Barcos de Papel [LEOHO]

10.

— Anda GunMin, pareces peor que una persona vieja. — El moreno tomó al más bajo de la mano para poder jalarlo. Había una buenos química entre Sihyeon y Kim, pero algo andaba mal con Lee; parecía pensar más de lo normal, algo le preocupaba. Tal vez era aquella llamada que había escuchado.

— ¿¡Quieren ir a la montaña rusa!?, Hace mucho que no me subo, ir por los boletos, ustedes formense. — La chica de apresuro a ir por lo que había dicho, dejando a los dos chicos en la fila.

— ¿Estás bien? ¿No estás bien?. Dime algo, no comprendo tus acciones.— pidió el más robusto. Se había comenzado a sentir extraño, aquella sensación que GunMin transmitía era muy depresiva.

— Keonhee. — Sus labios formaron un lindo y tierno puchero lo que provocó que el cuerpo de Geonhak se tensara. — ¿Tú piensas que estoy perdiendo mi tiempo con Él?, Siento que está mejor con aquel tipo.

— GunMin, debes de comenzar a aprender que no todo es como queremos. Si Keonhee es un idiota y no te valora, puedes buscar a tu alrededor, puede haber una persona que realmente te aprecia.

— ¿Hwanwoong?, Pfff no gracias ese pequeño es un demonio vivo— río negando. — Aún así no me siento en las mejores condiciones para subirme al juego, ¿Puedo ir a sentarme por allá?. — Se giró un poco para poder señalar un lugar donde había bancas tipo picnic.

Geonhak estaba conciente de que no podía tener a la fuerza a alguien, si GunMin no quería estar ahí, simplemente le hubiera dicho, no hubiera accedido a venir ni al parque de juegos.

Caminó hasta aquella banca con pesades en sus piernas. Todo le había dado vueltas, tal vez había sido el almuerzo que había preparado su mamá, pero Geonhak se veía más que bien. Tal vez podía ser todas sus emociones en una gran olla dentro de su estómago.

Su cuerpo se tenso cuando captó la atención de una persona a un lado suyo, giro si cabeza lentamente. Pensaba que Keonhee no había tenido tiempo para venir, pero ahí estaba a un lado suyo, con una sonrisa hermosa y sus ojos que hacían que GunMin perdiera la cordura.

— ¿Lee? ¿Estás bien?. — Se inclinó ligeramente hacia el mayor mirando su pálido rostro. El más bajo no podía distinguir si esa palidez era por sus nervios o por el dolor de estómago.

— Estoy bien, ¿Porque estás aquí? Pensé que no podías venir, dijiste que estarías ocupado. — Frunció ligeramente el ceño. Amaba que el menor estuviera con él, pero no se sentía igual de cómodo como antes.

— Pensé y llegué a la conclusión que sería más lindo pasar el día a tu lado. Estoy aquí por ti, y es nuestro último día acá así que debíamos pasarla juntos, ¿No es así?. Pero sabes. — Tomó asiento un poco más cercano al cuerpo del mayor sintiendo su calor corporal. — Ayer, me enoje. — Sus labios hicieron un tierno puchero de enojo combinado con frustración. — Te fuiste con Leedo, me dejaste solo en casa; dijiste que íbamos a estar juntos, pero me cambiaste por aquel chico, ¿Cómo debería sentirme?.

Los gestos de GunMin reflejaron asombro y confusión, ¿Acaso eran celos por parte de Keonhee?. Le gustaba.

Una sonrisa sincera y llena de ternura se dibujo en sus labios, tomó las mejillas del más alto y  se acercó un poco más, que podía hacer, sus pensamientos no estaban al 100% concentrados en sus acciones.

Su dolor de estómago desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Sus emociones y sentimientos estaban saltando cuando los labios de amos chico se encontraron en un beso cálido, y tierno.

Sintió como aquellos labios extraños le correspondían de la misma forma, aunque un poco torpe.

Era como esas típicas escenas dónde los protagonistas tenían su primer beso. Era muy cliché.

Sus ojos aún seguían cerrados cuando tomó conciencia de sus acciones, los labios de Keonhee ya no estaban sobre los suyos. Así que decidió abrír sus ojos con algo de vergüenza.

— GunMin...

— Keonhee, yo. Lo siento no pude resistirme; es solo que no fue tu culpa ese día, créeme que no te dejaría solo. Me preocupo por ti y no lo dejaré de hacer pase lo que pasé.

— ¿Qué estás diciendo exactamente?.

El mayor tomó aire y suspiro de forma pesada; se había imaginado todo este tiempo aquel momento dónde lo besaba  y le pedía ser su novio, pero era más complicado de lo que sus pensamientos le habían dicho.

— ¡Chicos!. — Un grito proveniente de Sihyeon llamo la atención de ambos chicos, los cuales tenían sus mejillas sonrojadas. Desde que acabaron el juego decidieron no molestarlos aunque el más robusto decidió ir hasta allá quería regresar a Seúl lo más pronto posible y la chica había accedido a su petición. — Hablé con Geonhak y estuvo de acuerdo en que fueramos a comer comida china, ¿Vamos?, Hay un lugar muy cerca de aqui, pueden seguir su charla allá.