- Te voy a extrañar pelotuda. —me dijo mi hermano abrazándome una vez más.
- Tendrás que venir a visitarme.
- Sabes que vendré para ver si el Ribba te trata bien o si tengo que meterle dos piñas. —nos reímos a la vez.
Si tan solo supieras lo bien que me trata el rubio.
- Ay hija, no sé como ha pasado tan rápido el tiempo. —dijo mi madre a punto de llorar.
Rápido no ha pasado, al menos no para mí.
- Nos veremos pronto ma', te lo prometo. —le dije dándole un abrazo.
- ¡Buenos días! —dijeron mis amigas desde el marco de la puerta.
- ¡Hola! — las saludó mi madre — ¿Ya están listas wachas?
- Sí. —dijeron las dos a la vez.
- ¡Juan tenés que llevar a las niñas! —gritó mi madre.
Mi padre salió de la cocina y las saludó. Agarró mis maletas y las llevó a su coche.
Metió también las de mis amigas y luego nos montamos todos.
Durante el camino escuchamos música y hablamos sobre cosas irrelevantes como solemos hacer siempre.
Llegamos al campus de la Universidad de Buenos Aires y mi padre me acompañó hasta nuestra habitación.
- Supongo que tengo que irme. —me dijo un poco triste.
- Sí... —me acerqué para abrazarlo.
- Cuídate Paloma y no hagas nada malo.
- Te lo prometo. —solté una risita.
- Ese chico... Daniel. ¿Estará aquí con vos? —preguntó serio.
- Eeee sí, pero no en ésta habitación. —nos reímos a la vez.
- Eso espero. Nada de besos. —me dijo divertido.
- Claro que no papá. —le dije sonriente.
Mi padre se fue y finalmente me quedé con mis amigas a solas.
- Qué ganas de conocer a los profesores. Espero que sean buena onda. —dijo Marta mientras ordenaba la ropa en su armario.
- Algún hijo de puta seguro que nos encontramos éste año también. —dijo Yovanna.
- Ecko ya me está mandando mensajes. Re tóxico. —dijo Marta sacando su teléfono de su bolsillo para escribirle de vuelta.
- Yo le dije a Cami que nos veremos todos los fines de semana para que se quedara tranquilo. —dijo Yovanna.
- Entonces supongo que yo soy la única que tendrá a su novio con ella. —dije yo soltando una risita.
- Sí, que suerte. ¿Cómo van las cosas con Dani? —preguntó Marta.
- Sí boluda, nunca nos cuentas nada. —dijo Yovanna.
- Bien, estamos mejor que nunca.
- Más detalles, no seas perra. —dijo Yovanna y Marta soltó una risita.
- Es un pibe muy bueno, siempre me trata bien, me busca para salir juntos, me contesta los mensajes a tiempo.
- ¿Y el sexo qué tal? —preguntó Marta.
- Muy bien, lo hace todo bien. —nos reímos a la vez.
- Me alegro por vos boluda. Te mereces ser feliz después de toda la mierda que pasó éste último año. —dijo Yovanna.
- Sí, éste año quiero pasarla bien y olvidarme de todo.
- ¿Eso significa que ya olvidaste a ese pelotudo? —preguntó Marta.
- Ay amiga, podrías haber sido un poco menos directa. —dijo Yovanna al ver que no respondía.
- Sí, sí que lo olvidé. Ya me da igual ese bastardo.
Mis amigas me miraron sorprendidas y empezaron a aplaudir como locas.
- ¡Esa es mi amiga! —gritó Marta.
- ¡Volviste wacha! —dijo Yovanna.
Cuando me di la vuelta vi que Dani estaba mirando la escena sonriente desde la puerta.
- Saluda puto. —dijo Yovanna.
- Eso pelotudo, nos vas a matar de un susto. —dijo Marta.
- Perdón, es que me quedé colgado viendo a mi novia.
- ¡Awwww! —exclamaron las dos a la vez.
- Chamuyero. —me acerqué para darle un beso.
- Acá no. —dijo Yovanna haciendo un gesto de asco y Marta soltó una risita.
- Es también mi cuarto y si quiero hasta le como la poronga ahora mismo. —les dije y nos reímos las tres a la vez.
- Eso luego, ahora quería llevarte a comer. —dijo Dani sacándome la lengua.
¿Ya les dije que es demasiado lindo?
Subo uno más y a dormir JEJE. :)
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𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐
Teen FictionDonde Paloma vuelve a encontrarse con su ex profesor de matemáticas en la universidad.