-Capitulo 12-

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-Capitulo 12-

Amelie Crawford

-Despierta Amelie- sentía que me hablaban y movían.

-Déjenme dormir, ¿sí? - solo escuché gente riéndose y abrí mis ojos encontrándome a Herman moviéndome.

-Prometo que en cuanto lleguemos a la casa podrás dormir lo que quieras, ahora vamos- dijo, espera dijo ¿casa?

- ¿Dónde estamos? - pregunte confundida.

-En Alemania- dijo Herman sonriendo, como si el estar aquí lo pusiera de buen humor.

-Espera, ¿Cuánto tiempo dormí? - le dije tomando mi suéter y mi mochila donde guardaba mi celular.

- Alrededor de diez horas, tranquila era lógico que estuvieras cansada, además así evitaste que tus oídos se taparan por la altura- ok, que me hablara con tan buen humor me asustaba, es decir, este no es el hombre arrogante que fue a mi casa ayer.

-Entonces... que haremos hoy- pregunte.

-No lo sé qué quieres hacer- dijo

-Bueno justo ahora dormir, pero tal vez después, ¿ir a comer? - le pregunte, pero después agregue- si es que estas desocupado, entendería si...- me corto.

-Está bien Amelie- sonrió, yo le sonreí de regreso- además, te voy a presentar a alguien- iba a responder, pero su celular sonó, y siguió hablando por teléfono, hasta llegar a la camioneta que nos esperaba.

Había un señor esperándonos, al llegar nos abrió la puerta y dijo.

-Gute Morgen (buenos días)- le respondí igual.

No sabía hablar muy bien alemán, pero lo entendía, supongo que debería tomar alguna clase porque, si no como me comunicaría con todos.

Herman se sentó a un lado mío, el seguía hablando por teléfono yo me dedique a mirar por la ventana, pensé en llamar a mi mamá, pero estaba en otro país mi teléfono no tenía cobertura aquí, así que me dedique a buscar mis audífonos, y reproducir mi música.

Al darle play me recibió Woman de Harry Styles, es que hay acaso algo que ese hombre no haga bien, no lo creo, el mundo no merece a Harry Styles, estaba concentrada viendo por la ventana y escuchando música que no me di cuenta que Herman me estaba hablando.

Voltee a verlo quitándome un audífono y dijo.

-Lamento interrumpirte, pero me llamaron de la empresa, ¿te gustaría acompañarme? Si no puedo decirle a Alec que te lleve a la casa- dijo.

-No, está bien, te acompaño- le dije, a el pareció complacerle mi respuesta porque sonrió, y le dijo a Alec que nos llevara a la empresa.

No tenía ganas de hacer nada, seguía un poco deprimida porque no estaba con mi mamá, pero como llegaría sola a la casa, es decir jamás eh estado ahí, además ¿a quién, quiere presentarme?, ¿novia?, ¿amiga?, ¿socios?, no sé y eso hizo que me sintiera nerviosa.

¿Qué pasaba, si no le agradaba? No es que me importe me iría con mi mamá de regreso, pero dudo mucho que Herman me la ponga fácil, suspire, era un suspiro de cansancio, en un momento la camioneta paro enfrente de un edificio.

Al levantar la mirada pude ver un gran edificio, con paneles de cristal, era enorme, de las puertas eléctricas salía y entraba mucha gente, sentí y mi mirada se encontró con la de Herman.

- ¿Te gusta? - dijo.

-Es muy bonito, si- conteste, aun viendo el edificio.

-Me alegra que te guste, al final todo esto será tuyo- y salió de la camioneta.

ROTHSCHILD (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora