03.

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- Dale Paloma, no pasa nada. Va a ser solo una clase. —me dijo Yovanna al ver mi cara.

Nos estamos preparando para ir a dar clases, hoy es el primer día. Anoche dormí muy mal y me he despertado con un dolor de cabeza impresionante.

- Lo sé, pero no quería volver a verlo.

- Pues pasas de él y ya. Tomas tus apuntes y nada más. —dijo Marta.

- Exacto. Ha sido un hijo de puta con vos y no se merece que sigas preocupándote por él.

Me quedé en silencio porque realmente no me apetecía seguir hablando sobre éste tema.

Mi cabeza está hecha un quilombo ahora mismo y no puedo dejar de pensar en varias cosas.

¿Se acordará de mí? ¿Seguirá con su mujer? ¿Me seguirá ignorando como lo ha hecho todos estos meses?

Miles de preguntas sin respuesta. Alguien tocó a la puerta sacándome de mis pensamientos.

- ¡Pasa! —dijo Marta y la puerta se abrió dejándonos ver a Dani.

- ¡Hola! —nos saludó sonriente.

- ¡Hola! —dijeron mis amigas a la vez.

- ¿Podemos hablar Paloma? —me preguntó apenado.

- Sí. —le dije seria.

- Bueno, nosotras nos vamos entonces. —dijo Yovanna.

- Sí, ¡usen forro! —dijo Marta antes de salir.

Me senté en la cama y esperé a que él me explicara lo que había pasado ayer.

- Ella es solo una amiga mi amor, no tenes porque preocuparte.

- Pues ayer parecía que algo más ha pasado entre ustedes dos.

- No es así, te lo juro. Ella quería algo conmigo cuando llegué acá hace tres días, pero yo le dije que tengo novia.

- No parece que le haya quedado muy claro. —lo miré con cara de orto.

- Yo te quiero Paloma, no me importa ninguna otra. Tenés que creerme.

- Bueno, pero no quiero volver a verte con esa cara de pinga. —le dije y nos reímos a la vez.

- Como vos quieras, lo que sea para que seas feliz. —me dijo sonriente.

- Así me gusta. —le saqué la lengua.

Entonces su teléfono vibró y lo sacó del bolsillo.

- Espera que me han mandado la lista con las asignaturas y los profesores.

No. Mierda.

Se puso a leerla en silencio y su cara cambió completamente a los pocos segundos al igual que la mía el día anterior.

Guardó su teléfono en su bolsillo de nuevo y me miró con una seriendad que nunca antes había visto en Dani.

- Es él Paloma, él está aquí.

- Lo sé, ayer lo vi. —le dije finalmente porque no me gusta mentir.

- ¿Lo viste y no me dijiste nada?

- Es que no me pareció importante.

- ¿Cómo que no? —me retó con la mirada.

- Él ya no significa nada para mí, no sé porque te alteraste tanto.

- Eso espero. Lo siento, estaba preocupado por ti mi vida.

- Tenemos que irnos, vamos a llegar tarde. —le dije al ver la hora.

Dani asintió y me tomó de la mano. Salimos del edificio y nos fuimos hasta la universidad.

Buscamos el aula y después de varios minutos investigando a nuestro alrededor la encontramos.

Jugamos piedra, papel o tijeras para ver quien tocaba a la puerta y perdí como de costumbre.

Toqué a la puerta varias veces y finalmente decidí entrar.

- ¡Buenas! ¿Podemos p...pasar? —mi voz se quebró al verlo ahí de pie al lado de otro profesor.

- Sí, pasen y sientense. —dijo el profesor al que no conocía.

Nuestras miradas se unieron por unos segundos que se me hicieron infinitos y mi corazón empezó a latir a una velocidad fuera de lo normal.

Nos sentamos en los asientos de adelante porque los de atrás ésta vez estaban ocupados.

Dani me miraba atravesándome con la mirada, pero no podía prestarle atención en ese momento.

Palacios posó su mirada en mí y supe que no la quitaría hasta que se fuera de la clase.

Bajó su mirada hasta llegar a mis pechos y me di cuenta de que mis pezones se habían puesto duros como siempre solía pasarme en su presencia.

No Paloma, cálmate.

Se relamió los labios y entonces me di cuenta de que iba a caer otra vez en la tentación si no me mantenía alejada de él.

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Nos vemos el jueves por la noche beibis. ❤

𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora