20.

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- ¿Puedes hacerlo más rápido? —me preguntó Mateo al ver que no acababa con lo que me había mandado .

- A ver, cálmate nene. Si ya sabes que odio tu asignatura. —le dije soltando una risita.

Lo había convencido para que me ayudara dándome clases por los días en los que había faltado.

- Dale Paloma, no es tan difícil si lo intentas. —bufó.

Tenía que hacer un esquema explicando los distintos músculos del cuerpo humano.

- Me caes mal, cállate.

- Pero si me amas, lo sé. —me sacó la lengua.

- No. — le dije con una sonrisa traviesa — Alex me importa más. —le dije para joderlo.

Él me miró serio por unos segundos, pero finalmente soltó una risita.

- Lo odio y va a reprobar mi asignatura por meterse con mi mujer. —dijo de brazos cruzados.

- ¿Tu mujer? Tu mujer es otra por ahora. —rodé los ojos.

En realidad me gustó que me llamara así. Llevamos tres días quedando en mi cuarto desde lo que pasó la última vez y aunque aún no somos nada, sé que está intentando solucionarlo todo.

- No, mi mujer sos vos pelotuda. —me retó con la mirada.

Como estábamos los dos en la cama Mateo se levantó un poco y se puso encima de mí.

Llevé mis manos a su cuello y le di un beso lento, disfrutando del suave tacto de sus labios.

- Bueno, cálmate que ya nos conocemos. —le dije al notar sus manos viajando hasta mi culo y dándole un apretón fuerte.

- Hagamos un trato, mientras seguís escribiendo yo me divierto un rato.

- ¿Divertirte cómo? —pregunté al ver su sonrisa maliciosa.

- No hagas más preguntas.

Se levantó y me dio la vuelta quedando boca abajo. Lo miré sorprendida al ver como se sentaba encima de mí por detrás y acariciaba mi culo lentamente.

- Escribe y deja de mirarme.

Miré mis apuntes de nuevo y él me dio una palmada no muy fuerte en el culo.

Solté un jadeo y luego noté como me bajaba los pantalones de pijama junto con el tanga dejando mi culo al aire.

- No te veo escribiendo Paloma.

- No puedo concentrarme profe. —le dije siguiendo su juego.

Entonces él llevó sus manos a mi pelo y me agarró con fuerza estirando mi cabeza para atrás.

- No me gustan las alumnas desobedientes. Céntrate por favor. —me dijo con su voz ronca.

- Lo intentaré señor, ah. —gemí al notar como introducía un dedo moviéndolo lentamente.

- Ya estás mojada, sos una niña muy mala.

Me apretó fuerte una nalga y añadió otro dedo más. Empezó a moverlos rápidamente mientras me seguía agarrando del pelo.

- ¿Podemos hacerlo sin forro? Quiero sentir tu concha mojada alrededor de mi pija.

- Sí, hacelo por favor.

- Escribe, compórtate como una alumna obediente para tu profesor. —me dijo mientras se bajaba los pantalones.

Quería concentrarme para seguir escribiendo, pero era casi imposible teniendo en cuenta todo lo que Mateo provocaba en mí.

Con un solo movimiento me penetró lentamente dejándome disfrutar de cada centímetro de su enorme pija.

En la habitación solamente se escuchaban mis gemidos y el sonido de nuestras pieles chocando.

- ¡Más rápido papi! —grité fuerte y llevó una mano a mi boca para tapármela.

- Córrete beba. —dijo con su voz ronca  mientas aumentaba el ritmo de sus embestidas.

Bastaron solamente unas más para llegar al clímax y soltar un grito de placer que fue impedido por su mano tapándome la boca.

Salió con cuidado y se puso de pie en frente de mí. Seguía acostada en la cama, lista para tragarme todo.

Me hizo una coleta de nuevo y me la metió en la boca. Empezó a penetrarme rápidamente y a los pocos segundos su semen salió disparado llenándome la boca.

- Abre la boca bebé, quiero ver como se ve mi semen ahí adentro. —me dijo antes de tragármelo.

A veces es tan sucio.

Abrí la boca y empecé a jugar un poco con él. Una sonrisa de satisfacción apareció en su cara, pero cambio radicalmente al ver que su teléfono empezaba a sonar.

Nicole.



















Bueno, una puta mierda de capítulo, pero X.

Mucha gente me pidió un trio con Paloma, Mateo y Nicole.

¿Va a pasar? Sí.

¿Cuándo? Cuando me salga a mí del coño.

Bye.

𝑷𝒂𝒍𝒐𝒎𝒂 𝑰𝑰; 𝑻𝒓𝒖𝒆𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora