Nueva Caledonia.
-Este lugar es increíble-. YiJung apoyó las manos en la barandilla que rodeada la cubierta que daba a la playa. Las gafas de sol cubrían sus ojos mientras el viento jugaba con su pelo-. La casa es estupenda. Me siento como si estuviéramos lejos de todo el mundo. Y las vistas..., joder, impresionantes.
-¿Verdad? -Apoyé el trasero contra la barandilla mirando hacia la casa. A través de las puertas correderas de cristal, vi a la familia Rivera pululando por la cocina y por la enorme sala como si fueran abejas, conversando animadamente con la reservada familia Song. Cada vez que los visitaba, los Rivera se habían mostrado abiertos y gustosos de verme, lo que me hacía preguntar si esa personalidad reservada solo era única en mi esposa y su madre. La abuela de _________ llegó a Caledonia con los brazos abiertos, girándome la cabeza de un lado a otro diciéndome que había madurado muy bien. Entendí sus palabras en español y le agradecí con el mismo idioma. Desde ese momento, se referían a mi con palabras en español a alta velocidad.
-No puedo creer que ya te vas a casar- YiJung palmeó mi hombro-. Bueno- sonrió-. Otra vez.
-Es el único modo que pude hacer para que regresaras- metí las manos en mis bolsillos.
-No me perdería esta boda por nada. Digo- me empujó-. No me dejaste ir a la primera.
Sonreí.
Al fondo de la casa vi a GaEul y _________ ayudar a las tías de mi prometida con los ingredientes para un pozole. Ellas decían que era especial porque hacía feliz al corazón. Fuera verdad o no, yo sabía de primera mano que su ejecución de aquel clásico guiso mexicano estaba deliciosa
-¿Y ya?- lo codeé-. Aceptaste a la pequeña GaEul.
YiJung se giró y con una sonrisa llena de ternura y orgullo miró a la mejor amiga de mi esposa. En los últimos años, ella se habían vuelto inseparables. Mi hermosa reina por fin consiguió a esa alma prudente y amable que se complementaba a la suya.
-Supongo que necesitaba hacerme un hombre primero- dijo despreocupado. Algo había cambiado en YiJung en los últimos años. Había dejado atrás sus habituales mecanismos de defensa autodestructivos y, como las cosas le iban bien sin necesidad de ellos, yo tenía la esperanza de que no recayera
-Me alegro.
Compuso su resplandeciente sonrisa, y era auténtica, no la fachada arrogante que tan bien conocía.
-Aunque lo del matrimonio no me parece tentador todavía.
-En dos meses cambiarás de opinión- sonreí-. ¿Y JumPyo?
Se movió para mirarme.
-Viene con JanDi, no demorarán en llegar.
-Esos dos por fin están juntos- suspiré de gusto-. No entiendo porque se complicaron tanto la vida.
-¿Vas a fanfarronear? La mayoría de los mortales no nos llega el amor sin esforzarnos. No todos somos tan suertudos.
-Tienes razón.
La vida siempre te da sacudidas para que uno se ponga en la dirección correcta.Comprobé extrañado que _________ se acercaba hacia la puerta y se quedó inmóvil durante largo rato. Me di cuenta de que alguien debía de haber llamado, pero no podía ver quién era porque ella me tapaba la vista. Por fin, se hizo a un lado. YiJung dirigió la vista hacia donde yo miraba y frunció el ceño.
-¡JiHoo!- anunció YiJung. Cuando entró nuestro amigo con una bolsa de regalo en la mano. Entré a la casa seguido por YiJung.
-Felicidades- sonrió JiHoo palmeándome el hombro. Se acercó lo suficiente para poder que escuchara su susurro-. Otra vez.
Me reí.
-Cielo- me llamó _________. Giré y frente a mi tenía el brazo extendido con un trío de delantales-. Se acabó el descanso. Ayúdenme.Me cubrí la boca con la mano y mis ojos se llenaron de lágrimas. La música del piano acompañó la entrada de mi reina. Resplandeciente. Hermosa. Brillante.
La brisa salada nos envolvía y nos traía los lastimosos gritos de las gaviotas que planeaban sobre las olas. El movimiento rítmico del oleaje contra la playa me envolvía los pies y me dejaba encallado en ese momento. YiJung me puso una mano en el hombro y me apretó con firmeza para evitar que me fuera hacia atrás. Escuché la risa de JumPyo.
-Amigo, recomponte- susurró.
Extendí la mano hacia la de mi esposa con dedos temblorosos. Llevaba el cabello sujeto en una elaborada trensa repleta de flores blancas y perlas, algunos finos mechones rebeldes le enmarcaban el rostro sutilmente maquillado. Su vestido era simplemente increíble. Un vestido diseñado por su madre y abuela. Cada detalle estaba confeccionado con amor y tradición. Caminó con el bellísimo vestido de corte sirena con aplicaciones de encaje y larga cola de dos metros. La mano de __________ se cerró y sonrió.
El señor Óscar Rivera me dio una palmada en el hombro.
-Simplemente una reina- le dije.
-He visto mejores- bromeó JumPyo en un murmuro. _________ le lanzó una discreta mirada de advertencia, pero su sonrisa jamás desapareció.
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Uno en un millón.
Fanfiction¿Crees en el destino? ¿Las almas gemelas? Más que una idea irrealista, el suponer que existen es completamente avaricioso y egoísta. A WoonBin, le habían enseñado de contabilidad en su prestigiosa escuela, y había caído en la deducción que era una...