- ¡¿Éste pelotudo que hace aquí?! —preguntó mirando a Mateo con ganas de pegarle.
- Lo mismo te puedo preguntar Ribba. —le dijo acercándose a él.
Y tenía razón, los pibes no podían estar en la habitación de las mujeres.
- Vamos a calmanos por favor. —les dije intentando apartarlos.
No es que sea muy enana, pero literalmente no pude separarlos ni siquiera unos centímetros.
- ¿Viniste a defender a tu perrita favorita? —le preguntó Dani y Mateo le metió un puñetazo en toda la jeta.
- ¡Basta! —grité fuerte.
- ¡No te voy a permitir que le hables así! —gritó Mateo.
Dani se incorporó y le devolvió el golpe que había recibido hace unos segundos.
Se acercó a mí y me dio una bofetada logrando que se me saltaran unas lágrimas.
- ¡Sos una puta Paloma!
Mateo le metió otro puñetazo aún más fuerte y se cayó al suelo.
Esto no podría ser más surrealista.
- Deja de defender a ésta puta, ya sabemos que quieres cogértela, pero al menos disimula.
- Lo que haya pasado o pase entre Paloma y yo no es problema tuyo gil.
- Esto no se va a quedar así. —dijo el rubio.
Agarró sus cosas para irse, pero antes de hacerlo volvió a abrir la boca.
- Si lo hice una vez, puedo volver a hacerlo de nuevo hijos de puta.
¿Cómo?
Entonces Mateo lo agarró fuerte del cuello y éste soltó un grito ahogado.
- Lo mejor que puedes hacer es quedarte callado.
- ¿S-Si no q-qué? —le preguntó éste mientras Mateo seguía apretándole el cuello.
- Me encargaré personalmente de que en tu puta vida vuelvas a pisar una universidad.
- No puedes hacerme nada Palacios. —le dijo después de soltarlo.
- A vos no te importará, pero a tu papás seguro que no les haría gracia quedarse sin empleo, ¿no?
- No sé a que te referís gil.
Y yo tampoco sinceramente.
- Mi padre es el dueño de la compañía Kimberly Clark, ¿te suena?
Dani se quedó en silencio. Por lo que le dio a entender sus padres trabajan para el papá de Mateo.
- ¿Entendiste o no? —le preguntó acercándose de nuevo a él.
- Ésta vez ganaste Palacios, pero para la próxima ya veremos.
- Una sola palabra y se quedan sin empleo.
El rubio soltó una risita nerviosa, asintió y salió dando un portazo.
Me senté en la cama, habían pasado demasiadas cosas en tan poco tiempo.
- ¿Estás bien beba?
Mateo se acercó a mí y se sentó a mi lado. Llevó una mano a mi mejilla y empezó a acariciarla.
- ¿Dani es el qué lo difundió, no? —le pregunté aunque me quedaba bastante claro.
- Sí.
- ¿Lo sabías? —le pregunté al ver la seguridad con la que había respondido.
- Sí.
- ¿Y por qué no me contaste nada si se puede saber?
- Tampoco es que me hayas dejado hablar Paloma. —me dijo éste soltando una risita.
- Pues también puede ser. —le dije mordiéndome el labio a causa de los nervios.
- Tampoco podía hacer nada en ese momento. La noticia se hizo viral en poco tiempo y yo me enteré hace unas semanas de que fue él.
- Lo entiendo, pero deberías irte porque alguien nos puede ver.
- Me chupa un huevo.
- Pues a mí no. —le dije seria.
- ¿Me odias Paloma?
Me quedé en silencio para pensar mejor lo que iba a decirle.
- No te odio, pero tampoco quiero volver a lo que eramos antes.
- Creo que fue suficiente con lo que pasó hace una hora. —me dijo soltando una risita.
No Mateo, esto solo acaba de empezar.
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𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐
Teen FictionDonde Paloma vuelve a encontrarse con su ex profesor de matemáticas en la universidad.