían llegado a este, hizo una nueva cuando no veía al hombre que podía sacarle suspiros.

— ¿GunMin?. —

Giró su cabeza a un lado cuando escucho su nombre con un tono muy lindo, el alto se encontraba a metros de él. Y a centímetros de el se encontraba un chico más bajo con cabello un poco rojizo, su celo se frunció ligeramente al verlos tan juntos. Jamás lo había notado en su salón. ¿Era nuevo?.

— Oh Keonhee. ¿Puedo hablarte un segundo?. — Sonrió retirándose un poco de la puerta en señal que el más bajo debía entrar al salón y perderse para nunca poder acercarse a Lee.

— ¿Me acompañas a la biblioteca?, Podemos hablar ahi. — Las palabras que salían de la boca parecían ser una obra de arte. Keonhee era tan lindo, que tan sencible, tan delgado, tan hermoso en cada sentido.

Caminaron hasta la biblioteca hablando de como habían dormido, como habían estado. SeoHo llevaba aún ese toper con esa carta en la mano. El menor la había notado desde que había visto a GunMin; sin embargo decidió no decir nada.

— ¿Quién era ese chico?. — Al fin logro sacar aquella pregunta de su mente cuando estuvieron un poco más solos en un mundo llenos de fantasía. Aquellos libros eran los menos elegidos entre los jóvenes estudiantes.

— ¿Dongju?. — Se balanceo un poco mirando los títulos de los libros, SeoHo se recargo en el estante que contenían los libros. — Es mi amigo. Supongo, ¿Porque?.

— Se me hizo raro verlo contigo. Por lo general estás conmigo, desconocía que tenías amigos... Unos amigos tan lindos como él. — Su mirada estaba completamente perdida en el rostro del menor quien estaba demasiado concentrado, siguió sus ágiles movimientos hasta que esté se detuvo para observarlo.

— ¿Más lindo que yo?. —

— ¿Ah?. N-no, sin duda no... — Su rostro se torno de un tono rojizo desviando la vista del chico. — Eres más lindo que cualquier chico que conozco.

— Geonhak. ¿Qué hay de él?. —

— ¿Geonhak?. Pfff él es lindo a su manera. Pero tú eres muy lindo. — Miró sus pies con una sonrisa en su rostro, vio como aquellos zapatos se colocaban enfrente de él. Levantó su vista hacia arriba encontrándose con el rostro del menor.

El nerviosismo del más bajo era tan evidente que sus manos comenzaron a temblar. Su corazón salto de alegría cuando Keonhee paso su mano por la mejilla de él mientras le regalaba una angelical sonrisa.

El menor terminó de poner fin a ese nerviosismo que dominaba al más bajo cuando unió los labios con el contrario, una ola de emociones invadieron a ambos sintiendo la adrenalina del momento.

Keonhee tomo las manos del más bajo y termino por separase mirando lo que había conseguido del otro chico.

— ¿Para mí?.

El mayor asintió de tal forma que reflejaba su impacto del momento. Jamás se había sentido tan feliz.

 Jamás se había sentido tan feliz

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Barcos de Papel [LEOHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora