23.

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El plan para mover el retrato de Draco queda, al menos, en una suspensión temporal. Para sorpresa de nadie, el heredero Malfoy lanza lo que Hermione llamaría un ataque de siseo masivo.

—Déjenme hablar con él. —les había rogado a Harry y Severus. —Háganle saber a Penélope que hay un retraso, pero... ¿tal vez podamos moverlo hasta este fin de semana? —Ambos le dieron miradas de agravio e indulgencia, pero la dejaron para tratar de convencer al idiota más terco del mundo de algo que no le gustaría.

—No voy a irme a vivir con la bruja de Snape. —le dice, mirandola. —Me quedaré aquí, donde puedo vigilar a la mía.

Sus brazos están cruzados sobre su pecho, y Hermione nunca lo había visto más como un niño que ahora. Le vienen imágenes espontáneas de un pequeño Draco pisando fuerte y exigiendo escobas saeta de fuego para todo el equipo porque "¡Potter tiene una!" Es todo lo que puede pensar para no reírse de él.

Ella no lo hace, por supuesto. Esto es serio.

—Draco, tú eres el que ha estado más preocupado por las cartas, la brecha en las protecciones. Déjanos protegerte.

—¡Pero él no sabrá que me he mudado! —grita de vuelta. —¡Lo que significa que todavía vendrá aquí, y eres tú quien me preocupa, bruja ridícula!

—Estaré bien... —comienza a discutir, pero él la interrumpe.

—Deja de decir que estarás bien... ¡Todo está bien! ¡No todo está jodidamente bien! ¡Algún mago loco está tratando de matarme, y estoy seguro de que no tendría reparos en pasar sobre de ti para hacerlo! ¡Sin mencionar, he perdido otra manzana, y mi jarra está apenas medio llena! ¡Nada... NADA... está jodidamente bien!

Hermione solo le devuelve la mirada durante mucho tiempo. Draco ha estado molesto antes, por supuesto. Estaba molesto por su manzana, temía por ella, por las protecciones... Pero hay un pánico aquí que de repente se da cuenta de que probablemente siempre está bajo la superficie. Él es tan bueno para ser frívolo, para actuar altivo y no afectado, pero esta demostración cruda se siente realmente muy sincera.

—Draco...

—No quiero irme. —se atraganta, su volumen se desvanece a medida que se agota su ira. —Por favor, no... ¿Qué pasará cuando ella no este en casa? Clearwater está en la tienda casi todos los días... y no podrás visitarme... y probablemente Theo tampoco debería... Por favor, no me envíes lejos.

—Draco. —suplica, con el corazón roto por él. —solo quiero que estés a salvo.

—Hermione, no puedo pasar el próximo... ¿cuánto tiempo? ¿Cuatro meses, si tengo suerte? ¿Menos? No puedo ver desaparecer mi comida y saber que bien podría morirme de hambre... solo y asustado hasta la muerte por ti.

Ella parpadea. Él tiene miedo. Aterrorizado.

Por supuesto que lo esta, se regaña a sí misma. Hermione es plenamente consciente de que Draco tiene paredes emocionales, solo se permite creer que él está tan relajado como deja ver la mayor parte del tiempo. Más que la obvia satisfacción sexual, más que el alivio del aburrimiento, a veces olvida que él depende de ella para su apoyo emocional, despreocupado como a menudo parece estar.

Entonces, se pregunta, ¿vale la pena enviarlo a la casa de Penélope sacrificando el consuelo que ella le brinda?

—No quiero que te vayas. —le dice con simpatía y profundo pesar. —pero no sé cómo protegerte. Severus está preocupado ahora. Incluso Harry. Estaban bien antes, pero las cartas son más insistentes, llegan con más frecuencia. Él sabe cosas... sobre esta casa. Creemos... qué él ha estado aquí antes.

Looking Glass *Traducción*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora