17.

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dos semanas más tarde •

- Te llegó otro ramo de flores, toma. —me dijo Marta.

- No para el cabrón. —dijo Yovanna soltando una risita.

- Yo creo que deberías superarlo ya gorda. —me dijo Marta.

- Muy fácil no es, pero al menos veo que sí le importas porque me ha pedido como ocho veces que hable con vos para que le perdones. —dijo Yovanna.

- ¿Solo ocho? A mí siempre que me ve me dice 'Por favor habla con ella, no aguanto más sin verla.' —dijo Marta.

- A lo mejor no miente y el hijo no es suyo, quien sabe. —dijo Yovanna.

- Bueno, su mujer muy santa tampoco es si se anda cogiendo a su primo. —dijo Marta y las dos se rieron a la vez.

- Ay amiga, di algo por favor. Llevas como una semana sin hablar después de lo que pasó. —dijo Yovanna sentándose a mi lado en la cama.

- Sí amiga, deberías dejar de pensar en esa mierda, no te hace bien.

- A Camilo le dijo que te quiere y que se niega a perderte. Él mismo me lo dijo. —dijo Yovanna.

- Además ya has faltado a cuatro clases suyas, deberías ir gorda.

- El problema no es que el niño sea suyo o no, el problema es que me mintió. —decidí hablar finalmente.

- Es que todos los hombres hacen eso amiga y Palacios no es la excepción. —dijo Marta.

- No es eso Marta, si tanto dice que me quiere ¿por qué sigue con ella?

- Pues a lo mejor tiene una razón, pero como no le dejaste hablar... A ver, que lo entiendo, yo tampoco lo hubiera dejado. —dijo Yovanna.

- ¿Cuál? No amiga, solo estaba jugando conmigo y ya. No hay más. —dije mientras hundía mi cabeza de nuevo en la almohada.

Alguien tocó a la puerta y nos miramos las tres sorprendidas, porque no esperábamos a nadie.

- ¿Se puede? —escuché una voz demasiado conocida.

- Decile que no estoy. —le dije a Marta.

- Sí, entra. —dijo Yovanna y la miré con cara de orto.

Mateo abrió la puerta y me miró por unos segundos. Después agachó la cabeza y esperó a que yo dijera algo.

Estaba horrible, nunca lo había visto así desde que lo conozco. Tenía ropa de estar por casa, el pelo medio sucio, unas ojeras que reflejaban cansancio y una expresión facial indescifrable.

- Bueno, nosotras nos vamos. —dijo Marta.

- No se vayan, él y yo no tenemos absolutamente nada de que hablar. —dije mirándolo mal.

- Por favor, te lo ruego. —dijo Mateo mirándome a los ojos.

Mis amigas se levantaron y se fueron sin dejarme otra opción. Tampoco tenía ganas de levantarme de la cama, así que me di la vuelta y lo ignoré.

Mateo se acercó a mí y se sentó a mi lado. Sentí su mano acariciando la mía y se la quité al instante.

- ¿Para qué has venido? —le pregunté cortante.

- Solo escúchame Paloma. —suspiró.

- Habla. —le dije aún sin darme la vuelta.

- Ella no significa nada para mí, te lo juro.

No le respondí, así que siguió hablando.

- Son solo contratos de familia. La empresa de mis padres está vinculada a la de sus padres.

- ¿Y eso qué carajo importa? No tiene ninguna relevancia Mateo.

- Sí la tiene. Mis padres estaban pasando por una situación económica terrible hace unos años. La empresa gastaba más de lo que estaba ganando, hasta que se quedó en bancarrota.

- ¿Y? —ya me estaba desesperando.

- Entonces los padres de Nicole ayudaron a mis padres, pero el trato consistía en que Nicole y yo nos casáramos.

- ¿Por qué? No entiendo.

- ¿Recuerdas cuando te dije que ella había perdido un hijo? — asentí — Pues no era mío. Ni siquiera nos conocíamos en ese momento. Ella se había quedado embarazada con otro tipo.

- ¿Cómo? —si antes estaba confundida, ahora no entendía nada.

- Pues eso. Lo descubrí a los pocos meses, aunque mis padres lo sabían de antemano. Los papás de Nicole querían 'limpiar' la imagen de su hija y de la familia y para eso decidieron usarme.

- ¿Y por qué aceptaste?

- A ver, primero porque mis papás ya no tenían ni siquiera dinero como para comer y menos para mantener a una familia. Además tenían muchas deudas. Y segundo, es que como no sabía nada del trato pues empecé a enamorarme de ella.

Me quedé en silencio, era demasiada información en muy poco tiempo.

- ¿Y el niño?

- Yo me haré cargo, sea o no mío. Eso no tiene ninguna relevancia.

- Podría ser tu hijo Mateo, no seas así.

- Lo sé y me hace ilusión ser papá, pero me desespera tener que seguir aguantándola.

- ¿Y por qué no se separan?

- Porque aún tengo que hablarlo con mi familia. Hay muchas cosas confidenciales entre las dos empresas, así que tendrán que conseguirse varios abogados. La familia de Nicole no va a aceptar que esto pase, al menos no a la primera.

- ¿Y qué quieres de mí Mateo? ¿Qué tengo que ver yo en todo esto?

- Primero quiero que dejes de llorar y que pienses mejor las cosas ahora que ya lo sabes todo.

- Bueno, lo intentaré... Es mucha información.

- Y segundo quiero que vengas a clases beba, no aguanto más sin verte ahí. Aunque me odies y no me quieras ver.

- Te odio. —le dije y solté una risita nerviosa.

- Dame un beso y déjate de tonterías.

- ¿Un beso? Ni lo sueñes hijo de puta.

Finalmente me levanté de la cama y me di cuenta de que seguía teniendo solamente mis bragas de encaje y un mini top encima.

- Bueno, se me acaba de subir y no me refiero al ánimo. —dijo Mateo mirando mi culo detenidamente.

- Sos un pajero nene.

- No creas que me olvidé de lo que me dijiste la última vez en el hotel.

Entonces lo recordé y me odié por haberme dejado llevar. Aunque no había mentido con absolutamente nada.

- Te espero en la clase beba, no tardes.




















Todo el mundo después de leer éste capítulo 👁👄👁

Ahora se viene lo sabroso, no digo más. PARA TODAS LAS GOLOSAS.

Cuando éste capítulo y el otro lleguen a 45 votos lo subo.

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ANUNCIO.

PASENSE POR LA CUENTA dirtynuns .

HEMOS SUBIDO UNA NOVELA, QUE VAYA FANTASÍA MARICAS. SEXO ENTRE MONJAS, NO DIGO MÁS.

𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora