JeongGu, Corea del Sur.
JumPyo se fue tan rápido que ni siquiera nos dimos cuenta. Nos había mandado un mensaje de texto diciéndonos la situación y pidiéndonos que cuidáramos de JanDi. Eso no tenía por qué pedirlo siquiera.
Mantuve mi disgusto a un lado y me concentré en hacerla sentir mejor. Sin embargo, apenas regresamos del monte Seolcheon se había recluido en su casa.GaEul y yo estábamos en mi apartamento viendo una película. Pero, nuestras mentes seguían en JanDi. Necesitábamos descifrar cómo hacer que pasara este trago amargo de una forma más ligera.
-Podríamos salir los seis- murmuró GaEul-. Los chicos y nosotras.
-¿Cómo una cita triple?- le pregunté.
-Sí-. Por un momento a GaEul se le iluminó la cara.
-Todavía te gusta YiJung, ¿verdad?- intenté ser cautelosa con mi elección de palabras y tono de voz.
-Sí, en realidad me gusta y creo que yo también le gusto a él, pero...
-Sigue- la animé.
Alzó un hombro con resignación y desvió la mirada.
-No lo sé. No deja de decir que la pasa bien conmigo. Pasamos mucho tiempo juntos- arguyó-. Ha organizado su tiempo de modo que pueda estar conmigo, pero al minuto siguiente me hace pensar que simplemente no va nada en serio.
Torcí el gesto con cierta pena, pues conocía a YiJung. No era fácil salir con él, y su gran repertorio de ex acompañantes eran prueba de ello. Mandaba señales contradictorias que mantenían altas la emoción y la adrenalina, dejándote en la difícil elección de renunciar a la a la posibilidad de que él te aceptará tarde o temprano. ¿Qué chica no quería alcanzar lo inalcanzable?
-GaEul vayamos por algo a la tienda- dije desviando la conversación. Por su rostro sonriente supe que agradeció el gesto.Caminamos un par de cuadras a un negocio de abarrotes y deambulamos entre los pasillos para poder ver qué fritura nos caería mejor al estómago. Elegí unas papas con sabor a tomate y un jugo de naranja. GaEul tomó chocolates. Nos detuvimos a pagar. Entregaba mi tarjeta al cajero cuando GaEul se adelantó a ver las revistas. No solía comprar revistas en negocios. Tenía una suscripción a revistas de moda que iban a parar justo a mi puerta.
-_________...
Tomé la bolsa plástica con nuestros dulces antes de voltearla a ver. Su gesto estaba desfigurado en preocupación.
-¿Qué pasó?
-WooBin...
*
HongDae, Corea del Sur.
-¡Mierda, WooBin!- la voz de YiJung me hizo abrir los ojos interrumpiendo así, mi intento de siesta. Tenía la vista puesta en mi laptop-. Tienes que ver esto.
Me levanté de mi cama y caminé hasta él frotándome los ojos. Me senté alado suyo, en el piso y cambié la posición de la pantalla para proyectar algo de sombra contra el cristal. La foto que vi me heló la sangre. Salí del artículo para entrar a otro con exactamente la misma nota, sin embargo me encontré un título que me hizo rechinar los dientes: SALVAJE SONG WOOBIN, FUTURO ESPOSO DE LA PRINCESA RIVERA.
-¿Qué mierda es esto?- solté con brusquedad poniéndome de pie. YiJung me miró.
-Tu pelea con WonHo en el evento de hace días.
-¿Por qué no lo había visto?
-Lo más probable es que lo hayan publicado ayer, cuando estábamos en el campo para esquiar- explicó-. He hecho una búsqueda, y se ha hecho viral. Está en todas las revistas.
Joder. >>________...<<
Saqué mi teléfono. Le marqué a NamJun.
-Señor Song- me saludó.
-Hay fotografías. Quiero saber quién las ha hecho y porqué están en internet.
-Ya estoy en ello.
Maldiciendo para mis adentros, llamé a mi prometida. Me consumían la impaciencia y la rabia mientras esperaba a que ella tomara el teléfono. Le saltó el buzón de voz y colgué. Volví a marcar. Me invadió la preocupación. Los peores temores de sus fantasías habían quedado grabados a todo color en esa foto. Su imagen. La reputación que llevaba toda su vida manteniendo. __________ siempre se había mantenido lejos de los escándalos. Toda su educación giraba en torno a comportarse como una dama frente a los ojos de todos. Esquivaba el drama mediático con elegancia y prudencia y yo lo había estropeado diecinueve años de autocontrol en una noche. Tenía la frente y las manos empapadas en sudor, pero por dentro estaba helado. El buzón de voz saltó por segunda vez.
-¡Maldita sea! -. Colgué y antes de marcar de nuevo recibí una llamada de NamJun.
-¡¿Qué mierda pasa ahora?!- ladré.
El hombre no perdió el tiempo.
-Me han informado que la policía va rumbo a casa de la señorita Rivera.
La sangre se me detuvo en el cuerpo. Me apresuré y caminé a tomar mi chaqueta. YiJung se puso de pie y caminó detrás de mí, siguiéndome los pasos.
-¿Por qué?- inquirí.
-Lee WonHo la ha denunciado por incumplimiento de contrato.
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Uno en un millón.
Fanfiction¿Crees en el destino? ¿Las almas gemelas? Más que una idea irrealista, el suponer que existen es completamente avaricioso y egoísta. A WoonBin, le habían enseñado de contabilidad en su prestigiosa escuela, y había caído en la deducción que era una...