Salí lo más rápido posible para que nadie se diera cuenta. No quiero meterme en problemas de nuevo, ya tuve bastante con lo que pasó el año pasado.
Al salir de la universidad choqué con Marta y ésta soltó un pequeño grito.
- ¿Dónde carajo vas tan rápido? —dijo dramatizando como siempre.
- No puedo hablar ahora, luego te cuento beba. —le dije soltando una risita nerviosa.
Ella me miró perpleja y luego vi que Mateo había salido del aula y se dirigía a nosotras.
- ¡Noooo! —chilló Marta y luego se tapó la boca.
- No es lo que piensas. Bueno, sí lo es, pero no como crees.
- No te entiendo nada, habla bien.
- Luego te cuento boluda, me voy. —le dije al ver que Mateo me miraba con una cara de orto impresionante.
Empecé a caminar rápidamente hacia nuestra habitación, necesitaba llegar lo antes posible porque ya me había demorado.
Aún no longro asimilar del todo lo que acaba de pasar. Tengo una sensación de satisfacción, pero a la vez me siento mal por Dani.
Dani.
Dani me está esperando seguramente, le dije que iba a tardar cinco minutos.
Miré la hora y aumenté el ritmo de mis pasos.Habían pasado cuarenta minutos desde que se había acabado la clase. Seguramente tendré que darle explicaciones y aún no sé muy bien que decirle.
Hemos hablado solamente, me pidió perdón y no pasó nada más. —Me repetía continuamente para que se quedara bien metido en la cabeza.
Siempre he sido una persona muy transparente, pero ésta vez no podía llegar y decirle la verdad.
Porque sé que no se lo merece, pero a la vez tenía que hacerlo. Era como una necesidad que vivía dentro de mí y me consumía cada vez más con cada día que iba pasando.
Y ya pasaron meses.
Llegué finalmente al gran bloque de habitaciones y me encontré con el guardia en la puerta.
Me pidió el carnet de estudiante y finalmente me dejó pasar.
Empecé a correr hasta llegar a nuestro cuarto y abrí la puerta lentamente.
Dale Paloma, no seas cagona.
Al abrirla me encontré a Dani tumbado en mi cama fumándose un porrito.
Al ver su cara me di cuenta al instante de que estaba molesto, y no podía culparle...
- Hola. —le dije mordiéndome el labio a causa de los nervios.
- Hola. —me dijo mirándome por unos segundos, pero luego desvió la mirada.
- ¿Estás bien? —le pregunté, pero al instante me di cuenta de lo estúpido que había sonado.
- No mejor que vos seguramente, ¿no Paloma?
- No sé a qué te referís. —le dije haciéndome la tonta.
- ¿Cogieron verdad? —me preguntó aún sin mirarme.
- No, solo...
- ¡No me mientas! —gritó fuerte.
- Cálmate y no me hables así. —le dije intentando aguantar mis ganas de llorar.
- Siempre supe que llegaría éste momento. Al fin y al cabo las putas no cambian nunca.
- ¡No me hables así! —le dije alzando la voz.
- ¿Después de lo que pasó el año pasado no tuviste suficiente?
- No hice nada malo Daniel.
- Toda la gente se enteró de que eras una perra, ¿te parece poco? —me dijo solatando una risita.
- ¡Porque un hijo de puta lo difundió!
- ¡Porque igual te lo merecías!
- ¿Qué quieres decir con esto? ¿Te parece bien lo que me pasó? ¿Posta?
- Pues no sirvió de nada si lo volviste a hacer Paloma. —me dijo con el máximo cinismo del mundo.
- ¡No le hables así pelotudo! —dijo una voz muy conocida.
Al darnos la vuelta nos encontramos con Mateo que miraba la escena con la mandibula tensa y los puños apretados.
ESTÁS LEYENDO
𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐
Teen FictionDonde Paloma vuelve a encontrarse con su ex profesor de matemáticas en la universidad.