OO9: Cortejar

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El omega se sentía tan perezoso, pero tenía que seguir, se encontraba en su estudio, el Genius Lab, mientras terminaba algunos ajuste para la canción, estaba perfecta, la enviaría a PD Nim para que la escuchase y le diera su aprobación, sabría que le gustaría, tenía un estilo inclusive mucho más comercial que sus anteriores trabajos.

De pronto el sonido del timbre lo saco de sus pensamientos, ¿quién podría ser? A Yoongi no le gustaba que lo molestarán, y más cuando estaba trabajando y aún se estaba muriendo de sueño, solo esperaba que fuera importante, de nuevo el sonido del timbre, está vez más insistente.

- ¡Ya voy! -exclamo para incorporarse, levantándose de su silla, y ahora yendo hacía la entrada, y abriendo la puerta, allí estaba un ¿repartidor?-. ¿Dígame?

- ¿Min Yoongi? -el omega asintió de inmediato, y cuando menos lo espero un ramo de rosas blancas le fue entregado en las manos-. Firme aquí de recibido, por favor.

El omega de inmediato firmo y vio como el repartidor solo daba una reverencia para retirarse, al omega llego el delicioso aroma de las flores, y los demás que se encontraban por los pasillos lo miraban extrañados, nada de eso pasaba a menos que les enviaran por algún logro o por su cumpleaños, pero Yoongi nunca había recibido flores, de inmediato entro de nueva cuenta a su estudio, y busco entre las flores, debía de tener alguna clase de nota, o algo parecido, ¡efectivamente lo encontró!

"Espero que te gusten, las vi y no pude evitar pensar en ti, gatito."

-P. Jimin.

Yoongi sintió como toda su cara iba calentándose, estaba sonrojado, podía reconocerlo de inmediato, necesitaba algo de agua para las flores, pero en verdad que Jimin no tenía limites, y está vez enviarle flores, nunca le había regalado flores, ¡y mucho menos rosas!

De nueva cuenta el sonido del timbre se escucho, Yoongi levanto una ceja confundido, ¿ahora quien sería? De inmediato dejo las flores sobre el sofá y camino de nuevo hacía la entrada, y abrió la puerta.

- ¡Hyung! -allí estaba Jungkook-. Traje comida para usted, cocine está mañana, con algo de ayuda -si a la ayuda se refiere a ser vigilado por Seokjin para que no quemará la cocina-, espero le guste, lo preparé especialmente con todo mi cariño para usted.

De inmediato Jungkook estiro sus brazos hacía Yoongi y allí vio que eran ¡brochetas de cordero! Maldición, era obvio, Jungkook y él compartían el mismo gusto, y debía admitir que se veían estupendas, de inmediato tomo aquello.

- Gracias, Jungkookie -canturreo Yoongi feliz, debía admitir que de solo verlas, se le había abierto el apetito por completo, después de todo ni siquiera había desayunado.

Jungkook dio un asentimiento feliz por la reacción del omega y se fue de allí, Yoongi volvió a cerrar la puerta, y miro aquella comida, en verdad se le estaba haciendo agua la boca, pero de nueva cuenta cuando iba a sentarse, está vez a comer, el sonido del timbre se escucho, de mala gana y aún con hambre se dirigió hacía la entrada y abrió la puerta.

Namjoon estaba allí afuera y de inmediato le entrego un vaso con café.

- No te preocupes no tiene azúcar, sé que no te gusta mucho, tómalo, está delicioso, nos vemos luego, hyung.

Sin dejar que Yoongi dijera algo, se fue, Yoongi miro el vaso, tenía escrito una 'N' y una 'Y' juntas encerradas en un corazón, lo que hizo que las mejillas de Yoongi se tiñeran de un suave color carmín, y volvió a entrar.

Yoongi no lo entendía, ¿qué estaba pasando?

Eran demasiados regalos, porque eso es lo que eran, regalos, todos eran gestos de parte de tres de sus compañeros y amigos, y no entendía lo que pasaba, entonces escucho como la puerta del Genius Lab era abierta, y allí estaba quien le entrego las flores, Yoongi dejo el café y miro hacía el alfa quien cerraba de nuevo la puerta.

- ¿Te gusto mi regalo, gatito? -Jimin le mostraba una dulce sonrisa mientras se acercaba a él.

- Gracias -dijo Yoongi, recordó que estaban sobre el sofá así que las tomo en manos, necesitaba un florero y agua, solo espera tener el florero a la mano, aunque siempre alguna botella funcionaba-, son lindas.

- Al igual que tú, mi omega.

Yoongi estaba casi acostumbrado a esos comentarios, solo que antes Jimin le decía "su beta" lo que a veces le parecía divertido, sabía que muchas de las fanáticas los emparejaban mucho, y no le molestaba, es parte del show, y casi siempre Jimin decía aquellos comentarios frente a las cámaras, y ahora que lo estaba haciendo sin cámaras presentes, ni fanáticas, se sentía muy extraño.

- Jimin...

- Por favor, ¿sabes lo que significa cuando alguien te regala una docena de rosas? -las mejillas del omega se calentaron al instante, Jimin sonrió al ver aquella reacción del omega-. ¿Me permites cortejarte?

- Y-yo...

- No digas nada, sé que me dirás que sí.

No, no estaba a punto de decirle eso, pero no sabía si romper las ilusiones de Jimin, o dejarlo en su burbuja, porque si lo dejaba en su burbuja entonces eso podría significar que Jimin lo va a querer marcar después, y si le rompía las ilusiones, seguramente se pondría de rodillas para suplicarle aceptar el cortejo, ¿qué hacer? Una opción más neutra y menos dolorosa era mejor, pero ¿cuál?

- Jiminie, aprecio todo esto pero... -uno de los dedos indice del alfa fue colocado sobre sus labios para que no dijera nada.

- ¿Sabes? Todos nosotros hemos preparado las canciones, y con algo de ayuda de Namjoon agregue más en mi solo, y me encantaría dedicarte esa canción.

- Alfa, deja estás cosas, por favor.

- ¿Ya me consideras tu alfa? -Jimin se sentía feliz-. ¿Puedo marcarte?

Yoongi abrió los ojos como platos ante aquella pregunta hecha por su menor.

- Sé que es apresurado, pero me encantaría hacerlo.

- ¡Jimin, basta! -el alfa se vio confundido ante aquello-. Mira, sé que quieres esto, pero... -¿cómo hacer para suavizar un poco el golpe? Yoongi había recibido cortejos, o más intentos, todos mal, y ahora Jimin hacía tal acción y... ¡no sabe que hacer! No quiere lastimarlo, a ninguno quiere hacerlo, pero era necesario antes de que siquiera Jimin piense en acercarse-. Creo que es mejor que dejes esto, no quiero que me cortejes.

- Fingiré que no escuche eso -y allí estaba esa necedad que Yoongi a veces detestaba-, te daré cortejo, todos lo están haciendo de todas formas. Te veré luego gatito.

Jimin salio de allí con una gran sonrisa.

¿Con qué todos lo están haciendo? Eso explica los otros regalos que recibió.

Un Omega Entre AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora