23.

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CONTENIDO LÉSBICO. SI NO TE GUSTA PUEDES OCUPAR TU TIEMPO COMIÉNDOME EL CULO O IRTE SIMPLEMENTE.

NARRA PALOMA

Me quedé en silencio por unos segundos, no sabía como reaccionar ante lo que Nicole acaba de decirme.

- Si no quieres lo entiendo, yo solo...

Ataqué sus labios antes de que siguiera con lo que iba a decir. Le rodeé la cintura con mis brazos y ella llevó sus manos a mi cuello.

Absorbí su labio inferior entre los míos y llevé mis manos a su culo para darle un apretón fuerte.

Soltó un jadeo y eso desencadenó una guerra entre nuestras lenguas. Mordí su labio y ella hizo lo mismo con el mío.

Nos separamos por un segundo por falta de aire y volvimos a unir nuestros labios.

Llevé mi mano a su cabello y lo agarré fuerte mientras seguía comiéndole la boca.

La hija de puta besaba muy bien así que después de ésta sesión de besos apasionados sentí como mi feminidad se mojaba, pidiendo a gritos que siguiera con lo que estaba haciendo.

La agarré con fuerza por la cintura y la subí a la mesa que estaba en frente de nosotras.

- Cómeme la concha zorra. —me dijo ella con una sonrisa traviesa en su cara.

- Eso es lo que estoy a punto de hacer puta. —le respondí y nos reímos a la vez.

Le quité la remera y la tiré por ahí. Nicole llevaba un corpiño de encaje así que empecé a acariciarle las tetas por encima de él.

Las apreté un poco y luego agarré el corpiño por la mitad y tiré con fuerza hasta partirlo en dos.

Tomé sus tetas en mis manos y las apreté con firmeza, llevando una a mi boca y succionando su pezón.

Hice lo mismo con la otra mientras Nicole se retorcía de placer ante mi tacto.

Llevé mi mano a su cuello y lo apreté mientras que deslizaba mi otra mano hasta su feminidad.

La metí adentro de su short y empecé a acariciarla por encima de su ropa interior.

- Estás muy mojada perra. —le dije mirándola a los ojos.

Ella se limitó a gemir mientras seguía acariciando su clítoris con mis dedos. Saqué mi mano y la llevé a su boca.

La agarró y se metió mis dedos en la boca para succionarlos mientras me miraba a los ojos.

- Suficiente. —le dije sacándoselos de la boca.

Le quité el short junto con su tanga y le abrí las piernas al máximo, posicionando mi cabeza entre ellas.

Pasé mi lengua por su concha mojada varias veces y luego la metí adentro. Soltó un gemido fuerte y empecé a moverla.

La saqué y la llevé a su clítoris para lamerlo en circulitos. Nicole me hizo una coleta improvisada y me agarró del pelo mientras miraba con los ojos entrecerrados como le comía la concha.

Pasé dos dedos por su humedad y luego se los metí adentro con cuidado. Empecé a moverlos rápidamente mientras seguía comiéndole la concha y a los pocos segundos sentí como su paredes se estrechaban alrededor de ellos.

- ¡Ah! —soltó un grito de placer y sus piernas empezaron a temblar.

Se levantó con cuidado y volvió a comerme la boca, ésta vez con más intensidad que la anterior.

- Ven, quiero mostrarte mis cosas. —me dijo sonriente y me dio la mano.

La acompañé hasta su cuarto y me empujó para que cayera en la cama. Abrió un cajón de su armario y sacó lo que parecían ser un vibrador y una fusta.

- Desnúdate y ponte en cuatro. —me ordenó.

Y yo que pensaba que era tímida.

Me puse en cuatro y Nicole se acercó a mí por detrás para acariciarme el culo.

- Pideme que te azote puta. —me dio una palmada no muy fuerte.

- Azótame mami. —solté un jadeo.

Me dio un primer azote con todas sus fuerzas y solté un grito de placer. Volvió a hacerlo una vez más y pasó sus dedos por mi feminidad para torturarme aún más.

Paró de azotarme y sentí su lengua recorriendo mi feminidad, desde mi culo hasta mi clítoris varias veces.

- No pares, se siente muy bien. —gemí.

Entonces paró y la miré con cara de orto, pero al instante escuché el sonido del juguete vibrando.

Lo acercó a mi concha y lo posicionó sobre mi clítoris. Me agarró fuerte del cabello y presionó aún más el vibrador sobre mi feminidad.

- Suplícame que deje que te corras.

¿Estoy cogiendo con Nicole o con Mateo? Me perdí.

- Por favor, haz que me corra. —le supliqué al sentir como estaba muy cerca.

Me metió unos dedos y empezó a moverlos hasta que segundos después sentí todo el placer recorriendo mi cuerpo.

- ¡Nicole! —gemí fuerte.

- Muy bien beba, córrete como una buena perra.

Mientras estaba disfrutando de todo esto alguien abrió la puerta. Era Mateo que nos miraba con una cara impactante.

- ¿Qué está pasando aquí?


















Pues hasta aquí por hoy.

𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora