44.

78 14 11
                                    

— No puedes juzgarme de tratar de hacer feliz a las personas ese es mi trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— No puedes juzgarme de tratar de hacer feliz a las personas ese es mi trabajo. No diré nada más, tal vez tú abuela tiene razón. Piensa engordarte para que nadie más pueda ver el increíble cuerpo que tienes. He visto a varias chicas viéndote, trato de cruzarme en su vista para evitar que te vean pero es más que imposible, yo te miraría en cualquier momento.

— Es tu graduación Lee Gunmin, deja de hablar cosas raras. Solo disfruta del momento— la tímida sonrisa de Kim hizo que los latidos de Seoho se acelaran un poco, sentir el cariño del moreno, el cariño de su padre quien se encontraba hablando con Keonhee y con su pequeño novio Dongju, estar rodeado de personas que lo querían no podía hacerlo más feliz.

— Trato de hacerlo, de hecho tu vuelves imposible esa misión. Tu dulce mirada de pollito me sigue derritiendo.

La fuerte mano de aquel chico con mirada de pollito sujeto la cintura del recién graduado. Gunmin había tomado la iniciativa de trabajar con su padre, podía seguir creciendo la compañía. Además de que trabajar con su papá y posiblemente con su viejo y nuevo amigo lo volvía más emocionante. Después de que se terminará la escuela, Seoho comenzará a tomar cursos y buscar algo de práctica para ayudarle a su padre en la empresa.

Por otro lado la pequeña y gran pareja que Keonhee formaba con Dongju trabajarían en aquella empresa de sus sueños. Simplemente aquello era una gran oportunidad para mantenerlos aún más cerca.

Keonhee se había mudado a un nuevo departamento más amplio, uno donde pudiese compartir con su querido y gruñon novio.

Dongju accedió ante la propuesta de vivir juntos, sería lindo poder ver el rostro adormilado de Lee cada mañana antes de ir a trabajar.

— ¿Dónde estará Hwanwoong? — Gunmin trato de ignorar a toda costa la mano del moreno la cuál estaba alrededor de su cintura. No había visto al más bajo después de la ceremonia de cierre. — Te dije que Youngjo era mala influencia para ese pequeño tonto.

— No creo que sea tan mala influencia, Youngjo es demasiado noble. Hwanwoong lo atrapó por completo. — asintió de forma firme, jamás había visto a ese chico alto ser ordenado por alguien más que no fuese él.

— Tal vez se escaparon para ir a la casa de Hwanwoong. Siempre se terminan escapando, pensé que hacian algo más, pero solo se sientan en el sofá a ver una película. Eso es absurdo

— No es absurdo, les gusta estar juntos. Tal vez tú eres el que piensa que hacen otra cosa, créeme que has agarrado bastante coraje después de ese día de la oficina.

— Geonhak, no me obligues a callarte.

El moreno reaccionó de forma rápida mientras cerraba sus ojos y estiraba sus labios para poder sentir los del chico contrario. Este no tardó en pensarlo, acercó sus suaves labios a los de Kim. La sensación que podía sentir no se podía explicar cómo se explicar algo complicado, no podía encontrar las palabras exactas para descubrir su felicidad.


— Gunmin, no soy Geonhak. — la anciana miró el pastel que el susodicho me había entrado como regalo por su graduación. Había dejado un dulce corazón en el centro con una frase; demasiado empalagoso. — No soy Geonhak para que me regales este tipo de cosas, no quiero engordar Lee.

La tierna risa de Seoho se escuchó aliviando a esté. Tomo asiento en aquella silla que estaba a un lado de la dama.

Había pasado varios días después de su tratamiento para poder sacarla de aquel momento difícil, su corazón estaba mal y no podía resistir por más años; sin embargo aún no era el momento.

— Solo quiero verla probar mis postres.

— He probado tus postres muchas veces, no me mientas. ¿Hay algo aquí que no sepa?

— No, solo mucho amor— la nariz del chico se arrugó ligeramente después de decir aquello provocando que la anciana riera con ternura, aquel chico era un encanto de persona.

— Keonhee, no me obligues a golpearte. ¿Porque no haces las cosas como te digo?

Una mano de Son sostenía un traste con restos de grasa. Keonhee había sido el encargado de lavar los trastes de la comida, y había sido uno muy malo.

— No vuelvas a hacer un desastre en la cocina, no te dejaré cocinar. ¿Eso hacías cuando me llevabas comida?

El menor mantenía sus gestos gruñones con precisión. Keonhee era un chico encantador pero demasiado desordenado.

Trataba de darle toda la paciencia posible pero era demasiado.

— Dongjunie. No puedes enojarte por algo insignificante. — el más alto se levantó del sofá para poder ir a inspeccionar sobre aquel traste, había encontrado una manera de hacer que Dongju no se molestará con él.

Dongju mantenía su mirada pesada en él como si fuese el objetivo a derrotar.  La mano que sostenía el plato con residuos de grasa había temblando un poco al sentir las largas manos de Lee sobre sus caderas.

Su mirada cambio rápidamente a una con ilusión, una llena de brillo. Keonhee se acercó un poco más al cuerpo del más bajo haciendo que esté retrocediera poco a poco hasta chocar con el otro extremo de la cocina.

Su corazón latía con gran velocidad dándole un color carmesí en sus mejillas. El chico delgado tomó el plato para poder dejarlo a salvo de las peligrosas manos de Son. Esta vez su mano fue directo a la mejilla del más bajo dejando leves caricias, terminó aquella tentación cuando tocó los labios de Son  en un rápido movimiento, sus manos sostuvieron las caderas del menor hasta poder elevarlo, abrazo su cuerpo como si fuese un peluche de felpa, sus pies se dirigieron hasta poder dejar al más bajo por debajo de él; sobre la cama.

No podía resistirse a aquella mirada de dulzura del menor.

Doy aviso que terminara la historia :'3 Esperen el final >

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Doy aviso que terminara la historia :'3
Esperen el final > . <

Barcos de Papel [LEOHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora